5° Clase de Fenomenología

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5 Comments on “5° Clase de Fenomenología

  1. Es importante poder describir el fenómeno prescindiendo de todo y así, cuando hacemos algo por el otro lo hacemos por nosotros, pero es importante, peor haciendo una pequeña valoración, no deja de ser importante que hacer el bien a otro me hace bien a mi. Al ayudar a otro, en realidad me ayudo a mí mismo. Aceptar esto creo que aumenta nuestra libertad.
    Lo mismo ocurre con respecto al relato. Normalmente éste ocupa un lugar muy grande en nosotros, poderlo reducir y reconocer que el problema o la razón de lo que me pasa está en mi y no en el otro, igualmente la libertad aumenta. Ciertamente somos libres pero aun nos falta mucho para llegar a serlo del todo.

  2. Gracias, Mario, por esta nueva clase que profundiza en algunas cuestiones, diría, fundacionales de la misma reflexión filosófica, tanto occidental como oriental. Como la existencia de la posibilidad del conocimiento de la cosa en sí. Desde luego, desde la perspectiva fenomenológica, la respuesta es no. Pero yo considero como la más grande tragedia de la modernidad occidental el haber apartado, olvidado y finalmente censurado el pensamiento metafísico, aún practicado por otras tradiciones (aunque cada vez más afectadas por el paradigma racionalista-cientificista global).

    A nivel fenomenológico, me intriga la relación entre percepción y representación, y esta a su vez relacionada con la imagen. Por cierto, la etimología griega de la palabra imagen recoge también significados muy antiguos como sombra, fantasma, doble y alma. Y, por supuesto, el significado de idea, inseparable de la imagen. Algo que da que pensar…

    Desde luego, el ejercicio de escuchar y ver al apuntador, al narrador interno, creo que es esencial para tomar conciencia de la pantalla interpretativa por la que tomamos por reales las sombras (imágenes) de las cosas. Y esto nos remite al mito de la caverna de Platón, que sigue siendo uno de los orígenes de la teoría del conocimiento occidental.

    Por último, lo que has dicho como “en passant”, lo de poder alcanzar la posibilidad de desplegar nuestra “verdadera naturaleza” es la gran pregunta y la gran búsqueda que, hoy más que nunca, nos inquieta y a la vez anima en el camino espiritual.

    Que Cristo te bendiga y cuide.

    • Hola Edith. Muy interesante todo lo que comentas. Aquello de percepción y representación… parece que son lo mismo, ya que percibimos según lo que representamos, no podríamos percibir «a secas» es decir sin re-presentar lo que ha llegado por vía de los sentidos. Veré de tocar algo del tema en próximos vídeos. Esto tiene que ver con lo que se ha llamado campo de «co-presencia» y ese es un tema de la 6° clase. Luego dime si te ha servido lo que expondremos allí. Cristo te cuide hermana.

    • Efectivamente me falta el tema metafísico, es decir que aunque se me presente una cosa (el rotulador) con un relato y sensaciones no puedo negar que existe, que es real, objetivo, que es. Será lo que sea, pero es. Lo que es es y el ser no es y por tanto no se me presenta. Es posible su conocimiento, más o menos.
      Magnífica clase.

      Por otro lado sobre el tiempo, ya dijo Aristóteles que el tiempo es la medida del movimiento. A escala humana un día es el tiempo que tarda la tierra en dar una vuelta sobre sí misma, la rotación. Y un año es el tiempo que tarda la tierra en dar una vuelta al sol, traslación. De ahí el dicho castellano quien no tiene cabeza tiene pies (pues anda corriendo a todos lados y el tiempo le come)
      Sobre esto los griegos tienen tres concepciones mitológicas, Kronos, el titán que devoraba a sus hijos (cuadro famoso de Goya Saturbo devorando a sus hijos, que es Kronos) es el tiempo que pasa, y no perdona, todo lo consume. Aeon o Eón, en donde todo se repite y es la concepción griega de la historia, todo se repite, las oportunidades pasan pero volverán, es una concepción positiva, tras el verano, viene el invierno, luego la primavera y vuelva la cosecha.
      Y por fin Kairós, un Dios menor con alas en los pies y calvo (La ocasión la pintan calva, decimos acá) es el tiempo de la oportunidad, ahora es tiempo de conversión, ahora es tiempo de escuchar, el famoso tiempo de la Biblia donde cada cosa tiene su tiempo. Mis hijos se rigen de pequeños por este tipo de tiempo: tiempo de comer, de jugar, de estudiar y de dormir.
      Bueno, por aportar algo al tiempo y cómo se nos presenta de distintas maneras, tiempo pasado, ocasiones que vuelven y el momento presente.

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