Libre de vanos cuidados

Hoy se conmemora a San Antonio Abad, también llamado «el grande», considerado por muchos padre de la vida monástica. Su modo de vida puede resultarnos hoy completamente ajeno. ¿En que sentido puede ayudarnos hoy su ejemplo como modelo de conducta?

Hay que leer el significado que portan las imágenes del relato de su vida. Más allá de lo pintoresco del relato, de lo que pueda tener o no de fábula en busca de la conversión del lector de su tiempo; nos transmite un mensaje de mucho interés. Me parece que la búsqueda de la coherencia entre su vida y la enseñanza evangélica, precisamente al modo que se describe en los Hechos de los Apóstoles, se había transformado en un propósito fuerte de sus días. Andaba en el tema diríamos hoy.

Antonio reflexionaba sobre la escritura, asistía con frecuencia a los oficios y escuchaba la palabra con una actitud verdadera. Esta convergencia lo acercó a la radicalidad que vemos después. Hoy podríamos preguntarnos: ¿En qué pongo mi atención? Por que esta se dirige hacia lo que nos interesa. A veces nos decimos que un tema es importante para nosotros pero no lo es tanto. Para eso nada mejor que observar la conducta de cada día.

No se nos antoja siquiera posible venderlo todo y darlo a los pobres o irnos a vivir solos al desierto en condiciones de extrema austeridad. Es cierto. Pero sí podemos ir aumentando la prioridad que damos a lo espiritual sobre lo material o mejor aún, vivir nuestra relación con lo material desde lo espiritual. Sí podemos volvernos solitarios en cuanto a no dispersar nuestra atención en múltiples cuestiones secundarias y centrarnos en lo que es importante.

Reemplazar la divagación mental constante por la oración interior frecuente o no seguir el discurrir de las películas mentales retirándoles la atención; llevando toda nuestra percepción al estado donde se percibe la divina presencia, es hacer efectivo y real el desierto en nuestra vida. Al fin de cuentas, para ello se retiró Antonio y muchos otros, para facilitar el encuentro con esto mismo. Entonces si nuestra vocación o circunstancias nos permiten la soledad y la austeridad extremas muy bien; pero ya mismo podemos irnos a vivir a la ermita interior, despojados de vanos cuidados, del todo entregados a la voluntad divina.

El desierto en uno de sus significados alegóricos muestra esta desnudez del hombre frente a la vastedad del cosmos. Otro de los pasajes significativos de la «Vita…» tiene que ver con la lucha de Antonio frente a los demonios. Algo cercano a nosotros son nuestros miedos, todas aquellas imaginaciones que nos cercan y limitan, nuestras propias apetencias que nos esclavizan y demandan de continuo. Vivir con lo necesario, prescriben los espirituales en toda época y lugar. ¿Qué es lo necesario?

Sin duda, lo imprescindible para la vida material, pero también y que suele obviarse, lo necesario es la vida espiritual. Atravesar los días sin el sentido de la presencia o sintiéndonos librados a nuestras propias fuerzas es un estado de indigencia que nos aliena de nosotros mismos. Indaguemos entre líneas en todas estas vidas célebres y descubriremos algunos pocos atributos en común que podemos traer a nuestro momento actual. Vivir conforme a lo que se comprende, aumentando la coherencia en nuestra vida, podría ser un atributos que todos estos grandes modelos de conducta tienen en común.

Un abrazo fraterno para todos, invocando el Santo Nombre de Jesús.

elsantonombre.org

Mistica vita

Homilía dominical del Padre José

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2 Comments on “Libre de vanos cuidados

  1. Creo que es importante, ese: « vivir, conforme a lo que se comprende». Ahí radica una fuerza de la que hoy tal vez carecemos o hemos perdido, pero también sea dicho: una fuerza, que siempre podemos recuperar.

    • Claro que sí. En el mismo momento en que vemos nuestra incoherencia, allí mismo nos estamos ya volviendo coherentes. Un abrazo fuerte José! En Cristo Jesús.

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