La raíces de la bendición. I Visperas XXV Domingo.

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Hech 3,22-26. “Vosotros sois los hijos de la alianza”.

La raíces de la bendición.

En este discurso de Pedro, pone el énfasis en la actualidad de la buena noticia de la salvación: “Dios resucitó a su Siervo y os lo envía en primer lugar a vosotros para que os traiga la bendición, apartándoos a cada uno de vuestras maldades” (v.26).

Pero para llegar aquí ha recorrido un largo camino: “Moisés dijo… Y, desde Samuel en adelante…”. Son las raíces de la bendición.

Dios no se levanta un día con el capricho de bendecir, de modo que el día siguiente puede tener el capricho contrario y retirar su rostro. Esa es la divinidad griega que había que convencer, si no engañar, para conseguir su favor.

El Dios único y verdadero es estable en su voluntad amorosa, y en esa roca (en hebreo emet, raíz de la palabra emuná: la fe) podemos fundamentar la bendición. Cuando Dios nos bendice hay una historia de elección y fidelidad, que nos da seguridad en la gracia recibida.

Cuántas bendiciones cada día: ¡Qué sobreabundancia de fidelidad y amor de Dios en cada bendición! Pidamos al Espíritu que nos de ojos para ver, y un corazón exultante de agradecimiento y alabanza.

Comunidad de Las Bienaventuranzas

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2 Comments on “La raíces de la bendición. I Visperas XXV Domingo.

  1. Sí cuantos milagros se producen cada día, uno tras otro, El Senor está con nosotros.

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