Libres de temor

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Pentecostés

«La presencia del Espíritu enardece el corazón y lo colma de entusiasmo, de dulzura, de gozo inenarrable. Nuestros autores no se cansan de insistir en este punto, revelándonos a menudo su propia experiencia. Así, Ammonas promete a sus discípulos para cuando reciban al Espíritu Santo: «Estaréis libre de todo temor y se apoderará de vosotros un gozo celestial, de manera que, permaneciendo aún en el cuerpo, seréis como si ya hubierais sido transportados al reino».

Y Macario no sabe cómo expresar la felicidad y el gozo interior, y apela a diferentes imágenes tomadas de los placeres más espléndidos de la vida humana: un banquete real, una boda. Y señala a continuación como uno de los frutos más estimados del Espíritu, esto es, la perfección de la gnosis, la iluminación (photismós), cuando añade: «Otras veces, la gracia lo introduce en el conocimiento de misterios que ninguna lengua ni ninguna boca puede expresar, dándole una clarividencia, una sabiduría, una ciencia del Espíritu inefables e insondables».

Y en otro pasaje escribe el Santo: «Noche y día estoy rogando para que la fuerza divina crezca en vosotros y os revele los mayores misterios de la divinidad, que no me es fácil pronunciar con la lengua, porque son grandes, y no son de este mundo, y no se revelan sino a quienes limpiaron su corazón de toda mancha y de toda la vanidad de este siglo, y a aquellos que tomaron sus cruces y aun fortificaron sus almas y fueron obedientes a Dios en todas las cosas».

La acción del Espíritu transforma profundamente al «hombre interior». Lo diviniza, lo deifica. El «hombre espiritual» es la réplica cristiana del «hombre divino», el imposible ideal pagano, soñado a la vez por el pueblo y la minoría de los filósofos. En el «espiritual» cristiano se transparenta una semejanza con Dios muy superior a la imagen inscrita en la humana naturaleza cuando fue creada. El mismo «hombre exterior» refleja esta profunda transformación bajo la acción del Espíritu, como lo comprobaba San Antonio: «Todo el cuerpo es transformado y se somete al poder del Espíritu. Y pienso que se le concede ya alguna parte del cuerpo espiritual que recibirá en la resurrección de los justos»…»

de pags. 671/2 en «El bautismo del Espíritu Santo», en «Historia del monacato primitivo» de García Colombás.

Enlaces de hoy:

Distracciones, sequedad y acedia

Homilía dominical del Padre José

One Comment on “Libres de temor

  1. me gustan mucho vuestros breves textos y comentarios que recibo periódicamente por mail, y sentirme unido como uno más a vuestra comunidad virtual. grcs

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