Espiritualizar los actos

¿Que se entiende por «Espiritualizar los actos»?

Desde un punto de vista, un acto se espiritualiza cuando se hace con atención. Esto es, consciente de sí mismo mientras se ejecuta la acción y consciente de lo que se está realizando. Esta doble dirección de la atención, en realidad es aparente. Para ser capaces de lo dicho, hay que situarse fuera del actor y de lo actuado, en una explanada desde la cual testificamos lo que ocurre. Esta mirada que abarca al que hace y a lo hecho proviene desde los sentidos espirituales.

Otra característica esencial es actuar recordando a Dios o dicho de otra manera, atentos a su presencia en el momento mismo. Actuamos ante Él y junto a Su Espíritu que nos envuelve. Esto se vincula también con un hacer para Dios, situándonos en actitud de ofrenda o agradecimiento. Es como si dijéramos: «Señor, esto lo hago para Ti, quiero que llegue a Ti, te lo entrego».

La espiritualización de los actos implica también un sentido o significado. En una de sus acepciones, –sentido– implica un sendero, un camino. Se quiere decir que las acciones con sentido involucran un propósito, el transitar un proceso consciente. En la misma tónica, algo tiene significado cuando es –signo– de algo más. Está manifestando algo que no está a la vista pero sí presente en el acto mismo como cualidad.

En suma, intentamos actuar ante la presencia de Dios, buscando esa postura interior que nos permite ser oficiantes, buscando sacralizar lo que hacemos, cargados de cierta unción que transforma aun lo más cotidiano en ceremonia y ofrenda. Esto invierte la dirección habitual de nuestro comportamiento. El cambio conlleva un movimiento desde la plenitud hacia el mundo y no ir hacia las cosas para buscar en ellas la plenitud.

No será cuestión de un momento generar esta metanoia en nosotros, pero si podemos determinarnos profundamente a ir por este sendero que sigue el rastro a lo sagrado en cualquier momento, situación o lugar. De otro modo la vida pierde su sustancia, dejamos lo esencial de lado y nos alejamos de lo significativo. La vida tiene un sentido profundo, ese sentido está presente en cada momento y trasciende la muerte aparente. ¡Oh Señor, despierta en nosotros el corazón espiritual para que podamos descubrirte en todo y en todos!

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11 Comments on “Espiritualizar los actos

  1. Magnífica síntesis. Creo que los monjes filocálicos sabían mucho de esto, actuaban de ese modo de manera natural, bueno, ese natural que se da después de un largo aprendizaje convertido en segunda naturaleza.

    Cierto que nunca nos damos el todo, que andamos midiendo y con miedo. Cabría preguntarse ¿reservarse para quién? ¿reservarse para cuándo? y ahí seguimos en nuestra mediocridad.

    Creo sería interesante intentar buscar una cita bíblica para cada acto que realicemos.
    Nos levantamos: Por Ti madrugo, Dios mío.
    Duchamos: Lávame de mis delitos
    Desayuno: ya comamos…todo para gloria de Dios.

    Puede parecer pueril pero tal vez nos ayude; voy a ir pensando para completar, y así ir dejando actuar a Jesús a través de todo lo realizado y estar en diálogo con El.
    Porque como se nos ha dicho las cosas son lo que son y algo más.

    Ojalá todo nos vaya permitiendo ser dueños de nuestras acciones y encaminarlas en la dirección correcta y nuestras acciones se vayan espiritualizando.
    Un saludo en Cristo Jesús y mi gratitud.

    • Hola María! Que buena idea. Envíanos la lista que puedas hacer con citas bíblicas, será muy útil. ¿La publicarás en tu blog? Que así sea! La enlazaremos aquí. Un abrazo fraterno en Cristo Jesús.

  2. Muchas gracias Mario por este texto tan valioso Podrías darme un ejemplo de la tercera forma de espiritualizar los actos: “En la misma tónica, algo tiene significado cuando es –signo– de algo más. Está manifestando algo que no está a la vista pero sí presente en el acto mismo como cualidad”. Muchas gracias Angélica

    • Hola Angélica! Sí, por ejemplo, me pongo a ordenar toda la casa. Esto podría ser signo de mi intención de ordenar el alma, de centrarme en las prioridades del día. O por caso: Voy al jardín, saco una plantita que está muy oculta y ahogada por otras y la pongo en un lugar donde pueda recibir la luz, esto podría ser signo de mi propósito de percibir la presencia de Dios en el cotidiano. Encuentro el amor de Dios en esa pequeña belleza y la destaco y la cuido. Me dices si me explico. Un abrazo fraterno y gracias por comentar. Cristo los cuide.

      • muy claro Mario, muchas gracias

  3. Gracias, es algo que no es fácil de conseguir pero tampoco dificil todo esta creo en poner toda mi atención solo en EL y poco a poco todo se convertirá en oración o algo espiritual , gracias.

    • Así es Ana, lo dices bien. Hacia donde dirigimos nuestra atención es algo clave. Esto nos lleva a tomar contacto con lo más esencial que somos (el espíritu Hijo de Dios) que es quién puede guiar la atención hacia Dios solo. Necesitamos paciencia, determinación en la búsqueda y, por supuesto, la asistencia de la gracia. Un saludo fraterno, invocando a Cristo Jesús.

  4. Me parece muy sugestivo pues ciertamente, los actos con sentido, son los actos que tienen una razón de ser. No son fortuitos ni indiferentes. Nos permiten involucrarnos en ellos hacia un objetivo o fin y por tanto dirigirlos hacia Dios.
    Igualmente, los actos significativos , nos invitan a pensar en algo más que no vemos o que no percibimos pero que está ahí.
    Pienso que todo apunta hacia un «consentir» que DIos haga en mi. Espiritualizar, encuentro que es dejar a Dios que vaya haciendo en nosotros, y que él sea la raíz de nuestro obrar.

    • Llevar a la práctica esta disposición no es fácil pero tampoco imposible.Nos permite elevarnos como seres humanos y entrar a trascender en nuestros actos a lo que fuimos destinados

      • Claro! Al elevar nuestro espíritu comenzamos a alinearnos con la voluntad de Dios, que al fin de cuentas es dejarnos llevar hacia lo que Él nos destinó desde el principio. Gracias por comentar, saludos fraternos en Cristo Jesús

    • Aporta mucho Padre José, este énfasis que pones en el consentir que Dios actúe en nosotros. Al fin de cuentas, espiritualizar nuestras acciones es dejar que la gracia se exprese en ellas sin interferencia de nuestro ego, que siempre anda buscando algún beneficio personal. ¡Menuda tarea! La gracia nunca más necesaria. Un abrazo fraterno invocando el Santo Nombre de Jesús.

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