la atención es libertad

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7 Comments on “la atención es libertad

  1. Querido hermano Mario, Cristo te bendiga
    Muchas gracias por estos videos que tanto ayudan a acercarnos más al Señor. A conocernos interiormente para así mejor actuar conforme a nuestro deseo de acercarnos más a Dios.
    Para mi es de gran ayuda esta formación y sobre todo ponerlo en práctica con el manto de la repetición de la oración de Jesús que todo lo envuelve.
    Oraciones
    Un fuerte abrazo

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  4. Hno. Mario: Muchísimas gracias por hacer este vídeo extensivo a todos los que leemos «sólo» el blog.
    Dios le ha concedido el don de, además de tener una buena formación, saber comunicar a los otros su saber y su experiencia.
    En mi pobreza deseo compartir algo que me sucedió ayer tarde, y podría de algún modo ilustrar lo que nos ha dicho.
    Por una minucia sentí como la ira, el enfado o lo que fuese se apoderaba de mi, fueron segundos, en lo que todo me ardía por dentro, pero me aferré a repetir la oración de Jesús, y no me permití el pensar nada sobre lo que había sucedido, sólo invocaba a Jesús; alrededor de una media hora duro este «combate» al final, se había instalado en mi la paz, Dios fue bueno conmigo.
    En estos momento ya ni recuerdo en realidad qué es lo que sucedió. Por eso me ha impresionado doblemente su vídeo.
    Gracias por todo lo que hacen por nosotros.
    Un saludo invocando el nombre de Jesús.

    • Gracias María, Cristo te cuide. Es así, minucias vienen a enturbiar la paz del corazón y a poner una sombra en la luz que todo lo habita. Y lo que cuentas no es más ni menos que la solución misma: Concentrarse en la oración de Jesús y no poner atención a los pensamientos que provocan sentimientos de ira. Te mando un saludo fraterno hermana.

  5. Estimado hermano Mario, magnífico vídeo. En él explicas dos conceptos fundamentales y es la diferencia entre la reactividad y la proactividad, además desde un lado espiritual genial. Gracias por el vídeo.

    Sobre el apresuramiento que nos lleva a dejar de lado lo esencial, yo diría lo siguiente:

    Centrarse sobre lo esencial en vez de centrarse en los continuos problemas no es una cuestión técnica. Exige una nueva mentalidad (conversión), así como otra forma de ver las cosas. Nadie cambia su forma de conducta de repente, aunque se dé cuenta que debe cambiarlo, si no modifica su propia escala de valores.

    El cristianismo exige centrarse en lo esencial. Un buen cristiano tiene tiempo para realizar lo esencial, que origina armonía interna y externa. Quien es adicto a las últimas fórmulas del éxito, técnicas o quien se centra en los problemas y aspectos operativos secundarios, está atrapado en la trampa de lo urgente, se vuelve imprescindible, crea una situación perversa, no tiene tiempo para lo esencial, ni para desarrollar Discípulos ni ninguna otra cosa. Si trabaja más en el mundo de la improvisación que en el de la preparación, a efectos prácticos, está con un mazo machacando grava.

    La peor consecuencia de centrarse en lo urgente y en la improvisación es la
    despersonalización de la fe, a la que se le quita la esencia de su mejor significado y
    acentúa el sentido trágico de la vida. El no desarrollar Discípulos por no centrarse en las prioridades, acarrea una verdadera deshumanización.

    La forma en que uno pasa el tiempo determina el trato que se da a sí mismo. Quien
    se permite ser víctima de las circunstancias trabaja muy por debajo de sus
    posibilidades y se decepciona a sí mismo.

    El hábito fundamental es de la Atención. La atención multiplica el tiempo; porque
    de nuevo el problema no es de “organizar el tiempo”, ni de hacer mucho a mucha prisa, ni un problema técnico; sino un problema de mentalidad, que logra que el tiempo dé mucho más de sí.

    A pesar de la prisa y de la presión del instante el problema es mucho más interno que externo.

    Cuando lo esencial no está claro, cualquier cosa lo empantana; y una nueva idea,
    aunque sea muy buena, crea un problema. Quien no tiene tiempo vive un sobreesfuerzo continuo que le sobrepasa. Es un tipo de vida agobiante al tener que
    atender a un conjunto excesivo de exigencias irremplazables. No disfruta y no tiene equilibrio. Corre no sabe muy bien a dónde, ni por qué, ni para qué. Simplemente el correr mucho constantemente se convierte en una actitud corrosiva y deshumanizada.

    Bueno, son ideas sueltas sobre el tema. Espero que ayude.

    • Hola Sergio. Gracias por tu participación frecuente y tan generosa. Todo tu comentario tiene «tela para cortar». Sin embargo en aras de la brevedad destaco: «La forma en que uno pasa el tiempo determina el trato que se da a sí mismo. Quien
      se permite ser víctima de las circunstancias trabaja muy por debajo de sus posibilidades y se decepciona a sí mismo». No lo había considerado y me parece muy cierto e interesante. Un abrazo en Cristo hermano.

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