Un amigo de todos

"La peor prisión es un corazón cerrado".

Breve memoria

Yo andaba por los 13 años y no era particularmente religioso. Acaso el grupo juvenil de la parroquia, una vez a la semana, que mas que nada era una ocasión para relacionarse.

Pero llegó una revista a casa en la que se veía a un Papa muy sonriente y me llamó la atención, me gustó su rostro y lo que transmitía la imagen. Aquél era Juan Pablo I, el Papa Luciani.

Luego de poco tiempo se suscita expectativa por su muerte repentina y vuelvo a concentrar la atención en el tema. Cuando Juan Pablo II fue elegido estuvimos pendientes. Los pormenores previos al cónclave, los posibles elegidos, anécdotas y detalles. Para las coberturas de entonces, fue un fenómeno mediático

Algo fue para mí particularmente significativo: Empiezo a conocer algo de la historia de la Iglesia. Me asomo a una epopeya luminosa y sombría, con cumbres y abismos, a una gesta por perpetuar y recrear una experiencia trascendente.

Mucho después asumiría que la voluntad de Dios encarna en personas comunes y que algunos pocos logran transparentarla sin mancha, clara como puro cristal. Es el caso de un desconocido polaco llamado Karol, de extraño apellido.

La revista de moda que mamá traía infaltablemente a la casa, lo mostraba en una galería fotográfica colosal de toda su vida. Aparecía un hombre entero, completo.

Equilibraba motricidad, emoción e intelecto en una fuerte personalidad espiritual. Manejaba su cuerpo con presteza, lo que se evidenciaba en los deportes que había practicado. Su calidez era notoria en las fotos que mostraban retiros junto a los jóvenes en medio de la naturaleza. Su cátedra y ensayos diversos, su papel en el Vaticano II, dejaban ver un intelecto ordenado y de gran claridad.

La férrea resistencia que opuso al régimen político que oprimía su país, lo mostró valiente, capaz de dar la vida por alguien que entonces me era ignoto: Jesucristo.

En aquel momento no podía definir como ahora, lo que poderosamente me atraía. En medio de confusa adolescencia, quise ser como él, imitarlo. Y claro, para ello debía ser sacerdote.

Así descubrí la noción de puente entre Dios y los hombres, la idea de servir a Dios mediante la entrega a los demás, la convicción de que lo espiritual no negaba lo natural, sino que lo integraba. Allí empecé a «descubrir» los Evangelios por primera vez.

La primera visita que hizo a la Argentina me encontró seminarista. Cuando visitó Palermo nos apiñabamos cerca de la plataforma donde se había dispuesto el altar. La gente se nos abalanzaba debido al cuello blanco que usábamos y nos pedía confesarse. Empezamos aclarando que no eramos sacerdotes, sin embargo no escuchaban, repetían la lista de pecados y pedían el perdón.

Un sacerdote formador que nos acompañaba advirtió la situación y el desborde, nos dijo que permaneciéramos en silencio y que hiciéramos la señal de la cruz sobre el penitente. Mucha gente se fue confortada creyendo haber recibido un sacramento, que por supuesto había descendido similarmente, por la intención y el arrepentimiento que la gente traía en el corazón.

¿Cómo olvidar esos momentos? Están atesorados, grabados con fuego por la percepción de lo sagrado. Recibir en Luján la hostia de sus manos, mirarlo a los ojos temblando de emoción, fue sentirme parte de un cuerpo inmenso, contactar con una identidad profunda, misteriosa.

Pasaron muchos años y experiencias. Días atrás visité el Arzobispado; preside la puerta de ingreso en el interior, una foto de Juan Pablo II y debajo de ella un epígrafe menciona el hecho de su visita a esta casa en especial ocasión.

Desde alguna parte del alma surgió un pacífica emoción. Suave paz me colmó al invocar su amistosa protección. ¡Son tantas las formas en que nos llama Dios y tantos los rostros en los que se dibuja su amor…!

Texto propio del blog

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Links de interés:

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La beatificación

Magisterio

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6 Comments on “Un amigo de todos

  1. lo mas grande de los ultimos años que nos ha dado nuestra iglesia catolica

  2. Hoy hacía oración con un libro sobre JUAN PABLO II. Os dejo algo con lo que he meditado, «¿como reza el papa?, os respondo: como todo cristiano: habla y escucha. A veces, reza sin palabras, y es entonces cuando mas escucha. Lo mas importante es precisamente lo que oye. Trata tambien de unir la oración a sus oblgaciones, a sus actividades, a su trabajo, y unir su trabajo a la oración»

    oraciones

    • Gracias Fernando por el aporte ! Un abrazo en Cristo.

  3. inmenso JUAN PABLO II,

    gracias

  4. En el silencio mi gozo de este día, compartido con todos lo hermanos en la fe. ¡¡¡ ES UN DÍA DE GRACIA PARA TODA LA IGLESIA!!!

  5. El ejemplo de vida es mas que suficiente para suscitar en los corazones de muchos fieles el deseo de servicio entre los mas necesitados y por mas que las circunstancias sean adversas hay que luchar por el mejoramiento de nuestras comunidades y suscitar el deseo de una espiritualidad mas viva que me lleve a la comunión con el Espiritu Santo.

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