La vida oculta en Dios

«Según San Gregorio el Magno, la vida contemplativa y la vida eterna no son dos cosas diferentes, sino una sola realidad; una es la aurora, la otra el mediodía. La vida contemplativa es el principio de la dicha eterna, su saboreo anticipado. Que la Reina del cielo nos conceda, pues, la gracia de comprender el estrecho vínculo que une esas dos vidas para vivir aquí abajo como si estuviéramos ya en el cielo.

Un alma interior es un alma que ha encontrado a Dios en el fondo de su corazón y que vive siempre con Él. Dios está en el fondo del alma, pero está allí escondido. La vida interior es como una eclosión de Dios en el alma. Mantengámonos en el centro de nuestra alma, en ese punto preciso desde el que podemos vigilar todos sus movimientos, para detenerlos o dirigirlos, según los casos. Vivamos o de Dios o para Dios, pero repitámonos que no se obra del todo para Dios sino cuando ya no se hace absolutamente nada para uno mismo. Se obra entonces porque Dios lo quiere, cuando Él quiere y como Él quiere, por estar siempre unidos en el fondo con Aquel de quien uno no es más que un dichoso instrumento.

… Elevaos hacia Dios constantemente. Dejad en tierra a la tierra. Vivid poco con los demás; menos todavía con vosotros mismos, pero lo más posible, si no en Dios, por lo menos cerca de Él. Cuando en el fondo de vuestra alma oigáis, dos voces contradictorias, conviene que escuchéis generalmente a la que habla más bajo. En todo caso, ésa es la que pide más sacrificios. ¡Y tiene tanto valor el sufrimiento bien entendido! Desliga y aproxima a Dios…»

Extraído de «La vida oculta en Dios» Robert de Langeac

En biblioteca de Cristianismo espiritual

Enlace de hoy:

Timete Deum

7 Comments on “La vida oculta en Dios

  1. Buenas noches, este compartir es un poco complicado pues vivimos en un mundo donde muchas voces tienden hablarme y confundirme y creo que me falta mucho para llegar a ser esa persona de vida interior o que pueda vivir de lo profundo ya que mi mundo de trabajo es de sufrimiento y dolor y cuesta ser un ser de Dios , y la enfermería cuesta ser un ser profundo gracias.

    • Hola Gimena, Cristo te cuide. Sí, es un mundo difícil el que vivimos. Pero ya el darte cuenta de la confusión en la que solemos caer acrecienta tu conciencia de vos misma y eso facilita el permanecer en un camino de atención y vigilancia interior. Hemos de evitar juzgarnos y compararnos, si nos falta mucho o poco… todos estamos en las mismas, a merced de la gracia y vamos por un camino que ha sido designado para nuestro bien,, aunque no nos demos cuenta muchas veces.

      Si puedes poner algo de alegría en tu trabajo, en medio del dolor y el temor general, que gran cosa será para ti y los demás. Con eso basta y sobra! Un abrazo fraterno, invocando a Cristo.

  2. Pingback: Ite ad Joseph | Fraternidad Monástica Virtual

  3. Cómo saber con certeza lo que a Dios agrada para hacer Su voluntad?
    Cómo puedo alejarme de esa persona que me daña?…Cristo la dejaría? No seria como abandonarla al costado del camino para seguir mi vida?

    Un saludo en Cristo.

    • Hola Fanny! Cristo te cuide. El alejamiento antes que nada es interior y creo que todos los autores que hablan de esto por lo general, se refieren al desapego del alma y no necesariamente al alejamiento externo; incluso este alejarse por fuera también sobre todo se refiere a un alejarse de los valores del mundo y de las vanas distracciones que son secundarias y poco importantes para el propósito de unirse a Dios.

      En cuanto a lo que agrada a Dios o lo que se alinea con Su voluntad tenemos muchos criterios que apuntan a lo mismo. Seguir la enseñanza evangélica es clave. Cuando esta no sabes como aplicarla en una situación concreta, hay que escuchar «la voz de la conciencia» que es en realidad un movimiento en el corazón que nos hace saber lo que deberíamos hacer. Es uno de los grandes temas de espiritualidad. También tener en cuenta que por lo general, no nos dañan los demás sino nuestra reacción hacia lo que ellos hacen. La seguimos! Un abrazo fraterno en Cristo Jesús.

Responder a Blog El Santo NombreCancelar respuesta