Día 13 – La gracia y el esfuerzo

Texto del día

… Si por ejemplo te encuentras enojada/o con algún ser querido o incluso con alguien que no siendo cercano se halla vinculado contigo frecuentemente. O si te fastidias con esa persona cada día por su mera presencia, por las incomodidades que te provoca en tu diario vivir… ¿Qué hacer? Aquí hay una oportunidad para comprender como actúa nuestra voluntad y como opera la gracia y de como nosotros «abrimos la puerta» a la acción de la gracia.

Si al darme cuenta que estoy enojado o fastidiado, en lugar de reforzar ese enojo con pensamientos que justifican mi malestar, invoco El Santo Nombre de Jesús y le pido que ablande mi corazón, que lo inunde de misericordia y le permita comprender la naturaleza de ese prójimo, de lo que le lleva a actuar como actúa y estando enojado todavía, anhelo el don de la serenidad y el perdón… estoy abriendo paso a la gracia divina que transformará la situación.

La gracia ya estaba allí actuando pero yo no la escuchaba por el ruido ensordecedor de mi mente que fastidiada mascullaba y despotricaba. La cercanía constante de la gracia divina es sutil pero puede ser escuchada si uno intenta actuar desde el corazón y no desde la cabeza o el mero impulso corporal.

¿Todo es gracia? Pues sí. Sin embargo está reservada para nosotros la libertad de abrirle las puertas o de resistirnos a su acción. Imagina la gracia como la luz del sol al principiar la mañana en un hermoso día de primavera. Está allí, disponible. ¿Le abrirás las puertas y ventanas de tu casa? ¿Dejarás que penetre y renueve el aire de tu hogar? Allí nuestra porción de libertad, de libre albedrío.

En el ejemplo del enojo; debo abrirme a la posibilidad de permitir que este fastidio pase, que deje lugar a la calma y a la comprensión del otro. La gracia actúa del modo inmaterial propio de Dios, a través de la sutil voz en el corazón de cada cual. Y actúa a través del modo material mediante nuestra voluntad partícipe de la creación. Dejarnos invadir por Dios es nuestra mayor libertad.

Otro ejemplo: Me siento insatisfecha/o por la situación general que estoy viviendo. Apenas levantarme ya acuden las quejas a mi mente y los sentimientos de auto-compasión y reproche. Pero acabo de darme cuenta (ahí está la gracia) y entonces invoco a Jesús para que me enseñe a aceptar lo que vivo y me brinde la clave para transformarlo (ahí está mi voluntad).

Y así con todo…

Práctica sugerida

Esta misma noche o al empezar este día 13 de los ejercicios, detectar aquella conducta en mi cotidiano en la que soy particularmente incoherente con la conducta de un cristiano. Ese comportamiento que no es fiel al Evangelio y a la enseñanza de Cristo. Puede ser una actitud con alguien, un hábito nocivo, una situación en la que me dejo envolver o tantas otras. Usar ese comportamiento para verificar el impulso de la gracia y nuestra voluntad que suele resistirse. Abrirse allí de lleno a la purificación y unir nuestra voluntad en la dirección a la que nos lleva el Espíritu. Permitamos que la gracia nos transforme.

Extracto del 4° relato del peregrino de lectura sugerida

9 Comments on “Día 13 – La gracia y el esfuerzo

  1. Llevo poco tiempo, una semana más o menos, practicando de manera, muy deficiente todavía, pero con mucho ánimo la oración de Jesús. Me he propuesto alcanzar el listón del equipo del Santo Nombre, soy consciente que para mí es imposible, pero con la gracia de Dios, sé que será posible. Antes de invocar el Nombre de Jesús, cuando me agredían verbalmente, ipso facto, contestaba en la misma proporción o superior a la agresión recibida, acto seguido, me arrepentía de esta actitud, pero era superior a mis fuerzas, era algo que me superaba, algo que no podía controlar. De hecho, siempre me confesaba de lo mismo, una y otra vez, siempre un pecado y el mismo. Era ya aburrido. Ha sido iniciar la oración de Jesús, y el cambio ha sido de 180º. Ahora siento mi alma en calma y ya no respondo ante ellas; no es que no existan, las agresiones verbales siguen estando ahí. Es como si la oración de Jesús hubiese endurecido mi piel, y ya no siento los golpes. Y no sólo esto, ahora cuando escucho en otros, malas contestaciones, palabras fuera de lugar, agresiones verbales, me doy cuenta de la situación tan ridícula y lamentable, el terrible espectáculo ante Dios que está ofreciendo la persona que habla de esta manera. Antes de invocar el Santo Nombre de Jesús, no podía percibir estas cosas.

    • Gracias Clara por su compartir sincero. Nos alegra mucho que ya esté experimentando los cambios que sobrevienen al repetir la oración de Jesús, con persistencia y determinación. Unidos en el amor a Jesucristo.

  2. Siii !!, es muy util lo que ayer se comentó de enseñarle a Cristo esos resentimientos que nos llevan a la ira y pedirle que actue en ello. No esconderlos de su presencia avergonzados sino poner todo aquello que vemos que esta mal en nosotros y que nos preocupa ante El que es el Medico Divino para que actue en ello pidiendole que lo arregle.
    Los que estan sanos no tiene necesidad de medico sino los enfermos. No he venido a llamar a justos sino a pecadores. Marcos 2:17
    Paz hermanos.

  3. Gracias es verdad todo es gracia , Señor muchas veces no se escucharte y me escucho mas a mi que a ti. Enseñame a escucharte y a abrirme a tu gracia perdona mi pereza gracias.

  4. A veces me encierro en mi mismo , en la autocompasión y el lamento y aparecen pensamientos obsesivos, difíciles de erradicar . En realidad, basta dejar que pase la luz para que esa bruma y espesura se esfumen.
    Ahora percibo mejor que es el deseo de que la luz pase lo único que puedo disponer, pero a la vez no lo hago, he ahí la incoherencia, pues pudiendo ser libre no lo soy y prefiero la esclavitud a la libertad.
    Solo me queda invocar el nombre de Jesús para que tenga misericordia de mi.

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