Apatía por la oración

Hermano, desde hace varios meses siento tanta apatía por hacer oración. Me cuesta hasta la oración del corazón. No sé si será madurez o es otro proceso. Pero ya no es igual a hace unos años cuando me entusiasmaban tanto esos temas. Lectio divina hace muchos años que no hago, el santo rosario ocasionalmente. La confesión hace dos años que no voy. ¿Puedes decirme algo?

Hola hermano, saludos en Cristo. A todos nos suceden los ciclos o las subidas y bajadas en nuestra vida espiritual. Una cosa que ayuda, es que al caerse ahí nomás tratar de irse levantando. No quedarse «rascando la herida» porque es la oportunidad que tienen nuestras tendencias negativas para fortalecerse. Acuérdate que dicen en Filocalía: «Todo aquello sobre lo que se pone la atención se ve reforzado o crece». Entonces lo más rápido que se puede hay que incorporarse, pedir la gracia de la sensación de la divina presencia y seguir adelante.

A la vez, el hacer un examen de conciencia y confesar por supuesto que sirve, pese a que implica poner la atención brevemente sobre lo hecho. En este caso la atención es hacia la purificación interior del alma y las crisis suelen prolongarse si se posterga la reconciliación. La sensación de estar en falta se va acumulando por el paso del tiempo y esto aplasta aún más la buena intención de elevar nuestro espíritu.

También, sucede que nos interesamos por un tema, lo descubrimos y nos agrada (por ejemplo la espiritualidad de la oración de Jesús) y comenzamos una especie de «luna de miel» en donde el entusiasmo es lo que prima. Pero claro, luego de varios meses esto declina naturalmente, porque la novedad ha pasado y es precisamente allí donde puede iniciarse el trabajo espiritual más profundo y cierto. Por lo general el ego espera resultados rápidos y cuando no los obtiene pierde el ánimo y se aboca a otra búsqueda que vuelva a entusiasmarlo. Esto suele llevarnos a un «turismo espiritual» al que luego cuesta ponerle fin. A la vez, si nada nuevo se encuentra vuelve la apatía.

Hay que recomenzar el camino, con paciencia, no pretendiendo mucho y sabiendo que sin la gracia nada podemos. ¿Que se necesita de nuestra parte? Poner lo mejor que podamos, hacer el mejor esfuerzo, nos damos cuenta de esto si nos miramos con verdad interna. No te andes comparando, ni siquiera contigo mismo años anteriores; son balances imaginarios que hacemos sin base real; todo va cambiando, en el cuerpo, en la mente, en el medio que nos rodea, en el mundo, por eso no es legítimo comparar un recuerdo que idealizamos de nosotros mismos años atrás con el ahora que percibimos en este momento de crisis.

La lectio divina, el santo rosario, son medios muy eficaces de crecimiento interior para quién se siente inclinado o llamado a esas formas de devoción. Puede que no sea tu caso o tal vez este momento que atraviesas necesite de otro acercamiento a la unción interior. Empieza la subida con aquello que sientas como una suave alegría secreta. Con esa forma de oración que te brinde calidez y confianza. No la evalúes en función de otros criterios. Lo importante ahora es recuperar el ritmo, los pasos ágiles y livianos que acerquen al sabor de la divina presencia. Cuando eso aparece ya te resulta más fácil guiarte. Un abrazo fraterno hermano, invocando el Santo Nombre.

Textos propios del blog

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Dos enlaces:

La Virgen de los desamparados

La mirada contemplativa

6 Comments on “Apatía por la oración

  1. Me parece muy interesante este compartir.
    A mí me cuesta mucho tener un hábito duradero y constante de oración. Ya sé que en un primer momento todo es muy gratificante pero que al final la acción del Espíritu que tiene que ver con hacerte crecer en el amor, la fe y la esperanza, en vencer y extirpar las raíces del pecado, que dice San Juan de la Cruz, pasando por esa noche del sentido y después por la espiritual, es algo que no puedes controlar, que el Señor hace su obra y tú sólo te brindas a dar tu buena intencion en el tiempo que le dedicas a Dios.

    Hace unos años descubría orar con el Padrenuestro con cada una de las partes. Eso me entusiasmó y enriqueció mucho, pero que con el tiempo fui dejándolo de lado. Me parece también muy interesante la oración de Jesús, la Leccio, el escrutar la Palabra, la alabanza y el canto en lenguas, la oración centrante, la espiritualidad carmelitana. La Eucaristía. La confesión. Y el rosario, que he retomado hace poco.. Aunque a veces creo que todo esto es excelente pero que es preferible centrarse en pocas o incluso en sola una o dos maneras de orar para aprovecharlas más. ¿Esto es así?

    • Hola Juan Carlos, Cristo te cuide. Sin duda que centrar nuestra vida de oración en una o dos formas es lo mejor para no dispersarse. Puede haber una etapa inicial donde la persona recorre una serie de formas devocionales en búsqueda de aquella que le resulte más entrañable, sin embargo hay que definirse por un camino a fin de poder cultivarlo y desarrollar lo que esa particular manera de orar tienen para enseñarnos en el camino hacia Dios.

      Uno puede ir cambiado de modo de orar según los momentos que atraviese el espíritu, pero seguro que no muchas veces en la vida. La oración es algo tan necesario para nuestro espíritu como respirar para el cuerpo. Hay que elegir y seguir adelante con el método elegido un tiempo largo antes de probar otro.

      Un abrazo fraterno, invocando el Santo Nombre de Jesús.

  2. Muchas gracias por la pregunta y la respuesta.
    Tengo periodos en que la oración y la lectio me cuesta mucho realizarlas. Y termino en actividades, que a modo de excusa , ocupan el tiempo de la oración o meditación.
    Cuando tomo conciencia de está situación, recurro a la repetición del Santo Nombre para buscar su Presencia , en medio de mis ocupaciones diarias.
    Un saludo fraterno .

  3. Importante el levantarse cuanto antes, una vez que hayamos caído.
    Recuerdo un obispo que predicando unos Ejercicios Espirituales decía que él medía la “santidad” de los seminarista, no por el número de caídas, sino por el tiempo que mediaba entre la caída y la levantada.
    Pues eso, que Jesús el Señor nos conceda luz para reconocer nuestra situación y fuerza para levantarnos y emprender otra vez el camino.
    Un saludo invocando el Nombre de Jesús

  4. Gracias por las preguntas y las respuestas, aprendo. En mi caso digo la oración de Jesus en mis actos cotidianos, al llenar una botella con agua, al bajar y subir las escaleras, es correcto hacerlo en esos momentos también? Cuando mi mente se va en pensamientos dijo la oración como manera de traerme al presente y sentir el corazón acompañado por El. Gracias y bendiciones.

  5. Yo solo quiero decir que la confesión es pilar en estos casos porque recordemos que la confesión es aumento de gracia santificante y está gracia es la que nos va a ayudar a salir. También el afiliarse con grupos de Rosario ayuda para rezar juntos.
    Aunque debo confesar que yo ando por las mismas. El problema es que ahora con la contingencia no hay confesiones.
    Mis pobres oraciones para los hermanos que se encuentran así.

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