Colisión de fuerzas

5º día

primera semana

¿Has podido ejercitarte con alguno de los ejemplos sugeridos? 

Sí, pero me ha resultado muy, muy difícil. Hice el de apagar el móvil y lo he sufrido. En una ocasión tuve que encenderlo para tranquilizarme y lo volví a apagar para cumplir lo que me había propuesto. Fue duro. Y también fue duro el juicio hacia mí mismo, por verme tan dependiente de esto. 

No hay que mortificarse. Comprender, antes que nada. Hay que ver como es el automatismo, de que se está agarrando. Si podemos crecer en esto, tendremos fuerza luego para ir a cualquier ámbito de la vida y, con la ayuda del espíritu, convertir el sentido de aquello que se encuentra oscurecido por la inercia de muchos años. (Mateo 3, 8)

¿Qué habría que comprender en concreto? 

Lo primero es darse cuenta que aparece una tensión interior, (1ª Cor 6,12) en este caso asociada al deseo de tener alguna novedad (¿Quién me habrá escrito?, ¿Qué noticia nueva habrá?, ¿Ya me habrá contestado tal?) O simplemente uno no sabe bien porque, pero aparece la tensión que deriva de la carencia del hábito. Tenemos la costumbre de dispersar la atención (solemos pasear la mente al igual que a un perro; y ella va de aquí para allá olfateando por doquier), y al no poder repetir ese hábito el organismo manifiesta tensión de búsqueda para completar ese faltante. 

Surge el impulso de la curiosidad que aumenta la tensión mientras más tiempo pasa sin saciarse. Y cada vez que le damos el gusto, se produce una relajación visceral en el cuerpo y la mente. Y esto nos agrada. Y entonces al rato reiniciamos el circuito, vuelta a empezar. A una tensión le sigue una actividad que nos da distensión. Es decir, al dolor le sucede el placer y al rato de vuelta el dolor y así siguiendo interminablemente. Esto, en otros términos, es la esclavitud de las pasiones (Tito 2, 11-12).  

En la región de la sexualidad o en el área del dinero o en la del prestigio ante los demás, se manifiesta lo mismo. Un círculo vicioso de tensión y relajación o de dolor y placer interminable. Pero has comprobado que puedes sustraerte a esa mecanicidad. Por momentos pudiste imponerte a ello. ¿Cómo es que has podido? ¿De dónde salió y cómo surgió y se sostuvo la intención de no ceder a ese impulso? 

Pues bien no lo sé. Había en mi un deseo de hacer bien lo planteado o de ser capaz de dominarme.  

Ese deseo es una fuerza; el impulso del vicio o del hábito otra fuerza. Entran en colisión. Al principio esta lucha es desagradable, parece poner más tensión en el asunto. Pero apenas alcanzas unas cuantas pequeñas victorias, la fuerza del deseo de libertad crece. Y en cierto modo, le encuentras el gusto a pasar por encima de los apetitos mecánicos. Algo en lo profundo del alma nos hace saber que vamos por buen camino. Hay que redoblar entonces ahí La oración de Jesús o la que a ti te produzca mayor devoción.  

Este invocar la gracia es reconocer y agradecer. Reconoces que sin ella no hubieras conseguido esos pequeños triunfos, ya que fue quién te condujo a interesarte por estos temas y pides con fervor más de aquello que te hace bien, es decir: libertad creciente de lo que te esclaviza. Lo que nos ata y nos pesa como un lastre es la dependencia de cosas, personas o situaciones. Para elevar el alma a Dios; para orar con frecuencia, para ser capaz de seguir la orientación de los evangelios y hasta para no contestar mal a quién mal nos trata, necesitamos de esta conexión con Dios en el cotidiano. Sin su presencia no hay nada que valga la pena. Con ella, aún las cosas mínimas se dignifican y cobran sentido. 

¿Cómo sigo entonces..? 

Práctica sugerida para el 5º día de los ejercicios

Ten en cuenta no ponerte una práctica muy fácil ni muy difícil. Define bien si vas a seguir con la práctica de ayer. A lo mejor no te sientes conforme con la elección que has hecho y quieres empezar por otra costumbre, por otro de los ejemplos o inercias. Pero decide bien, ya que se trata de seguir con ella al menos durante el resto de los ejercicios. Una vez definido, tomarás esta práctica como punta de lanza. De ella nos ayudaremos para ir creciendo en libertad.  

Ahora, en el 5º día, cada vez que aparezca el impulso de ceder o incumplir con aquello que te propusiste, harás oración. Repite La oración de Jesús, o el solo Nombre de Jesucristo o la frase que más quieras; pero durante dos, tres o cinco minutos, persiste en la oración del modo más ferviente que puedas. Usa la fuerza del impulso hacia el vicio y condúcela hacia la oración. Allí contarás además con la fuerza de tu deseo de cambio profundo. Estarás reuniendo tropas a tu favor y abrirás paso a la gracia inefable del Espíritu que nos transforma más allá de lo que podemos prever.  

Necesitamos confiar unos días y sacar a la superficie cierto coraje dormido* que todos llevamos dentro y que olvidamos con frecuencia. Somos mucho más fuertes de lo que creemos y cuando nos hacemos conscientes de que Dios está de nuestro lado, por así decir, empezamos a convertirnos desde la raíz… 

elsantonombre.org

* Hoy sugerimos además de los capítulos ya recomendados el 47 de la segunda centuria de Nicetas

Aquí el audio en MP3

Dos enlaces:

Glosario de Filocalía en audio

Fuerza purificadora

8 Comments on “Colisión de fuerzas

  1. Pingback: Listados de los ejercicios e invitación | Hesiquía blog

  2. Hola muchas gracias a la persona que está preparando los ejercicios porque lo está haciendo de la manera súper efectiva, ordenada, metódica, puntual, etcétera etcétera y está sirviendo supongo a muchas personas por lo menos a mí.
    Y también quiero comentar que el tema del quinto día pues me viene fenomenal porque llevaba tiempo pensando cómo dominar algún tipo de vicio o pecado recurrente y este ir obteniendo pequeñas victorias en el día a día, esa punta de lanza que se dice en el texto pues espero que sea útil cuando llegue el momento de las tentaciones y que la gracia sobreabunde como dice en el Evangelio y venza a la carne

    • Hola Chemi, Cristo te cuide. Así esperamos que sea; que lo aprendido en algo mínimo o menor, nos deje la experiencia de cómo vencer en lo mucho o aquello recurrente y que suele infectar gran parte de nuestro cotidiano; como puede ser un vicio, un hábito anímico de fastidio etc etc. Invoquemos a la gracia para que nos acompañe a todos. Un abrazo y hasta pronto.

  3. Buenos días,
    Estoy siguiendo el curso, pero soy un neófito en estos temas, por lo que agradecería si pudieran indicarme el texto (o un enlace a el) de “La oración de Jesús”.
    Gracias.

    • Hola que tal.
      Básicamente se refiere a la oración: «Señor Jesucristo, Hijo de DIos, ten piedad de mi, pecador» o frases similares. Una búsqueda de la presencia de Dios en cada momento, mediante la incesante repetición de la invocación.
      Aquí te dejo el enlace al documento PDF del libro «La oración de Jesús» en base a textos publicados en el blog:
      https://thesilentfieldhome.files.wordpress.com/2021/09/la-oracion-de-jesus.pdf

      Si quieres lo puedes encontrar en Amazon también. En el curso de Filocalía, en varios vídeos tocamos el tema de La oración de Jesús. Dime si te sirve el texto que te dejé y luego seguimos con el tema.

      Un abrazo fraterno y bienvenido hermano.

      • Hola de nuevo:
        Si, me sirve de mucha ayuda el texto que amablemente enlazas.

        Respecto al curso, me está interesando grandemente, y me planteo hacer el curso completo de la Filocalia, si no me he «matriculado» es porque no se cuan exigente pueda ser en terminos de tiempo necesario para seguirlo con aprovechamiento.

        Gracias.
        ¡Un saludo fraterno!

      • No hay inconveniente. El curso es público y está disponible. Puedes ir a tu ritmo. Conviene quizá ir primero de las clases 52ª a la 60º donde se hizo un repaso general que ha parecido útil. Luego puedes ir por orden o siguiendo las tablas de contenidos para ver las temáticas de mayor interés para ti actualmente. Filocalía es en cierto modo una forma de leer la biblia y por lo tanto tarea de toda la vida. Así es que paciencia y asimilación práctica es lo necesario. Cualquier cosa nos dices. Un abrazo fraterno invocando el Santo Nombre de Jesús.

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