Algo de Fenomenología

Queridas hermanas /os en Cristo Jesús: Aquí les dejamos la transcripción de uno de los vídeos de Fenomenología, para que puedan revisar si esta temática y el modo que se utiliza para su transmisión es de vuestro interés. Debajo el vídeo origen del texto. Mañana, Dios mediante, les entregaremos el texto con una clase del curso Filocalía

Si deseas participar y no estás anotado desde el año anterior, envía tu correo a fenomenologiacurso@gmail.com – Si puedes y quieres ayudarnos haz llegar una aportación económica voluntaria a través de alguno de estos medios: Página de contacto y donaciones

«Queridas amigas y amigos, estamos nuevamente juntos ahora en el ámbito de la Fenomenología. Trataremos hoy tres temas que surgen de consultas que ustedes me hacen llegar.

El primer tema es el de la duda o las dudas, que lo hemos tratado en alguna ocasión, con brevedad. Quizá por una cuestión cultural, no sabemos bien el origen de esta costumbre, tendemos a rumiar, a ponernos en una especie de reflexión introspectiva, sopesando las cargas cada vez que nos encontramos sumidos, sumergidos, en la duda o en las dudas. Desde el ámbito de fenomenología se entiende que cuando estamos en la duda es porque las cargas, las diferentes cargas entre distintas imágenes, no se han inclinado todavía en la balanza. Es como si hubiera demasiado equilibrio o demasiada paridad entre las distintas opciones de las cargas de nuestras imágenes.

¿Recuerdan, verdad? Entonces, ¿Qué es lo que se aconseja en Fenomenología o qué es lo que aconsejamos, recomendamos? Cuando estamos en la duda, ponernos en una sesuda reflexión, anotar los pros y los contras de cada una de las opciones? No. Debatirnos, ensimismarnos, darle vueltas y vueltas analizando factores, no. Cuando nos encontremos en la duda… no hacer nada. Es más, no sólo no hacer nada, sino tratar de desatender el tema.

Esto de desatender el tema implica, que la mente no va a ocupar el papel central en el proceso de la elección o del comportamiento que finalmente se va a producir. Esto lo podemos ver en la historia humana. Por ejemplo, con el famoso Eureka! Se acuerdan? Creo que era Arquímedes, verdad? Arquímedes, que hablaba del Eureka, que estando en una situación del todo alejada al objeto de su oficio, de repente sufre una especie de iluminación espontánea o de comprensión que le brinda una solución adecuada para aquello que era su problema. Yo ni siquiera me acuerdo bien cuál era su materia. Creo que era algo relacionado con la física y la teoría de los líquidos o algo así. Es decir, el científico o el pensador, el filósofo deja de aplicarse al punto en el cual estaba totalmente ensimismado, se pone a hacer otra cosa y ahí por sí misma, la solución aparece. A algunos científicos esto les ha ocurrido en el sueño onírico, que se le revela la solución del asunto. ¿Por qué? Porque se necesita de algo más profundo que el pensamiento para que todos los factores se co-engranen y brinden una percepción, o mejor dicho, una representación clara de lo que debemos hacer.

Esto es más propio del ámbito de la intuición. la intuición. Para que la intuición funcione en su plenitud, el pensamiento tiene que estar, si no ausente, al menos ser escaso. Por eso les decía al principio desatender el tema que nos preocupa o el tema sobre el cual tenemos dudas. Para terminar, ya saben que me gusta siempre repetir y sintetizar. Si hay duda, lo dejo estar. Lo dejo estar no hago nada, espero. Espero que sedimente un poco; vieron el papel de la sedimentación en los líquidos cuando el agua está turbia? Si la dejamos quieta, sedimenta el residuo y queda clara. Se hace la claridad. Ese es un buen ejemplo para este tema. Por supuesto, estamos hablando que no se está tratando de una situación de emergencia, de una cosa urgente que requiera solución. Por qué? Porque cuando la situación apremia, la solución emerge por sí misma. Difícilmente tengamos la duda. En situaciones de emergencia, el cuerpo y la mente se comportan adecuadamente, sin deliberación alguna. Ahora seguimos.

Bien. Otro de los temas que quería tratar hoy con ustedes, es a propósito de la última publicación que hicimos en el Santo Nombre; qué tiene que ver con esta especie de ayuno mental, referido sobre todo al uso que hacemos de los móviles, de las redes sociales, del ordenador, de la computadora, de la navegación en Internet. Pero particularmente de la función que hoy cumple el móvil, el teléfono celular, según la región en que estemos. La función que cumple como estímulo permanente que requiere nuestra atención. Como lo hablamos en alguna otra clase, ¿ustedes se acuerdan? Está la atención requerida, que es aquella donde el estímulo externo me llama. Es como si me golpeara la puerta de la atención. Y en cierto modo entrecomillas, me obliga a dirigirme hacia él, hacia el estímulo.

Algo que implica un mayor nivel de conciencia, una mejor cualidad de la atención es cuando la atención es dirigida desde mí hacia el estímulo. Alguien puede decir bueno, pero eso ha sucedido porque desde tu interior, desde tu paisaje interno, se produjo un estímulo mental que te hizo dirigir la atención en tal o cual dirección. Podría ser cierto, también podría ser el caso. Pero si nosotros estamos atentos a todos estos procesos, vamos a ver, a sentir una cualidad muy diferente, cuando nos ponemos en observadores y luego en directores de esta función atencional. Vamos al caso el móvil. Si nosotros tenemos encendidas las notificaciones que nos avisan con algún sonido de la llegada del nuevo WhatsApp, de un nuevo mensaje o un Telegram, algo en el Facebook, etcétera, etcétera. o las noticias de los diarios. Si tenemos encendidas las notificaciones; a cada minuto, cada dos o tres minutos, empiezan a llegar avisos a los cuales en teoría, tenemos que prestar atención. Este es el mejor modo de dispersar nuestra energía, de perder la energía, de desviarnos del propósito que nos habíamos puesto para esa jornada. Quizá de la oración interior. Cualquier ejercicio o práctica o ascética que nos hayamos planteado, muy probablemente sucumba, muy probablemente se diluya, si nosotros vamos a atender a estos estímulos, según van apareciendo.

En cambio, si nos limitamos a una cierta ascética en base a los horarios y decimos me voy a fijar en el móvil a tal hora, a tal otra y a tal otra. Y cada vez le voy a dedicar media hora en el caso, por ejemplo, en el caso nuestro, que tenemos que responder a veces cuestiones del blog o consultas y demás. Nos ponemos una hora y decimos vamos a dedicarnos a tal hora, durante tantos minutos o tanto tiempo a responder y después silenciamos. Y nos quedamos libres de ese estímulo para dedicarnos a lo que hemos decidido previamente dedicar. Por supuesto, en cuestiones laborales, si ustedes están en una oficina, yo no me imagino distintos tipos de trabajo que ustedes tengan de profesiones. Esto va admitir muy diferentes grados de flexibilidad o de precisión en la ascética, de desatender a la constante estimulación. Pero ustedes saben si se ponen a ver en ustedes mismos lo que su conciencia les indica a este respecto.

Todos sabemos cuando estamos ya divagando, cuando nos estamos dejando llevar o cuando realmente de manera ordenada, concentrada y atenta, nos aplicamos de un modo diferente a estas tareas. Ese es un punto de interés. La ascética en lo que hace a Internet y a los estímulos del móvil y demás. Hoy en día creo que es equivalente al más severo ayuno que los monjes antiguos practicaban respecto a la alimentación. Fíjense lo que digo es más difícil hoy prescindir de estos dispositivos que quizá hacer un ayuno alimentario. Porque nos hemos acostumbrado a vivenciar sensaciones diversas. Por lo general, de placer y displacer, como son la mayoría de las sensaciones referidas a esta interacción con esos presuntos otros a través de las redes, y digo presuntos otros porque es una interacción virtual. Ustedes vieron que estamos siempre en relación a una pantalla. Y esto también tiene una cualidad menor respecto de la interacción personal. Por supuesto que todas estas herramientas son muy útiles, pero está en el exceso y en el extremismo en el que hoy caemos en la relación con estos dispositivos. Lo que nos está perjudicando la interiorización y la dirección de nuestra atención.

Y un tercer tema que quería tratar con ustedes hoy es el tema de la consagración de vida. De la consagración desde el punto de vista de la Fenomenología. Cuando uno se consagra. Fenomenológicamente hablando, se ha polarizado. Todos sus centros de respuesta se acuerdan ustedes que teníamos el centro intelectual, el centro emocional, el centro motriz, el centro vegetativo que regulaba las funciones fisiológicas… y decíamos que todos estos centros podían funcionar con una mayor o menor cualidad, dependiendo de otro factor que es el nivel de conciencia. Si estábamos en una vigilia ordinaria, en el semi sueño que es esa duermevela, o si estábamos en el sueño onírico, etc..

Y también advertíamos, admitíamos la posibilidad de otros niveles de conciencia y de otros centros de respuesta. Como por ejemplo el Nous, que se hablaba en Filocalía, que en fenomenología se le llama un centro de percepción más objetiva, un centro superior. Un tipo de comprensión directa e intuitiva. Eso sería un nivel de conciencia más elevado. Y también admitíamos la existencia de como les llamaríamos… funciones o sentidos que no son habituales o no nos son manifiestos en nuestra normalidad, en nuestro cotidiano. Mientras más atentos nos ponemos, mientras más ejercitamos la atención estos niveles de conciencia y estos nuevos centros de respuesta empezarían a manifestarse. Por supuesto, esto está íntimamente relacionado con el tema del despertar del sentido espiritual o los sentidos espirituales.

Pero para no irnos de tema. El consagrado, aquella persona que se consagra a un objetivo, a un fin cualquiera sea, está reuniendo todas sus fuerzas, todas sus potencialidades en un solo punto. Habíamos dicho en alguna clase que es como el rayo láser. Ustedes saben que el rayo láser tiene ese gran poder debido a que se concentra la luz en un haz muy pequeño. Es decir, mucha energía en una extensión mínima muy precisa es la que logra provocar, por ejemplo, la rotura del material al cual se está aplicando este rayo láser. Es mucha energía concentrada, bueno; un consagrado, por ejemplo, un monje. Un monje de clausura, que se dedica a la oración la mayor parte de su día, al recuerdo de Dios. ¿Qué está haciendo? Está consagrando, está reuniendo todas sus energías en la oración. Y si practica la oración de Jesús o la oración monológica, mucho más, esta re-concentrando además todos los pensamientos en uno solo. Esto es, fenomenológicamente hablando, consagrarse. No dispersarse. Unificarse. Es como si habláramos de un propósito único, de una única referencia. Y esto suele venir concomitante, correspondientemente, con conductas muy claras.

Por ejemplo, el consagrado no lee de todo, lee sobre cierta temática o hasta llegan algunos ascetas a leer uno o dos libros a partir de su consagración y nada más; es lo que decíamos días atrás, de no andar dispersándonos en distintas fuentes de información y de conocimiento, sino dedicarnos, a elegir un solo director espiritual a través de este libro o aquel otro y ceñirnos a ello. Las reglas de vida que un tema que hemos empezado a tratar últimamente son una de las manifestaciones más claras de la consagración. La regla de vida. Me atengo a esto y de acá no me salgo. Ese cierto límite que en principio parecía acotar nuestra libertad y que en realidad está ampliando porque nos está liberando del resto de las esclavitudes que nos oprimen habitualmente en la dispersión.

Cuando yo me someto voluntariamente a una regla de vida, parece que pierdo libertad. Pero en realidad la estoy ganando al quedar libre de todas las esclavitudes que tenía antes… a los múltiples estímulos e impulsos del cuerpo y de la mente. Cómo podemos hacer, ya que estamos preparándonos un poco para el retiro, algunos. ¿Cómo podemos hacer para ir consagrándose o ir preparándonos para esta polarización de todas nuestras fuerzas? Esto hay que alimentarlo. Es lo mismo o muy similar a cualquier deportista, que cuida todos los aspectos de su vida en pos de la carrera que va a realizar, del partido que tiene por delante, de esa maratón. Entonces el deportista cuida la alimentación, cuida las horas de sueño, entrena de cierto modo y demás. Si nosotros queremos consagrarnos a la espiritualidad profunda, si queremos acercarnos a una oración continua; a una oración contemplativa o a un apostolado; pero digamos, en el gran ámbito de la espiritualidad, tenemos que alimentar con mucha frecuencia ese anhelo que surgió en nosotros.

Pero que como ustedes saben, cómo sabemos, debido a esa ley del estímulo constante decreciente, que vivimos en una de las primeras clases, esta ley, esta mecánica de la vida, hace que nos acostumbremos. Y aquel impulso fervoroso a aquel deseo de consagración y de unión con Dios va quedando relegado, tapado por las múltiples obligaciones y los estímulos que han ido surgiendo posteriormente a ese impulso. Cuando encontremos en nosotros el anhelo de consagración hay que alimentarlo, alimentarlo con mucha frecuencia y precisión. ¿Por qué? Por que las veinticuatro horas estamos siendo alimentados por una cultura que va contracorriente de lo que nosotros queremos. Permanentemente se nos está impulsando de modo manifiesto y de modo velado y hasta subliminal; permanentemente se nos está impulsando al consumo, a la búsqueda del placer mediante los sentidos físicos, al constante divagar de los sentidos, etcétera. Por eso tenemos que ejercitar mucho la lectura espiritual que hemos elegido… para darle letra al corazón, por así decirlo, para que nos inspire. Y esto tiene que ser cotidiano. Una vez por día o más, si es posible. La oración en el modo al que nosotros tenemos preferencia, que nos sentimos llamados también con frecuencia. El intercambio con otros hermanos, amigos que ustedes tengan, o a través del blog, etcétera. El intercambio quizá en la parroquia o en algún grupo que ustedes pertenecen. Pero esta confraternización en torno a un objetivo espiritual común es muy importante. Nos recarga las pilas las baterías para este objetivo.

Y periódicamente revisar, con frecuencia, revisar… ¿Me estoy manteniendo, estoy creciendo en mi consagración o me estoy desviando? ¿Ya está bajando la curva del entusiasmo? Se acuerdan ustedes que el entusiasmado de la palabra enthousiasmós? Quería decir el que estaba tomado por algún dios en la mitología griega. Poseído por un Dios. El entusiasmo en el ámbito cristiano implica la presencia de la gracia, del Espíritu Santo. Cuando va en dirección correcta, en la dirección espiritual del crecimiento y la elevación; entonces tenemos que estar atentos a conservar el entusiasmo. Para eso, al igual que con la energía que hablamos en alguna clase, hay que ahorrar, el entusiasmo no hay que dispersar. Y hay que alimentarlo, hay que nutrirlo para fortalecerlo. ¿Cómo fortalecemos el entusiasmo por la consagración de vida? Llevando con coherencia lo que éste nos pide a la vida diaria, lo que el entusiasmo me indica, lo que la gracia me avisa, tengo que llevarlo con coherencia a la vida cotidiana. Esto retroalimenta las ganas, el fervor, el deseo de Dios.

Bien, ese era otro tema.

Para terminar y no extendernos mucho, como habíamos acordado en este segundo módulo de Fenomenología. Les quiero pedir algo. Quien esté participando del curso y vea este video y llegue a esta parte del video. Le pido que me escriba mejor si puede en los comentarios del blog, sino por otros medios. ¿Cuál es aquel santo, aquella personalidad, aquella figura que le está sirviendo o le va a servir como modelo de conducta? Estoy prescindiendo, por supuesto, de la persona de Jesús que implícitamente en nuestro modelo de conducta, ¿No? a través de los Evangelios y a través de nuestra nuestra fe religiosa.

Quiero decir. Además de Jesús. ¿A quién voy a tomar como figura humana, como modelo que a mí me permita orientarme en cuanto a la incorporación y el desarrollo de ciertas virtudes? ¿Se acuerdan que hablábamos de la necesidad de elegir un camino espiritual preciso, un autor? Y esto es lo mismo si ustedes revisan, cuando hablamos de modelos de conducta, nos referíamos a una imagen con mucha carga energética que fuera a la vez colectora de otros factores y de otras imágenes, y es la que nos va a permitir polarizar. Por eso les pregunto si ustedes pueden contar. ¿Cuál es ese santo, esa santa, esa personalidad que a ustedes les sirve de modelo o quisieran que les sirva de modelo? Si me envían esto, vamos a ir tratando de hacer pequeñas semblanzas, ya sea por escrito, por videos de estos personajes, de esta persona, para compartirlas entre todos en el ámbito del curso. Creo que esto puede ser de utilidad, así que aquél que le parezca bien le pido que nos lo comente, nos haga ese comentario.

Bueno, amigas y amigos, poco a poco vamos avanzando en la Fenomenología y preparándonos para el retiro de diciembre, que espero encontrarlos a Uds. o a algunos de ustedes. Un abrazo grande para todos».

6 Comments on “Algo de Fenomenología

  1. Muchas gracias!!! muy bueno el texto. Saludo cordial, Miriam

  2. Pingback: Adherise a Él | Fraternidad Monástica Virtual

  3. Muchísimas Gracias,me han ayudado a recordar a no perder de vista el camino y a seguir por esta senda tan bonita que es la espiritualidad.

  4. Muchas gracias por estas reflexiones tan valiosas, me han hecho recordar lo importante de alimentar diariamente nuestro llamado profundo. Que Dios los siga bendiciendo!

Responder a Blog El Santo NombreCancelar respuesta