Canales y conchas (*). San Bernardo, 2013

 Por Ángel Moreno, de Buenafuente del Sistal

En las fiestas de pastores y doctores, la liturgia de la Palabra nos llama a ser Luz del mundo. En la solemnidad de san Bernardo, y contemplando la historia y la misión que el santo de Claraval desarrolló en la Iglesia, comprobamos la coincidencia del texto litúrgico con su vida, pues se distinguió como antorcha luminosa, cuya luz se ha expandido por toda la tierra, gracias a sus escritos y de los monjes y monjas cistercienses. 

 

Cada año, este día, desde hace ya cuarenta y cuatro, hemos elevado la acción de gracias al Señor, a la vez que hemos intentado iluminar el momento presente de la andadura monástica en este lugar. Hoy, deseo fijarme en algunas señales que nos pueden ayudar para avivar en cada uno lo que Jesús nos dice en el Evangelio: “Vosotros sois luz del mundo, vosotros sois sal de la tierra”. 

ImagenUna enseñanza    

El santo doctor, y último padre de la Iglesia, en el  sermón 18 sobre el Cantar de los Cantares, enseña: “Si eres sensato, preferirás ser concha y no canal; éste, según recibe el agua, la deja correr. La concha, no: espera a llenarse y, sin menoscabo propio, rebosa lo que le sobra, consciente de que caerá la maldición sobre el que malgaste lo que le ha correspondido. No desprecies mi consejo y escucha a Salomón, más sabio que yo: El necio vacía de una vez todo su espíritu, pero el sensato guarda algo para más tarde”. (San Bernardo, Sermón 18 del Cantar de los Cantares)  

 

En estas palabras de San Bernardo encuentro este año una especial llamada para que Buenafuente siga siendo un lugar monástico abierto, a la vez que sagrado en su clausura; acogedor, al tiempo que silencioso; amigo y discreto; sensible a los signos de los tiempos y fiel a la Palabra; donde se ejercite el ministerio de la escucha y de la oración. 

Una imagen    

Al hilo del comentario del Santo Abad sobre cómo ser concha en vez de canal, me ha venido a los ojos, como mejor imagen, la que se puede contemplar en esta iglesia desde hace más de ochocientos años: “la Buena Fuente”. 

 

Tenemos el privilegio de contemplar en el manantial de la Buena Fuente el consejo de San Bernardo. Si nos acercáramos a la pila del manantial, observaríamos cómo se llena de agua y por rebosamiento, llega a dar alivio y gozo, solaz y alegría, música y frescor, a todos los que se acercan a la plaza del Sistal.  

 

Esta coincidencia de la fuente hecha concha con el mensaje del santo abad, nos puede llevar a elevar a signo de identidad la enseñanza de San Bernardo. 

 

En 1972, nos atrevimos a formular que Buenafuente era silencio, pobreza, naturaleza, oración, pero que no los dábamos, sino que deseábamos compartirlos. Sentíamos que no podíamos brindar el silencio, sin al tiempo guardarlo; que no podíamos acoger, sin llevar al huésped a la oración, como indica San Benito en su regla. Nos comprendimos llamados a permanecer de otra manera, sin perder la identidad monástica, y sin  que sufrieran las monjas deterioro en su carisma contemplativo. Sin duda que la llamada que sentimos, a la luz de la máxima de sabiduría de ser concha y no canal, nos ha sellado, sin saberlo, con el empeño de compartir, sin vaciarnos. 

 

Una llamada    

El sermón de San Bernardo continúa diciendo: “Hoy nos sobran canales en la Iglesia y tenemos poquísimas conchas. Parece ser tan grande la caridad de quienes vierten sobre nosotros las aguas del cielo, que prefieren derramarlas sin embeberse de ellas, dispuestos más a hablar que a escuchar, y a enseñar lo que no aprendieron. Se desviven por regir a los demás y no saben controlarse a sí mismos”. (San Bernardo,  Sermón 18 del Cantar de los Cantares)  

 

Desde el consejo de San Bernardo y la imagen permanente del manantial que nace en esta iglesia, que sirve el agua a la plaza por rebosamiento, permaneciendo siempre con agua en la pila donde alumbra, sentimos reforzarse la llamada que tuvimos al principio de los años setenta, la de no secarnos por acoger, no sucumbir por agotamiento. De ahí la prolongación del carisma monástico en las manos alargadas de tantos que son apoyo para la Comunidad. Queridas monjas y amigos, en la medida que sepamos retener la experiencia interior, podremos compartirla. Solo el que habla desde dentro llega adentro. Sólo el testigo atrae a quien en estos tiempos busca discernimiento.

(*) Titlulo original: «San Bernardo, 2013»

6 Comments on “Canales y conchas (*). San Bernardo, 2013

  1. Que el Señor siempre acompañe a nuestra Fraternidad, gran saludo y mi oracion fraterna siempre

  2. Dios todopoderoso bendiga siempre a todos los hijos del Cister. Que el Paraclito ilumine las vidas de esos hermanos que por medio de la contemplación continua de Cristo Jesús sea imitada por aquellos que en nuestro interior ansiamos ser monjes en el estricto sentido de la palabra.

  3. Queridos hermanos. ! Que suerte ser conchas! Den gracias a Dios. Yo ahora solo soy una piedra dura que no retiene nada…que no retiene el agua que fluye pir encima de mi…sin mojarme. Dominus Misere

  4. Hermoso comentario, yo quiero beber de esta fuente, de este sermón, quiero yo también como la concha llenarme en mi interior para después dar. Me quedaría todo el día contemplando en silencio estás palabras. Paz y bien.

  5. PAZ Y BIEN, MUY BUENA COMPARACION, BENDICIONES

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