Intimidad creciente

En cuanto a la frase de La oración de Jesús, ¿Conviene recitarla despacio, dejando silencios algo prolongados entre cada una, o más bien tratando de unir una repetición a la otra, para evitar que se cuelen pensamientos ajenos entremedio?

Depende del contexto y del momento espiritual de cada uno. Por ejemplo, durante el rezo del Oficio breve de La oración de Jesús, al ser una actividad que se hace en conjunto con otras personas, pretendemos una recitación lenta que brinde espacio a la interiorización. Que nos permita ser permeados por la frase y su significado. Esto permite, por caso, que aparezcan significados nuevos en nosotros acerca de lo que implica este acercamiento divino que pedimos.

Quién necesita una recitación rápida, puede efectuarla en su interior mientras transcurren estos silencios. Cada uno participa según su frecuencia, su sintonía en ese instante. Nos hermana el Santo Nombre y el deseo de comunión con aquél a quién amamos. La recitación rápida en soledad por ejemplo, puede ser muy útil cuando atravesamos tormentas mentales, crispaciones agudas por acontecimientos difíciles; esto impide que la divagación negativa se apodere de la mente y nos deje sin fuerzas o dispersos.

La oración personal nos permite una libertad mayor, vamos invocando el Santo Nombre según nos va indicando el corazón. Con los labios, con la mente; con lentitud o presteza; enfocados en la súplica o como alabanza; por nosotros o por otros etc. Durante la comunión fraterna que implica el rezo junto a otros, todos nos adaptamos un poco, buscamos ser parte del conjunto.

¿No es algo fatigoso y desgastante estar tratando de repetir siempre lo mismo?

Habrá que ver, sólo luego de aplicarse a esta forma de oración con cariño y determinación durante un tiempo, puede saberse si es o no la forma a la que estamos llamados. En nuestro caso, lo fatigoso y desgastante es vivir divagando entre formas variables siempre centradas en algún deseo de tipo apropiativo. Lo difícil son los comienzos, hasta que no se han recibido muestras del «toque de la gracia» que a través del nombre del salvador llega hasta nosotros. Una vez que esto se ha percibido, aunque luego se ausente, uno ya sabe lo que busca, lo que buscaba siempre en todas las actividades.

En ese punto, la oración puede ser más o menos intensa, más o menos frecuente, pero ya no nos dejará. Será solo un proceso de intimidad creciente que tarde o temprano nos deja en el silencio. Un silencio vivo y colmado, no vacío y ausente. Curiosamente, descubrimos en esas ocasiones, que esa presencia nos resulta muy familiar, cercana y propia, no podemos comprender como pudimos olvidarnos…

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5 Comments on “Intimidad creciente

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  2. Fantástica diversificación de los tipos de oración pero los dos últimos párrafos son impagables impresionantes y digno de ser alcanzados
    Sin olvidar la frase de que no conviene la oración apropiativa »
    Mejor……..
    «Entra en tu interior y cierra la puerta»…»vente a solas conmigo»
    (Se puede querer más en el mundo?)

    • Que crezca la paz del corazón, en todo lugar y circunstancia. Que la oración se haga incesante poco a poco en todos. Un abrazo!

  3. Excelente Mario. Gracias. DIOS te cuide.

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