El demonio del mediodía

Jesús es descendido de la Cruz
Jesús es descendido de la Cruz

atonía psychés *

Una vez esta pasión se ha apoderado del corazón del monje, al punto le causan horror y enfado el lugar y la misma celda donde vive.

No muestra más que desdén y desprecio para con los hermanos, tanto los que viven con él como los que viven a distancia, tildándolos de negligentes y poco espirituales. Todo el trabajo que debe hacer en el recinto de su celda, cúmplelo con desidia y flojedad. Es incapaz de permanecer en ella y aplicarse a la lectura.

Se queja constantemente de que no aprovecha en la virtud estando tanto tiempo en la celda; suspira, murmura y se duele, diciendo que, mientras viva en compañía de tales monjes, no sacará fruto alguno. Se tiene por persona de consideración, que podría gobernar a otros y aprovechar a muchas almas, y no le ha sido posible todavía formar a nadie o ganarlo para sí con su doctrina.

Alaba en demasía a los monasterios distantes o que están en parajes lejanos. Dice que esos lugares ofrecen mayores ventajas para el progreso espiritual e inclusive son más idóneoas para la salud…No queda pues, otro remedio que salir cuanto antes e irse a otra parte.

Pero no está en esto todo; sigue aún un cortejo de desgracias e inquietudes. Ha llegado por ejemplo, la hora quinta, la hora sexta del día. La pereza suscita en todos sus miembros una laxitud inmensa, acompañada de un hambre terrible. Tanto es así, que le parece que está extenuado, rendido, cual si hubiera realizado un largo camino o un trabajo ímprobo, o como si hubiera ayunado dos o tres días consecutivos.

Ansioso, dirige la mirada en todas direcciones y comprueba desmoralizado que no se observa un solo hermano en el horizonte. Nadie viene a verle. Y suspira despechado. Sale, entra, deambula por una y otra parte, mira una vez más el tiempo que hace y el correr del sol. Se impacienta al ver lo despacio que va este hacia el ocaso.

La confusión se cierne sobre su espíritu y diríase envuelto en una calígine tenebrosa. Se siente vacío, carente de toda vida espiritual. En tal situación, ante este asalto formidable, no ve otro remedio que esta disyuntiva: o hacer una visita a un hermano o consolarse a sí mismo conciliando el sueño.

Añádase a esto que la misma dolencia le sugiere, so color de necesidades aparentes o de cortesía, visitar a ciertos hermanos enfermos. No importa que vivan lejos; cuanto más, mejor. Esa misma enfermedad le dicta ciertos deberes de piedad y religión.

Así, pongo por caso, se cree en la obligación de favorecer y proteger a sus familiares y parientes… existe tal mujer piadosa consagrada a Dios, desprovista de la ayuda y socorro de sus padres; ni que decir tiene que es de su incumbencia visitarla…

Instituta 10, 1-3

Juan Casiano

Ed. Neblis, 1983

* Este síntoma a sido llamado también acedía, anxietas o taedium cordis; su identificación con el mediodía es porque dicen los monjes antiguos que asalta al monje hacia la mitad de la jornada y ha sido considerada por algunos estudiosos (Por ej. A. Guillaumont) la tentación por excelencia del solitario. Podría traducirse también como torpor, pereza, desaliento, disgusto, tristeza. En «De octo spiritibus malitiae» es Nilo de Ancira quién la llama atonía psichés: flojedad del alma.
Nota de Hesiquia blog

Vocaciones

2 Comments on “El demonio del mediodía

  1. Son muchos los seres humanos que han tenido experiencias maravillosas de la presencia y existencia de Dios y por ellas ha nacido en ellos la necesidad de vivir con mas frecuencia la realidad de plena satisfacción de sentirlas. Pero el espíritu del mal ataca cuando esas experiencias disminuyen buscando debilitar la seguridad de la existencia de un ser supremo, plenitud del amor, y trae etapas de profundo desasociego y la sensación de estar deshubicado en el sitio en que se encuentra. Pero en el vencer esos momentos de vacío espiritual son signos de la fortaleza de nuestra fe.

  2. NO SOLO A LOS MONJES TAMBIEN A LOS LAICOS, NOS SUCEDE EN OCASIONES ALGUNOS SINTOMAS, PERO ORANDO Y CON GRACIAS DE DIOS PASA, PARA APRENDER A SALIR DE ESTE ESTADO DE ANIMO ENGAÑOSO QUE NO HACE SINO DAR LASTIMA DE SI MISMOS Y NO AYUDA A VIVIR UNA FE PLENA EN CRISTO JESUS

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