Desde la Clausura

Hermana en su ermita
Imagen(*)

Fragmentos

... Hace ya un mes que estoy en la clausura. La Madre se apiadó de mi debilidad y me deja escribir un poco. Se que estos permisos se irán espaciando. Cada vez me alejaré mas del mundo aunque misteriosamente me lo iré trayendo a la celda.

Me ha impactado el jardín, no puede ser mas bonito. Está cubierto de flores y florcitas por donde vaya la vista. El claustro lo rodea y es como si lo preservara. No me ha tocado todavía pero también lo tendré a mi cuidado. El corazón se me afloja y me vuelvo devota de solo andar por sus senderos. Tiene un árbol alto en cada esquina y un pino hacia el centro que cobija a La Virgen. Allí me voy cada vez que puedo. Es umbroso y a la vez colorido.

No puedo describirte mi contento de estarme en el banco haciendo la lectio en plena siesta, colmada de sombra fresca y con el sol por arriba sin tocarme. Me gustan los bichitos, la humedad de los ladrillos y el rumor de la ciudad que llega sin convertirse en ruido.

Como puedo dar gracias ya no lo sé, no puedo ser mas feliz y hasta siento culpa por tanta dicha que no merezco. Tu sabes como he deseado esto y que algo me ha costado. Estoy en su casa, junto a Él y donde voy lo tengo y su bondad me enamora.

Se que te gustaría la capilla, es amplia, luminosa, austera y muy cuidada. No hay detalle que este al acaso, en todo se pone la devoción. Las hermanas son muy atentas y amables y aunque no se habla me siento acompañada.

Me resulta muy provechosa la oración comunitaria. Eso de recitar a coro y de allanarse al ritmo ya por ellas creado, ni rápido ni lento, nunca nada extremado es la consigna que nos inculca la Madre.

El jueves me tocó orientación y me dijo que eligiera intenciones y que viera que ofrendaba por ellas y me habló de las cruces y de cómo cargar dolores sobre mí para dejar a otros libres de ellos. Me contó como se repartían los pedidos de oración que les llegaban y como se iban cargando con medida para no caer en desconsuelo.

Pero hay tantos por quién pedir y tan poco es lo que puedo ofrendar. Me dijo que no me arrebate que los santos se hacen cada día y no por exagerar.

Me han dado el lustre del piso en el claustro. Lo hago con oración mental y atenta a no divagar. Elena empieza de una punta y yo de la otra y nos vamos acercando hasta encontrarnos en medio. No puedo evitar alegrarme de su cercanía y nos siento un poco niñas cuando sonreímos. Ella está muy contenta también y hasta mi llegada era la única sin velo.

Tengo poco tiempo porque me gasté mucho escribiendo a Mamá. ¡La extraño horrores! pero cada vez que me aprieta la angustia le digo a Jesús que la tome de ofrenda, por ella y por todas las madres. Yo sé que está bien cuidada pero me impacta pensar que ya nunca viviremos juntas.

Que mas contarte…la Eucaristía es el centro de nuestra vida y me ha regocijado ver comulgar a las mas ancianas, porque las veo con unción y para nada adormiladas. Por este mes oficia y confiesa un Padre viejito, da ternura por como camina y con la voz cascada. Pero está muy lúcido y resuelto. José se llama y es diocesano.

Se me olvidaba contarte como me han costado los viernes de ayuno, que aunque lo sabía y me preparaba no me han sido fáciles. Ese saber que nada comería hasta el día siguiente es lo que da hambre, que es mas de la mente que de la barriga. La pasé con el rosario y diciéndole al Señor que viera lo débil que soy que no me hiciera faltar Su misericordia.

Sabes que te quiero mucho y que te guardo en el corazón y que no hay manera que te salgas de allí.

Siempre te recuerdo y te siento junto, a los pies de la Cruz.

Fragmentos de carta personal

Hna. Javiera del Sagrado Corazón

(*) La imagen que encabeza el post no guarda relación con la autora de la carta

Links de hoy:

Capuchin Sisters

Cistercian Nuns

Charles de Foucauld

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15 Comments on “Desde la Clausura

  1. Cuando se inicia la experiencia en la vida claustral, una se siente inmensamente feliz, ha costado sudor y lágrimas despedirse de los seres queridos y de desprenderte de todas las cosas incluso de una misma. Pero todo esto es solo empezar, lo importante es ir creciendo en la comunidad y saber ser esa hermana que no se nota, pero que los servicios están esmeradamente realizados. El amor atrae y Jesús es irresistible, por eso le seguimos aunque a veces no vamos con el paso que desearíamos.Tengamos paciencia que el cielo es muy grande para merecerlo.
    Con ternura
    Sor.Cecilia Codina Masachs O.P

  2. Hermana…..me gusto mucho su forma de expresarse y aunque yo estoy en el mundo con mi infinita pobreza…creame q la entiendo……pertenezco a la Legion de Maria…quisiera compartir unas pocas lineas de mi sentir…me siento muy amado por el Señor….estoy dedicado a orar desde hace 4 años….sin embargo hace dias remolia y remolia como burrito algo y decia yo q el amor dolia…y no entendia porque…….el Señor me prodiga muchos denarios y me siento feliz sin embargo yo entendia q el amor duele y no entendia porque…..hasta q ahora me doy cuenta q no es su amor lo q nos duele, somos nosotros …..es nuestra poca fe y confianza lo q nos duele…..aun yo quiero hacer las cosas olvidando q es el quien lo hace para nosotros….mi esposa y yo rezamos todos los dias por el Papa, por los sacerdotes y religiosos y religiosas……..no crei q tantos laicos esten orando por ustedes, pero sí hay muchos orando por todos….no se preocupe el Señor confia en nosotros….mas de lo q nosotros confiamos en nosotros mismos

  3. Hola Francisco.
    Me he quedado con tu ùltima frase: màs fruto daba la oraciòn.
    Sabes que a veces podemos confundirnos (hablo desde mi experiencia, no tiene que ser necesariamente la tuya), y podemos pensar que si no hemos tenido fervor en nuestra oraciòn, o si hemos vivido mil distracciones, esa oraciòn tiene menor valor, y sin embargo podría ser todo el contrario.
    Santa Teresa de Avila explica en modo clarìsimo estas cosas (la has leìdo? Me fascina!).
    Es verdad que los estìmulos exteriores pueden hacernos distraer muchas veces de lo que es verdaderamente importante, pero creo que tenemos que aprender (los que estamos «en el mundo» pero no somos «del mundo») a contemplar a Dios en cada cosa que nos sucede, en cada encuentro, en cada gesto. Te transcribo un pedacito del libro Alegria de creer, de Madeleine Delbrel: «Moisés, cuando encontró por única vez la inefable zarza, pudo volver entre los hombres llevando consigo un inalterable desierto. Así nosotros no reprochemos al mundo, no reprochemos a la vida, que nos vele el rostro de Dios. Encontremos ese rostro, porque El velará y absorberá todas las cosas.»
    Lo saquè de aqui: http://books.google.it/books?id=Cp6zkIiPHzIC&printsec=frontcover&source=gbs_v2_summary_r&cad=0#v=onepage&q=&f=false

    Buena semana para todos!

    • Muy buena Flavia la frase de Madeleine Delbrel y buen enlace, no conocía el libro.
      Saludos!

  4. Muchas gracias por tu respuesta. Espero tus sugerencias en correo privado. Es muy importante que el consejo como en tu caso, estè viviendo la experiencia.
    En lugares como un monasterio, o viviendo en el campo, es mucho mas facil llevarlo a cabo. Todo el ambiente te ayuda, es mas limpio todo.
    El ambiente en zonas mas urbanas es mas negativo, y por consiguiente está mas en tu contra.
    Incluso parece como si no progresaras… al menos es lo que a mi me viene ocurriendo.
    He vivido un tiempo en el campo en argentina, y nada que ver, mucho mas fruto daba la oraciòn.
    Gracias de nuevo.

  5. Hola. Querria saber si alquien me puede dar su opiniòn, con respecto a como se pueden armonizar o vivir en equilibrio; la oración del corazón y seguir en medio del siglo. O si por el contrario como hace la mayoria, hay que buscar la guia espiritual e irse al desierto. Intentè lo segundo y no se abrieron puertas.
    Gracias,

    • Hola Francisco.
      Si. En mi experiencia, la Oración del Corazón es muy compatible con la vida, sea esta vivida en medio del ajetreo del mundo o mas retirado en el desierto. Lo primero es acostumbrar la mente y repetirla en medio de cualquier actividad. Y volver a la oración cada vez que te descubres divagando. Pero la clave es algo así como tomar la decisión de consagrar la vida interior a la oración de Jesús, renunciar a sostener los pensamientos. El tema está bastante explicado en la sección «desde la ermita» en este mismo blog, tratado en casi todos esos escritos con diferente profundidad. También en el libro «El peregrino ruso» disponible en la biblioteca. Aunque en este caso se explica un método mas acorde a la vida retirada.
      Encontrar un guía espiritual que tenga experiencia interior genuina y no solo «lecturas» es muy difícil. Por privada te daré algunas sugerencias.
      Un abrazo en el amor a Cristo y gracias por participar.

  6. Sin palabras¡ su silencio habla mas en la soledad del corazón, y la belleza de una noche que solo deja espacio para la Luz Divina¡

    • Fray Daniel, que gusto encontrarlo en el blog. Cristo lo siga acompañando en su soledad de tanto fruto. Ya sabe que tiene las puertas abiertas del blog si desea aportar sus experiencias.
      Un saludo en Cristo y María.

  7. Gracias a todos por comentar. A mi también me ha conmovido la carta. Me impulsa a ser mejor, a acompañar desde donde estoy, a valorar la ofrenda y el tenernos en cuenta unos a otros en la oración.
    El espíritu sopla y va repartiendo la brisa!

  8. Pax et Bonum
    ¡Es muy bello y tan real éste testimonio!
    Como aquella «tierra prometida», donde viviremos con ÉL y en ÉL «a solas»,
    y la humanidad entera será abrazada en nuestro corazón…

  9. Hermosa entrada!!! Llena de sencillez y claridad.

    Qué felicidad saber que hay almas que se entregan a nuestro Señor y viven sólo de su Amor.

    En comunión,

  10. El testimonio es exquisito, también a mí me ha conmovido. Demuestra cuánta verdad hay en las palabras de Jesús, que promete el ciento por uno ya en esta tierra para los que dejan todo por él. Y hace entreveer muy delicadamente el amor de esposa, que finalmente puede descansar en los brazos de su amado.
    «y me habló de las cruces y de cómo cargar dolores sobre mí para dejar a otros libres de ellos»
    Cuando lleguemos al cielo, sabremos cuántas gracias hemos recibido y de cuántos peligros hemos sido librados por las oraciones de almas generosas como éstas. Dios las bendiga siempre!!

  11. No sabes lo bien que me ha venido esta carta. Menudo consuelo he recibido al leerla. ¡Que deseos de recogimiento y ofrecimiento! Te doy las gracias. Dios siempre muestra su amor de tantas formas que nunca se repite. Siempre acude a nuestro auxilio. Un abrazo

  12. ¡Qué frescura, qué belleza! Me ha conmovido la carta de esta hermana.

    Muchos piensan que uno, cuando se encierra en clausura, es para desentenderse del mundo. Nada más lejos de la realidad. Ellas y ellos conocen todos nuestros desvelos, nuestros extravíos y hasta esos ruidos que nos apartan del verdadero hogar ¡Qué bien se está en casa!

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