Todo está en el corazón

Todo está en el corazón. Si se endurece o si se torna vivo, si está permeable al influjo del espíritu o si se va entumeciendo hasta ser un fósil y convertirse en piedra. No estamos hablando de ubicarse en una sensiblería sino en la humildad del corazón. (Mateo 11, 29) Y, por supuesto, que no estamos hablando del órgano físico sino del centro del ser humano; de un punto interior donde todo converge. Allí empieza y termina todo; de allí nacen los pensamientos, las emociones y las acciones y allí regresa como un eco el fruto de lo vivido. Es como el centro de una gran ciudad. Si hay atascos allí todo se complica, hasta en los barrios y en la periferia.

Me contó una anécdota muy ilustrativa. En una ocasión se le habían metido unas moscas en la ermita. En un momento de desatención surgió la ira por las molestias y trató de matar a una con un trapo que tenía a la mano. Luego de ello observó como la oración había perdido la fuerza y la presencia se le escapaba. ¿Todo por una mosca? No, me dijo. Por que había dejado que la ira se aposentara en el corazón. No es que la hubiera espantado solamente, tratando de alejarla, sino que por un momento sentí odio hacia ella. Y esto quedó allí, alojado en un rincón del corazón, perjudicando todo el ambiente interior.

Me pareció algo escrupuloso y se lo dije, pero me explicó que no era eso; sino que, cuando uno se identifica con las reacciones es como si las adoptara, como si las hiciéramos propias y allí es cuando nos contaminan. (Marcos 7, 14 – 23) Me dijo que se había sentido con más derecho a vivir y a ocupar el lugar que el insecto y que aunque eso fuera razonable desde un punto de vista, no le había hecho bien al corazón. Riendo, me explicaba que no se trataba de vivir en un mar de moscas, sino de lo que se sentía al espantarlas.

«Todo está en la actitud vital, en como te plantas ante cada momento y ante la vida en general», me decía de mil maneras distintas. «Si vas a jugar un partido de fútbol con los amigos, puede que no seas bueno con la pelota, pero importa más la actitud que pones de jugar bien, de buscar el triunfo para tu equipo… y ellos lo van a valorar, aunque no atines». Con la vida es igual, como te predispones es muy importante y este «ponerse antes» es la frialdad o la calidez del corazón.

El punto es, me decía con ademanes enérgicos, que la existencia es totalmente sagrada; el universo es un inmenso santuario, un templo infinito pleno de espíritu; ya estamos viviendo allí, en su presencia. (Salmo 27, 4 – 6) Comportarnos conforme al lugar en que estamos realmente, es alinear la propia vida con el designio supremo.

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Otras citas recomendadas: Mateo 5, 23 – 24 /Salmo 51, 10 / Mateo 6, 21 / Ezequiel 36, 26

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Película recomendada por Andrea para los hermanos/as del blog, basada en hechos reales:

8 Comments on “Todo está en el corazón

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  2. Muchas gracias muy buen artículo!!!… y si me permite añadir esta frase SENTIR ES EL SECRETO,… y esta otra idea, si lo que sentimos es iracundo soberbio es decir no deseable, no importa!…si somos conscientes de que ha aparecido esto,… pero no lo debemos mantener ni tres segundos pues nos haría daño tres horas aún peor tres días nos marcaría para siempre en el corazón… Solo Dios podría borrarlo

  3. hermoso texto. Donde esta esa Iglesia?

    • Hola! No lo sé. Extraigo las fotos por lo general de un sitio gratuito que WordPress pone a disposición de quienes alojamos el blog en la plataforma, se llama pexels.com y no encontré allí referencia al nombre de la iglesia ni al lugar. Un abrazo fraterno!

      • Gracias, abrazo Marito.

  4. Cualquier cosa, por pequeña que sea, moldea nuestro corazón.
    No busquemos momentos o acontecimientos «importantes», porque cada instante, cada sencillo acontecimiento del día va tejiendo nuestro interior. Intentemos hacer todas las cosas bajo Su Presencia, con amor, y, cuando Él quiera, y como Él quiera, gustaremos de sus sabrosos frutos…

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