ASUNCIÓN DE NUESTRA SEÑORA A LOS CIELOS

ASUNTA A LOS CIELOS

(Ap 11,19ª;12,1. 3-6ª.10b; Sal 44;
1Cor 15,20-27ª;
Lc 1, 39-56)

Señora, Santa María, me ha llegado la noticia de que, una vez que terminaste tu camino entre nosotros, fuiste llevada al cielo por mano de ángeles. Y de que los discípulos de tu Hijo percibieron una extraña sensación que los atrajo hacia tu casa, y fueron testigos de tu último aliento. Pero después de llevarte al sepulcro, escucharon una música inusitada en torno a tu tumba, y fascinados por una suave fragancia, llegaron hasta tu sepulcro y constataron que estaba vacío.

Desde antiguo todos los cristianos creyeron que tú debías estar junto a tu Hijo, en la gloria del cielo, y te han venerado como Gloriosa, Santa María, y te han entonado hermosas cantigas, en las que nos han transmitido una certeza, representada en la imagen del texto bíblico que dice: “la Mujer fue llevada al desierto, para que esté allí 1260 días”. En esta descripción sentimos que, aunque vives exaltada, junto a Jesucristo, no te has desentendido de nosotros, que aún caminamos por este valle de lágrimas, y peregrinamos hacia tu misma meta, que tú ya has alcanzado.

Quiero sumarme al cántico de las generaciones que te llaman bendita, bienaventurada, gloriosa. Y si cuentan que fue el olor a rosas lo que atrajo a los discípulos de Jesús hacia el Valle de Josafat, donde depositaron tu cuerpo con gran veneración, al contemplar la naturaleza que me envuelve, y percibir el olor a romero, a espliego, a mejorana…, interpreto que todo el campo se ha henchido del aroma de tu cuerpo glorificado.

Si una palabra, un paisaje, la lluvia, la tormenta, pueden despertar la memoria y evocar acontecimientos grabados en el interior, como hechos reveladores de la historia personal, al adentrarme en las estribaciones del Alto Tajo, y percibir en el más recio calor el olor a resina, al tiempo que canta la chicharra; al frotar con mi manos las espigas del espliego; el rozar con mis dedos los macizos de romero, me siento envuelto en la fragancia y hermosura de tu presencia maternal en toda la naturaleza.

Recibe hoy el homenaje de quienes te invocamos con tantos nombres, no solo de los valles y de las flores, sino también como conocedora de los sentimientos humanos y te los ponemos como identificativos. Así te veneramos como madre de piedad, del silencio, dolorosa, y también Virgen de la Alegría, del Consuelo, de la Esperanza…

Desde lo alto, tú puedes vernos a todos. No apartes tu mirada de quienes pierden la dirección del camino y pasan por tramos oscuros, llenos de angustia, de miedo, de tristeza. Auxilia a los peregrinos, a los enfermos, a los que les pesa su cuerpo, por motivo de su ancianidad, debilidad, diferencia con los más jóvenes. Que todos gocemos de sabernos destinados a compartir contigo las bienaventuranzas.

P. Ángel Moreno, de Buenafuente del Sistal.

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9 Comments on “ASUNCIÓN DE NUESTRA SEÑORA A LOS CIELOS

  1. bueno es muy interesante saber que la Santa mujer que dio a luz a Dios sea la merecedora de tan gran beneficio de subir al cielo y estar al lado de su creador e hijo y también es hermosos saber que ella nos ama y acepta como sus hijos a toda la humanidad doliente y mas en estos momentos tan difíciles que están pasando nuestros queridos hermanos colombianos al ser deportados de Venezuela
    que Dios y su amorosa Madre tengan piedad y misericordia de ellos.

  2. Cuan maravilloso este texto que derrama perfume Mariano!!!

  3. ¡Que hermosa realidad para nuestras vidas el saber la Divina Existencia… El sabernos Redimidos… El tener una Madre que nos guía… ! ¡Que hermoso es vivir sabiéndonos tán Amados… Sabiéndonos unidos con Jesús y María en una perpetua Felicidad en la Santísima Trinidad…! ¡Gracias Señor por habernos Creado! ¡María cúbreme siempre con Tu Manto pues sólo no puedo…! ¡Gracias Jesús!

  4. con razon y la fe que son laluz finita no hay duda que trinfara la luz por encima de la oscuridad

  5. Hermoso texto. Me ha conmovido hasta las lágrimas. En comunión con la Señora Asunta y todos los hermanos y hermanas, que siguen este espacio.

  6. «Dulce Madre, no te alejes, tu vista de mi no apartes.
    Ven conmigo a todas partes y nunca solo me dejes.
    Ya que me proteges tanto como verdadera Madre,
    Haz que me bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo» amén.
    Que Ella, nos acompañe y proteja del mal. P. Juan Cardona.

  7. Bendita Bienaventurada Virgen María; Madre de Dios y Madre nuestra, bajo la advocación de «Nuestra Señora de Coromoto» (Patrona de Venezuela) acompaña a nuestro pueblo por este peregrinar y valle de lágrimas. ¡AMËN!

  8. Me maravilla todas las lecturas y enseñanzas que nos envian.
    Agradezco a Dios por esta pagina, y les envio mis bendiciones, oraciones y todo el amor fraternal que tienen muy merecidos.
    Un saludo en el Señor

  9. Bendita sea nuestra Santa Madre María.
    Bendita sea su gloriosa Asunción!!

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