Resurrectio

Cristo ha resucitado y nosotros con Él.

Aquel año tuvo que vivir Semana Santa en la ciudad y me tocó la dicha de acompañarlo. Habituado como estaba a la soledad, imaginé que las ceremonias multitudinarias y el ajetreo lo incomodarían, pero no fue así. Mantuvo su habitual mansedumbre y los gestos dejaban ver el contento que lo animaba.

El anochecer del lunes de resurrección nos encontró ya en proximidades de la ermita. Oramos un rato junto a las imágenes en el jardín y logré un buen fuego que coloreaba el follaje del entorno. Era una cálida postal, estábamos en casa.

Inicié conversación; siempre buscaba que me diga una palabra. Lo que decía parecía tener en sí la cualidad de transformarme. Me hacía fácil encontrar una intención de cambio.

–        ¿Cómo vive la Pascua padre?

–        ¡Ah…! Como la muerte de la finitud. La certeza de que la vida tiene un sentido. Si todo se agotara aquí, con la decadencia del cuerpo… ¿cómo construir algo con significado? Un Padre de los primeros tiempos, decía que quién moría antes de morir, no moriría jamás, refiriéndose al hecho de que entregar la vida posibilitaba la resurrección. Jesucristo manifiesta que morir a nosotros mismos nos permite en realidad, comenzar a vivir.

La muerte no es lo que parece. Identificados habitualmente con nuestra parte corporal, creemos que la decadencia y decrepitud del cuerpo son nuestra propia disolución. Esto se verifica observando el dolor y la angustia con la que en general abordamos el tema de la muerte. La muerte aparentemente viene a quitarnos lo querido, lo construido, echa una sombra de caducidad a todos los anhelos. Pero eso no ocurre si tomamos conciencia de nuestra esencia espiritual.

No somos carne, no morimos cuando muere el cuerpo. Cuando se experimenta esta certeza, la vida se llena de un trasfondo de alegría. Nada nos preocupa al extremo, como antes.

–        ¿Pero por qué nos pasa que aun creyendo en la vida eterna con firmeza y convicción, sufrimos tanto la muerte de los seres queridos o nos asusta nuestra propia muerte?

–        Porque estamos muy acostumbrados a percibir con los sentidos del cuerpo y no tanto con los espirituales. Uno deja de ver al ser querido, no lo escucha, observa sus cosas quietas, su ausencia se hace patente, deja un gran espacio vacío… pero para los cinco sentidos que captan lo material.

Hay momentos especiales, de particular silencio, en los que es posible una comunión de presencia con aquellos que han partido. Es algo que se da en la intimidad del corazón, que produce una emoción íntima muy difícil de comunicar. Se hace difícil la aceptación de esto para quién no ha vivido esa manifestación del amor, que trasciende la materia y por ende los espacios y los tiempos con los que suele manejarse la mente.

La encarnación de Nuestro Señor, su pasión, muerte y resurrección es un proceso de inmensa profundidad que nos permite lecturas diferentes, según lo miremos desde su función cósmica, histórica, social o personal. Y cada uno puede ver como “re-suena” la Pascua en su alma según el momento que vive.

A mí personalmente me transmitió, primero la esperanza y luego la certeza, de que la muerte no existe tal como la concebimos. Es un tránsito, el cruce de un puente hacia la bienaventuranza.

–        Usted una vez me habló de la muerte como un parto y eso me sirvió mucho.

–        Sí, creo que morir es como nacer; un acudir hacia brazos amorosos, un gran regocijo, llegar al sitio donde reside toda comprensión y toda integración. Pero eso esta velado por lo aparente, del mismo modo que quién miraba entonces a Jesucristo clavado en la Cruz no podía imaginar que en ella se encontraba ya sembrada la resurrección.

Ya de noche, dentro de la ermita, comimos algo y tomamos café. Los iconos iluminados suavemente congeniaban con el clima de hermandad que compartíamos. Me pareció entonces que algo de aquella dicha futura se hacía presente en el ahora. Agradecí en el corazón el mensaje intemporal de la resurrección.

 Textos propios del blog

Desde la ermita 

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10 Comments on “Resurrectio

  1. Hola.

    ¿me podrían decír si, uno debe de creer en si mismo,
    para poder llevar una vida sana?
    ¿o es una idea basada en la perversidad?

    Narelloz

    • Estimado Hermano, a mi me parece que confiar en uno mismo y en las propias capacidades no está nada mal, no creo que sea algo nacido de la perversidad. Por supuesto, hemos de tener en cuenta que «Si El Señor no construye la casa, en vano se afanan los constructores…». Confiar en los talentos recibidos y pedir la gracia para llevarlos adelante. Un saludo en Cristo.

      • En su libro «El Amor» del filosofo cristiano Josef Pieper hay un muy bueno tratado sobre este asunto. Tambien destacan las mismas ideas de la importancia del amor por su mismo en la enciclica del Papa Benedikto que no solo ha estudiado este filosofo pero ellos se estimaron mutuamente y se visitaron regularamente aqui en la ciudad de Münster donde ensenaron como profesores en la Universidad.
        El libro » El Amor» se encuentra en varias idiomas y tendria que ser facil de encontrarlo en una libreria.

      • Gracias por el dato Holle, veré de conseguirlo ya que lo recomienda. Un saludo invocando a Cristo.

  2. La alegría , la dicha de haber nacido , la felicidad que nace del corazón , el gozo de la vida aun en el dolor…todo gracias a Jesús que nos Ama…

  3. y esta entre nosotros alabado sea por siempre su nombre y en la tierra los hombres paz

  4. ¡FELIZ PASCUA DE RESURRECIÓN!
    Que la alegría de saber que Cristo ha vencido a la muerte le llene de fortaleza para seguir dando testimonio de su Amor.
    Un abrazo en Cristo.

  5. Que esta Pascua de Resurreción ilumine nuestro camino todo el año.

    ¡¡¡Felicidades!!!

    Pidámosle al Señor por nuevas y santas vocaciones.

  6. Un fuerte abrazo , en el gozo de la verdadera Vida, que Jesús viene a mostrarnos
    ¡Él vive entre nosotros, nada podemos temer!
    Feliz y Santa Pascua

  7. Feliz y Santa Pascua.
    Verdaderamnte ha resucitado el Señor.
    Aleluya.
    Un abrazo con la alegría de la Pascua.
    Unidos en la Invocación del santo Nombre

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