Quedarse en silencio

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El perdón

«La verdad es que el perdón es un artículo de primera necesidad, y realmente el perdón no es una decisión mental propiamente, sino que es un don del corazón. ¡Cuántas veces uno quiere perdonar y no puede, cuántas veces uno quiere perdonar, pero no tiene disponible esa comprensión! […]

Lo propio de Dios es perdonar. Sorprende siempre ver a Jesús en la hora de su muerte. Y cuando Él se siente y se ve realmente atropellado, injustamente asesinado, eliminado… sorprende ver que, en ese momento, en Él todavía brota perdón, no brota venganza: «Perdónales que no saben lo que hacen» […] Por eso uno de los rasgos de que uno está dentro, es la capacidad de perdón. Nuestra mente no perdona, nuestra sensibilidad tampoco (…) sólo el corazón puede comprender. […]

A perdonar no se aprende si no es en el silencio (…), si no es entrando en el corazón. Perdonar significa dar, dar sobreabundantemente, dar sin límites; y esto no es un asunto mental ni de decisión de la voluntad. El perdón surge de dentro porque sólo de dentro se puede dar, sólo cuando estamos en el corazón podemos dar: dar comprensión, cariño, reconocimiento, acogida. El ego no sabe dar, el ego sólo sabe tomar, el ego sólo sabe poseer, el ego sólo sabe adueñarse de algo. Solo entrando dentro aprendemos a dar. Sólo el corazón da (…). Dentro está la presencia del amor y la presencia de lo infinito. […]

Dejad que en el silencio fluya el perdón. Más que proponerse perdonar, basta con quedarse en silencio porque, hora tras hora, en silencio, el corazón se abrirá y de él saldrá el amor, el amor que se irá derramando en el entorno nuestro; iremos derramando comprensión, tolerancia, no agresividad, no violencia. Dejad en el silencio que el corazón se abra y derrame sencillamente el amor.

Padre Moratiel en «Desde el silencio«.

Enviado por Luis

Lectura espiritual de la oración vespertina del jueves 16 de diciembre de 2021

Hermanas y hermanos en Cristo Jesús: Aquí debajo una conversación en dos partes con María Toscano Liria sobre el camino de la mística; mientras preparamos el Curso sobre místicas/os cristianos de todos los tiempos que inicia a fin de enero 2022 si Dios quiere. Un abrazo fraterno para todos invocando el Santo Nombre de Jesús.

Haz clic aquí para la segunda parte

5 Comments on “Quedarse en silencio

  1. Perdonar, perdonar… Es el mayor acto de generosidad que el ser humano. Nos cuesta a veces tanto! Porque para perdonar, el ego debe bajar muchos o unos cuantos escalones y ve en ellos encontrando todas las razones para no hacerlo. Se necesita ora y orar para que el Señor nos ayude a hacerlo. Pero yo, personalmente, me he encontrado y encuentro con otra situación: y si la otra persona no quiere, no acepta tu perdón? Te sientes como en un estado de vacío del que a menudo te vuelves a sentir culpable. Es difícil de explicar, pero entras en una rueda de desazón por no lograr aquello que desearías y te sientes impotente. Bueno, no sé si me he explicado. Una vez más, solo la oración nos echa una mano. Gracias hermanos.

  2. Muy bien, comprender es lo mas cercano a perdonar y para comprender es necesario parar, hacer silencio. Si lo hacemos llegamos a la comprensión y de ahí al perdón no hay apenas nada, simplemente quererlo o mejor, dejar que fluya.

    • Así es hermano. Desear perdonar es ya estar perdonando. Y ese deseo es la gracia que ya actúa en nosotros. Un abrazo Padre José! Invocando a Cristo.

  3. Es un texto hermoso,sabio y profundamente inspirador .
    Me ha hecho reflexionar sobre el perdón hacia uno mismo .A mi ,al menos, suele costarme más perdonarme que perdonar a otros . Las recaídas,los retrocesos,esos
    propósitos formulados con tanta voluntad y que a veces no se pueden mantener por mucho tiempo…O esas inútiles miradas al pasado,
    que todavía escuecen ,por el comportamiento que tuvimos entonces y que seguimos juzgando aún .
    Pero olvidamos que, aunque nosotros no nos perdonemos,o nos cueste hacerlo,Dios sí lo hace,continuamente, una y otra vez.Su mano siempre está extendida,para tomarla y levantarnos,si hace falta del mismo suelo.
    Así que seamos más pacientes con nuestro aprendizaje,el maestro perfecto no nos juzga ni nos condena y su amor incondicional, convertido en perdón hacia nuestros errores,es su mayor enseñanza.
    .

    • Gracias Ma. Jesús por el comentario. Coincido plenamente con lo que dices. Hay que amarse a sí mismo para poder amar al prójimo, y ello implica ser firmes pero amables con nosotros mismos. Me decían hace mucho que hay que tratarse como uno trataría a un amigo muy querido: con verdad pura acompañada de aceptación y apoyo incondicional. Un abrazo fraterno invocando el Santo Nombre de Jesús.

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