Influencias

La meta de la vida

«Es que a veces, increíblemente, me parece que ni me acuerdo de la meta. O la recuerdo como mera formulación teórica, pero pareciera muerta en el corazón.»

Quizás porque alguna valoración reinante te has creído. Estamos rodeados de una serie de influencias muy fuertes que no son para nada ociosas sino que actúan en nosotros con mucha fuerza.

Estas influencias son valores, modos de mirar las cosas y las personas; son un mensaje que nos llega de cómo deberíamos ser y acerca de que cosas deberíamos hacer. Y estas formas de valorar, nos rodean y penetran nuestra propia escala de prioridades.

Los mensajes acerca de lo que es importante, según la sociedad actual, nos golpean en todo instante. A través de los diarios, de la publicidad, de los programas en la televisión, por la internet, y también como un cierto “clima social” o moda imperante, que no podemos conscientemente desmenuzar, pero que presiona mucho en nuestro interior.

No es nada fácil hoy en día. No lo ha sido nunca, pero menos hoy en día. Tu sabes que lo importante no es el dinero, que no es el tener sino el Ser lo que más importa; tú sabes que no es la apariencia el modo de juzgarse o juzgar a las personas; sabes que no es la fama el ideal a buscar… y sin embargo un buen día te encuentras confuso y decaído preguntándote que te pasa.

Es muy posible que de tanto golpear tus defensas algún valor extraño se haya metido en tu fortaleza interior. En ese momento, cuando te has creído un modo de valorar ajeno al Evangelio, empiezas a perder las fuerzas.

No es para menos. El ser humano no es mercancía, no es consumo, no es vestimenta, no es una vitrina de trofeos. Pero claro, por donde mires, lo que es apreciado es lo que se viste, lo que se tiene, los éxitos que se han logrado.

Si te lo llegas a creer por un rato ya te descorazonas y algo en ti busca corriendo la solución exterior al problema.

Vivimos en una sociedad alienada y patológica hasta la raíz. Como lo hemos hablado otras veces, no es que por eso haya que alejarse del mundo, sino en todo caso de aquello que valoriza el mundo. No es que necesariamente haya que alejarse de las personas, sino de lo que se prioriza en ciertos ambientes mayoritarios.

Quiero decirte en definitiva, que para salir de la confusión debes retomar contacto con aquello más profundo en ti. Con tus sentimientos más verdaderos, con tu fe y con tus convicciones fundantes.

Tú sabes que el ser humano es un anhelo de infinito como se decía en un post anterior. Somos una posibilidad de trascendencia, somos hijos de Dios. Somos capaces de mucho bien.

No te desalientes, escucha en silencio el latido de tu corazón…

(Continúa…)

Este post es continuación de «Confusión».

elsantonombre.org

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3 Comments on “Influencias

  1. Pingback: Rastros del sentido « Hesiquía

  2. Asi, despues de tiempo y años de desapego y confusión y gracias a la ayuda de uds. estoy volviendo a la raiz que nunca se fue de mi. a Dios todo MISERICORDIOSO al cual no merezco pero que El me ama.
    Alabado sea el Señor
    Dios les acompañe

  3. La confusion que ocasionan los bienes temporales de todo tipo ocasiona desajustes en la persona y en la sociedad que es influenciada por el hombre. El valor permanente de consideración eterna de Dios que debe ser el eje y punto central de mi vida para equilibrio y la felicidad que El quiere que yo viva sin apegos a todo lo transitorio.

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