La paz del corazón
Estimado Amigo:
Te contesto algunas preguntas que me haces llegar de esos tus amigos que tanto anhelan la oración continua y que se encuentran con dificultades.
Aquí es necesario poner en claro varios puntos que se aconsejan de diferente modo según el director espiritual de que se trate y según el libro que se lea.
Creo yo que la experiencia personal es decisiva para poder aconsejar a otros en este camino, aunque claro las personas somos diferentes y distinto nos actúa la gracia. Por eso antes que nada ponerse a orar, que con eso se va a progresar.
La repetición incesante de la oración con los labios, precisa de soledad y es muy útil si uno puede acompañarla del sentimiento correspondiente.
Se observa al rato dos vertientes que discurren en la mente. El acto mental que sostiene la oración vocal y por el otro el acto mental divagatorio, fantasioso, distraído. Se encuentra uno con que a veces se va la atención hacia las fatuidades y a veces hacia la oración.
No hay que hacer luchar a una corriente con la otra, sino deslizarse hacia el corazón, esto es conectarse a lo que digo a Dios mas profundamente; centrarme en la intención que anida en mi oración.
Por eso cuando alguien dice el “Señor ten piedad” dice… Señor purifícame! y otro dice Señor perdóname! y otro Señor abrázame! y así muy variable según cada quién.
Esto no es problema. Es una situación inicial que se da en la oración. Se advierte una división en uno, diferentes voces. La voz de los labios, la de los diálogos de la mente y la voz de la necesidad momentánea del alma, eso que pide uno en realidad cuando pide.
En este estadio, ir pasando de lo vocal a lo mental ayuda, interioriza. Porque puede fácilmente lo vocal ir por un lado y lo mental por otro, pero mas difícilmente si la que “voca” es la mente. De este modo es como la fuerza de la imaginación se ve disminuida por la oración.
¿Y de que sirve la oración vocal? Puede sacarnos de un estado de dispersión y concentrarnos, puede favorecer la creación en nosotros de un clima propicio. Hay gente que gusta mucho de la oración vocal y le sirve, pero requiere ciertas condiciones, por ejemplo que el lugar donde nos hallamos la permita.
Algunos aconsejan basarse en un número de repeticiones, como el staretz de nuestro peregrino ruso, con la finalidad de generar costumbre y facilitar luego el acceso a la oración del corazón. Es un muy buen método pero complicado al principiante en la vida actual. Hay gente que lleva las cuentas con un rosario y hay otros que no cuentan las repeticiones.
El criterio debe ser lo que mas ayuda a permanecer en oración. Cuándo te pones con las cuentas, ¿te ayuda o te dificulta? Cada uno debe ir practicando y probando.
No olvidemos que lo que se busca es el continuo recuerdo de Dios y esto es vivir en la presencia resultando con ello un gozoso abandono.
Cuando vas de la celda a la capilla pasando por el claustro, ¿va El Señor contigo? ¿Dónde esperas encontrarlo, en los salmos? Porque esta contigo cuando tomas el breviario, cuando te sientas, cuando duermes. La oración es un diálogo, un llamado mutuo, es una búsqueda que en un mismo acto encuentra, porque llamar al Señor es haberlo encontrado.
¿Que es sino ese anhelo que tienes de Él?
Es Él mismo que llama.
Lo que debe acrecentarse es tu intención de ir hacia Dios. Esta intención, este tender interno es lo que debe robustecerse. No quiero esto, no quiero aquello, ni eso otro, ni tampoco ese otro beneficio. Solo quiero encontrarte Señor y quedarme a vivir contigo.
No quiero encontrarte y perderte para volver a encontrarte y volver a perderte. Te quiero conmigo, ahora y siempre, tanto como el aliento o mi propia mirada.
Nuestra querida Iglesia católica y también nuestros hermanos de los patriarcados, a lo largo de la historia de la Salvación, han reseñado y practicado muchos métodos de oración. Caminos unos mas bellos que otros, adecuados para cada idiosincrasia.
Y de cada oración plantada con raíz, el fruto de una Orden, un nuevo carisma, un modo de alabanza. Hay tanta belleza escondida en el proceso de surgimiento de cada Orden y en cada monasterio, en cada ermita…
Hay situaciones complejas y difíciles aquí y allá, momentos de eclipse y surgimiento, pérdidas y crecimientos vocacionales; desvíos de la impronta original y reformas hacia el origen…pero no seamos periféricos…
La historia de la Iglesia y muy particularmente la historia monástica, es la historia de la búsqueda que el hombre ha hecho de Dios y el relato de cómo Dios ha ido al encuentro de los hombres. No veamos instituciones y coyunturas, descubramos el anhelo profundo del ser irredento que ha clamado la gracia por siglos. Veamos al Padre que llama a sus hijos perdidos en la espesura del monte.
Porque no puede hablarse de lo que no se ama, porque lo que no se ama no se conoce. No puede hablarse de la iglesia desde fuera de ella.
Dile a ese amigo preocupado por los acontecimientos actuales que no se desaliente, que la Iglesia es un modo de estarse Dios en el mundo y que la oración es un modo de estarnos nosotros en Dios.
Un día vino al mundo Cristo Salvador elevando nuestra condición caída y revelando el valor de la muerte y su sentido. Pero no olvidemos que esta volviendo. Porque el redentor del mundo se aproxima nuevamente y cada vez está mas cerca.
Porque aunque no podemos saber ni el día ni la hora, nuestros corazones sienten un amor creciente, tan nuevo y refrescado, que no puede sino corresponderse a la presencia del amado.
elsantonombre.org
Publicado por Ed. Narcea en
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Los Beneficios de la oracion continua son muchos:
Te hace mas humano
Te hace mas contemplativo
Te acerca mas a Dios
Te hace mas puro
Te hace mas fuerte para hacer lo que debes hacer
Te guia de acuerdo a lo que Dios dice no por nuestros sentimientos
Yo les recomiendo a todos que la practiquen con la ayuda del Rosario ya que es una oracion sumamente poderosa aunque sea una frase corta, tiene escondidos tantos beneficios que parece increible la manera en que cambia nuestra forma de vivir