Algunas respuestas V

Lourdes dijo:

Queridos hermanos en El Santo Nombre de Jesús. Paz y bién.
La perseverancia en la invocación del Nombre sólo es posible por la intervención del Espiritu Santo, però és posible sin un guia espiritual que te acompañe? porque es dificil encontrar a alguién en la ciudad donde vivo.
Cambiar de invocación a menudo, aunque contenga el Santo Nombre,es aconsejable?

Muchas gracias y que nuestro Señor Jesucristo os bendiga y os guarde siempre.Amén.
Lourdes.

Estimada hermana Lourdes, le saludo invocando el Santo Nombre de Jesús.

Sin duda alguna, un guía espiritual, que oriente en base a sus experiencias personales de oración y no por mera erudición, es necesario.

Sin embargo, a falta de este, el mismo Espíritu Santo se encarga (existiendo en uno el fuerte deseo de orar sin cesar), de ir orientando hacia acontecimientos que sirvan de guía.

Puede ser algún libro, una homilía, un comentario de alguien… pero sobre todo, es preciso atender a las mociones interiores, a esos pequeños movimientos del sentimiento, silentes pero certeros, que nos dicen con una nítida frescura, por donde nos llama El Señor al corazón.

Cuando esta sugerencia que llega al alma es escuchada, se siente una alegría sin objeto, un cierto gozo que no tiene que ver con nada especial. Ese es un indicador muy adecuado de lo que hemos de hacer y, en ese sentido, sirve como guia espiritual.

De todos modos, una regla no falla: Ante cualquier duda, invocar a Dios y ponerse realmente en Sus manos. La providencia sabe llevarnos donde conviene y del modo que es mejor.

Finalmente, no es aconsejable cambiar la invocación a menudo. Suele ser obra de la mente que en su vagabundeo busca el cambio como estímulo para producirse sensaciones.

Le saludo fraternalmente, invocando el Nombre de Jesús.

Ernestina dijo:

Quisiera saber un poco más sobre el momento en que se pierde ya el nombre de Jesús y queda sólo la respiración o latido sin nombre. Gracias

Estimada hermana, le saludo invocando a Jesucristo.

Dicho momento, que a veces se hace un modo de ser y estar en la persona, pura obra de la gracia; no ha de buscarse sino que resulta como fruto de una práctica desapegada y perseverante que, profundizando la entrega a lo que Dios envía en cada instante, busca solo el recogimiento en lo que es importante.

Uno llama la presencia de aquel que no está junto a uno. Pero cuando la unión se ha concretado, cuando esa Presencia es ya un hecho, el llamado cesa por sí solo. ¿Para qué habría de llamarse a Quién ya ha venido?

Poco o más bien nada puede decirse de esa unión, solo indicar dando alguna pista que guíe a la mente que busca saber. Decir que esa unión no es la nada y que no tiene nada que ver con cierto proclamado vacío.

Podría llamársele la plenitud de la gracia o eso que siempre se ha buscado y en donde nada se necesita porque se lo tiene todo.

Le saludo fraternalmente, en la invocación del Nombre.

Alejandro dijo:

Hola gracias por esta oportunidad. Me gustaría preguntar si hay algún consejo sobre cómo profundizar en la oración de Jesús durante la jornada y no perderla constantemente con distracciones.
Por otro lado me gustaría si me puede dar alguna instrucción para profundizar durante la práctica en la oración de la mañana en la soledad. Yo suelo repetir el nombre de Jesús junto a la inspiración y luego en la espiración hasta percibir el apaciguamiento de la mente y poder permanecer en esa paz presente. Cuando La Paz o serenidad se desvanece vuelvo a repetir el nombre de Jesús.
Desde ya muchas gracias y les envío un saludo cordial invocando el nombre de Jesús
Alejandro.

Estimado Alejandro, te saludo invocando el Nombre de Jesucristo.

Dos cosas nos dificultan dicha profundización mencionada. La primera es nuestro propio interés en aquello que tiende a distraer. Es decir: No hay distracción sin alguien que se distraiga. Puede sonar a cuento pero es la verdad.

Cuando nuestro interés central, primario en la vida, es unirnos a Dios en cada acontecimiento, es decir vivir en Su presencia; la curiosidad disminuye en gran medida por aquellas secundariedades que nos agobian a cada rato debido al mundo sobre-estimulado de hoy.

En otras palabras: Se dejan de revisar las noticias de cualquier tipo, a todo momento del día; se deja de revisar la mensajería del móvil a todo momento del día y se abandona ese ímpetu frenético para ver que nuevo objeto puedo comprarme que venga a anestesiar el dolor interior…

Esto no lo digo para usted personalmente, sino en general, algo que pasa a todos.

La segunda dificultad es nuestra falta de abandono e intentos de control de los resultados de la acción realizada.

Por ejemplo en lo referido a las distracciones derivadas del trabajo, familia o demás ámbitos de la vida: cuando se tiene presente a Dios y Su providencia, son tareas que se llevan adelante con eficacia y tranquilidad, lo mejor posible. No llegan a distraernos verdaderamente, ya que al estar entregados a la voluntad divina, se nos quita la preocupación, que es lo que realmente nos distrae.

Respecto de su práctica de la oración a la mañana, me parece que no debería alterarse, siendo así como la describe.

Le mando un saludo fraterno, invocando el Santo Nombre de Jesús.

Este es el final de las respuestas surgidas debido a las preguntas realizadas el 3 de septiembre en el post: «Unos pocos días«. Si ocasionalmente surgieran nuevas consultas, formularlas en un comentario en el post del día o al correo del blog, serán respondidas en la medida de lo posible.

Muchas gracias invocando el Nombre de Jesucristo.

2 Comments on “Algunas respuestas V

  1. Buenos días.
    Estoy muy agradecida por las respuestas que hemos recibido a lo largo de estos días. Son de gran ayuda en este camino .
    Dios los bendiga por el bien que hacen.

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