La paz del corazón
Collatio 10°
La verdadera sabiduría
Antonio tenía un grado muy alto de sabiduría práctica. Lo admirable era que, aunque no tuvo educación formal, poseía ingenio y comprensión despiertos. Un ejemplo: Una vez llegaron donde él dos filósofos griegos, pensando que podían divertirse con Antonio. Cuando él, que por ese entonces vivía en la Montaña Exterior, catalogó a los hombres por su apariencia, salió donde ellos y les dijo por medio de un intérprete: » ¿Por qué filósofos, se dieron tanta molestia en venir donde un hombre loco? Cuando ellos le contestaron que no era loco sino muy sabio, él les dijo:
«Si ustedes vinieron donde un loco, su molestia no tiene sentido; pero si piensan que soy sabio, entonces háganse lo que yo soy, porque hay que imitar lo bueno. En verdad, si yo hubiera ido donde ustedes, los habría imitado; a la inversa, ahora que ustedes vinieron donde mí, conviértanse en lo que soy: yo soy cristiano.» Ellos se fueron, admirados de él, vieron que los demonios temían a Antonio.
También otros de la misma clase fueron a su encuentro en la Montaña Exterior y pensaron que podían burlarse de él porque no tenía educación. Antonio les dijo: «Bien, que dicen ustedes: ¿qué es primero, el sentido o la letra? ¿Y cuál es el origen de cuál?: ¿El sentido de la letra o la letra del sentido? Cuando ellos expresaron que el sentido es primero y origen de la letra, Antonio dijo: «Por eso quien tiene una mente sana no necesita las letras. Esto asombró a ellos y a los circunstantes.
Se fueron admirados de ver tal sabiduría en un hombre iletrado. Porque no tenía las maneras groseras de quien a vivido y envejecido en la montaña, sino que era un hombre de gracia y cortesía. Su hablar estaba sosegado con la sabiduría divina (Col 4:6), de modo que nadie le tenía mala voluntad, sino que todos se alegraban de haber ido en su busca.
Y por cierto, después de éstos vinieron otros todavía. Eran de aquellos que de entre los paganos tienen reputación de sabios. Le pidieron que planteara una controversia sobre nuestra fe en Cristo. Cuando trataban de argüir con sofismas a partir de la predicación de la divina Cruz con el fin de burlarse, Antonio guardó silencio por un momento y, compadeciéndose primero de su ignorancia, dijo luego a través de un intérprete que hacía una excelente traducción de sus palabras:
«Qué es mejor: ¿confesar la Cruz o atribuir adulterio o pederastias a sus mal llamados dioses? Pues mantener lo que mantenemos es signo de espíritu viril y denota desprecio de la muerte, mientras que lo que ustedes pretenden habla sólo de sus pasiones desenfrenadas. Otra vez, qué es mejor: ¿decir que la Palabra de Dios inmutable quedó la misma al tomar el cuerpo humano para la salvación y bien de la humanidad, de modo que al compartir el nacimiento humano pudo hacer a los hombres partícipes de la naturaleza divina y espiritual (2 P 1:4), o colocar lo divino en un mismo nivel que los seres insensibles y adorar por eso a bestias y reptiles e imágenes de hombres? Precisamente eso son los objetos adorados por sus hombres sabios.
¿Con qué derecho vienen a rebajarnos porque afirmamos que Cristo pereció como hombre, siendo que ustedes hacen provenir el alma del cielo, diciendo que se extravió y cayó desde la bóveda del cielo al cuerpo? ¡Y ojal que fuera sólo el cuerpo humano, y que no se cambiara o migrara en el de bestia y serpientes! Nuestra fe declara que Cristo vino para la salvación de las almas, pero ustedes erróneamente teorizan acerca de un alma increada. Creemos en el poder de la Providencia y en su amor por los hombres y que esa venida por tanto no era imposible para Dios; pero ustedes llamando al alma imagen de la Inteligencia, le impulsan caídas y fabrican mitos sobre su posibilidad de cambios.
Como consecuencia, hacen a la inteligencia misma mutable a causa del alma. Porque en cuanto era imagen debe ser aquello a cuya imagen es. Pero si ustedes piensan semejantes cosas acerca de la Inteligencia, recuerden que blasfeman del Padre de la Inteligencia.
«Y referente a la Cruz, qué dicen ustedes que es mejor: ¿soportar la cruz, cuando hombres malvados echan mano de la traición, y no vacilar ante la muerte de ninguna manera o forma, o fabricar fábulas sobre las andananzas de Isis u Osiris, las conspiraciones de Tifón, la expulsión de Cronos, con sus hijos devorados y parricidios? Sí, ¡aquí tenemos su sabiduría!
¿Y por qué mientras se ríen de la Cruz, no se maravillan de la Resurrección? Porque los mismos que nos trasmitieron un suceso, escribieron también sobre el otro. ¿O por qué mientras se acuerdan de la Cruz, no tiene nada que decir sobre los muertos devueltos a la vida, los ciegos que recuperaron la vista, los paralíticos que fueron sanados y los leprosos que fueron limpiados, el caminar sobre el mar, y los demás signos y milagros que muestran a Cristo no como hombre sino como Dios?
En todo caso me parece que ustedes se engañan así mismos y que no tienen ninguna familiaridad real con nuestras Escrituras. Pero léanlas y vean que cuanto Cristo hizo prueba que era Dios que habitaba con nosotros para la salvación de los hombres.
Pero háblennos también ustedes sobre sus propias enseñanzas. Aunque ¿que pueden decir de las cosas insensibles sino insensateces y barbaridades? Pero si, como oigo, quieren decir que entre ustedes tales cosas se hablan en sentido figurado, y así convierten el rapto de Coré en alegoría de la tierra; la cojera de Hefestos, del sol; a Hera, del aire; a Apolo, del sol; a Artemisa, de la luna; y a Poseidón, del mar: aún así no adoran ustedes a Dios mismo, sino que sirven a la creatura en lugar del Dios que creó todo. Pues si ustedes han compuesto tales historias porque la creación es hermosa, no debían haber ido mas allá de admirarla, y no hacer dioses de las creaturas para no dar a las cosas hechas el honor del Hacedor.
En ese caso, ya sería tiempo que dieran el honor al debido arquitecto, a la casa construidas por él, o el honor debido al general, a los soldados. Ahora, ¿qué tienen que decir a todo esto? Así sabremos si la Cruz tiene algo que sirva para burlase de ella.»
Ellos estaban desconcertados y le daban vueltas al asunto de una y otra forma. Antonio sonrió y dijo, de nuevo a través de un intérprete: «Sólo con ver las cosas ya se tiene la prueba de todo lo que he dicho. Pero dado que ustedes, por supuesto, confían absolutamente en las demostraciones, y es éste un arte en que ustedes son maestros, y ya que nos exigen no adorar a Dios sin argumentos demostrativos, díganme esto primero. ¿Cómo se origina el conocimiento preciso de las cosas, en especial el conociendo de Dios? ¿Es por una demostración verbal o por un acto de fe? Y qué viene primero: ¿el acto de fe o la demostración verbal?»
Cuando replicaron que el acto de fe precede y que esto constituye un conocimiento exacto, Antonio, dijo: «¡Bien respondido! La fe surge de la disposición del alma, mientras la dialéctica vine de la habilidad de los que la idean. De acuerdo a esto, los que poseen una fe activa no necesitan argumentos de palabras, y probablemente los encuentran incluso superfluos. Pues lo que aprendemos por la fe, tratan ustedes de construirlo con argumentaciones, y a menudo ni siquiera pueden expresar lo que nosotros percibimos. La conclusión es que una fe activa es mejor y más fuerte que sus argumentos sofistas.
«Los cristianos, por eso, poseemos el misterio, no basándonos en la razón de la sabiduría griega (1 Co 1:17), sino fundado en el poder de una fe que Dios nos ha garantido por medio de Jesucristo. Por lo que hace a la verdad de la explicación dada, noten como nosotros, iletrados, creemos en Dios, reconociendo su Providencia a partir de sus obras. Y en cuanto a que nuestra fe es algo efectivo, noten que nos apoyamos en nuestra fe en Cristo, mientras que ustedes lo hacen basados en disputas o palabras sofísticas; sus ídolos fantasmas están pasando de moda, pero nuestra fe se difunde en todas partes.
Ustedes con todos sus silogismos y sofisma no convierten a nadie del cristianismo al paganismo, pero nosotros, enseñando la fe en Cristo, estamos despojando a sus dioses del miedo que inspiraban, de modo que todos reconocen a Cristo como Dios e Hijo de Dios. Ustedes en toda su elegante retórica, no impiden la enseñanza de Cristo, pero nosotros, con sólo mencionar el nombre de Cristo crucificado, expulsamos a los demonios que ustedes veneran como dioses. Donde aparece el signo de la Cruz, allí la magia y la hechicería son impotentes y sin efecto.
«En verdad, dígannos, ¿dónde quedaron sus oráculos? ¿Dónde los encantamientos de los egipcios? ¿Dónde sus ilusiones y fantasmas de los magos? ¿Cuándo terminaron estas cosas y perdieron su significado? ¿No fue acaso cuando llegó la Cruz de Cristo? Por eso, es ella la que merece desprecio y no mas bien lo que ella ha echado abajo, demostrando su impotencia?
También es notable el echo de que la religión de ustedes jamás fue perseguida; al contrario en todas partes goza de honor entre los hombres. Pero los seguidores de Cristo son perseguidos, y sin embargo es nuestra causa la que florece y prevalece, no la suya. Su religión, con toda la tranquilidad y protección que goza, está muriéndose, mientras la fe y enseñanza de Cristo, despreciadas por ustedes a menudo perseguidas por los gobernantes, han llenado el mundo.
¿En qué tiempo resplandeció tan brillantemente el conocimiento de Dios? ¿O en qué tiempo aparecieron la continencia y la virtud de la virginidad? ¿O cuándo fue despreciada la muerte como cuando llegó la Cruz de Cristo? Y nadie duda de esto al ver a los mártires que desprecian la muerte por causa de Cristo, o al ver a las vírgenes de la Iglesia que por causa de Cristo guardan sus cuerpos puros y sin mancilla.
«Estas pruebas bastan para demostrar que la fe en Cristo es la única religión verdadera. Pero aquí están ustedes, los que buscan conclusiones basadas en el razonamiento , ustedes que no tienen fe. Nosotros no buscamos pruebas, tal como dice nuestro maestro, con palabras persuasivas de sabiduría humana (1 Co 2:4), sino que persuadimos a los hombres por la fe, fe que precede tangiblemente todo razonamiento basado en argumentos. Vean, aquí hay algunos que son atormentados por los demonios.»
Estos eran gente que habían venido a verlo y que sufrían a causa de los demonios; haciéndolos adelantarse, dijo: «O bien, sánenlos con sus silogismos, o cualquier magia que deseen, invocando a sus ídolos; o bien, si no pueden, dejen de luchar contra nosotros y vean el poder de la Cruz de Cristo.»
Después de decir esto, invocó a Cristo e hizo sobre los enfermos la señal de la Cruz, repitiendo la acción por segunda y tercera vez. De inmediato las personas se levantaron completamente sanas, vueltas a su mente y dando gracias al Señor. Los mal llamados filósofos estaban asombrados y realmente atónitos por la sagacidad del hombre y por el milagro realizado. Pero Antonio les dijo: » ¿Por qué se maravillan de esto? No somos nosotros sino Cristo quien hace esto a través de los que creen en El.
Crean ustedes también y verán que no es palabrería la que tenemos, sino fe que por la caridad obrada por Cristo (Ga 5:6); si ustedes también hacen suyo esto, no necesitarán ya andar buscando argumentos de la razón, sino que hallarán que la fe en Cristo es suficiente.» Así habló Antonio. Cuando partieron, lo admiraron, lo abrazaron y reconocieron que los había ayudado.
No tengo mas remedio que releer esta bella etapa de la vida de san Antonio.
Y pienso en mi vida cotidiana, cuando escucho a alguien hablar mal de los cristianos, blasfemar o decir cualquier tipo de barbaridad contra la Iglesia; ojalá yo tuviese el valor de Antonio para defender a Jesucristo y todos los valores que representa para mí, y para todos nosotros, pero que la mayoría de las veces trato de pasar desapercibido para no meterme en lios.
Supongo que a muchos de vosotros os pasará también.Por eso pienso que debemos proponernos imitar a san Antonio, a ver si el Señor nos da la fuerza para defender, en favor de todos, la fe cristiana.
Dios os bendiga
Quiero detenerme especialmente en una de las últimas afirmaciones de la Hna. María Jacob, porque expresó el meollo del Evangelio.
Cuano me referí a fe adulta lo hice pensando en que una persona cree lo que considera libremente que tiene que creer. De eso se trata, Herman afirmaste que tienes la fe de un bebe y eso es maravilloso. «Los que sean y crean como niños y niñas entrarán en el Reino» ¿por qué? Justamente porque su fe es libre, no está influenciada por el entorno, es inocente, es sincera, sale de dentro.
Hermana, creo que vas por el camino correcto. Las crisis son necesarias sino no habría crecimiento. Lo importante es no alejarse de la fuente de la gracia: Jesús, Alfa y Omega, por quien todo se hizo y hace quien todo va. Las dudas no son pecado. Jesús las tuvo. Hermana, el pecado está en la falta de solidaridad, en la falta de justicia, en negar la obra del Espíritu entre nosotros y nosotras. No temas las crisis. No te alejes de quien es el centro de todo. Ten la fe inocente de Antonio e invoca el nombre del Señor, él te llevará sobre sus hombros cuando ya no puedas, pero verás que llegarás a la meta, porque ese es el destino de todo hombre y toda mujer.
Un abrazo.
Hermana María Jacob: dudar es humano, dudar no es un pecado.
Te animo a que sigas comulgando en los momentos de noche oscura, lo importante es que Dios está presente en tu vida, deja a un lado los problemas humanos de la razón y la lógica.Cree con el corazón,no con el cerebro.
Perdona por el atrevimiento,espero haberte ayudado.
Dios te bendiga
A partir del relato de estos acontecimientos de la vida de Antonio queda confirmada una vez más que la fe es para ser vivida, para testimoniarla con nuestros actos con caridad y humildad. Creo que la fe no es para hacer proselitismo en procura de ganar adeptos con argumentos que aperentemente buscan deslumbrar. Un testimonio y una actitud autenticamente cristianos arrastran más que mil palabras.
«Ustedes son la sal y la luz del mundo». Eso es lo que nos pidió Jesús, experimentar la fe en nuestra relación con Dios, con la Humanidad y con la Creación. Un abrazo.
Despojarse de todo para q Cristo nos habite, incluso de argumentos «racionales» para demostrar la existencia de Dios. Creo q lo hay q mostrar a nuestros hermanos es el amor de Dios. Si bien es cierto q a Dios también se lo adora con la razón, nos preocupemos y ocupemos en amar q de lo demás se encargará el Santo Espìritu q ora en nosotros. ¡¡Ay, si tantos hermanos de nuestros tiempos tomaran conciencia del amor infinito de Cristo y de su Mamá!!!!!!!
«Que el mundo vea como se aman». Esta es la misión de las comunidades cristianas en el complejo mundo que nos ha tocado vivir. Un abrazo.
Es espectacular la exposición de san Antonio sobre la fe cristiana, una defensa de Cristo desde la humildad, echando por tierra los argumentos de los paganos cuya creencia sigue combatiendo al cristianismo, en la actualidad, aunque bajo otras formas adaptadas a los cambios sociales y a los descubrimientos científicos, pero que siguen poseyendo a los mismos demonios de entonces, me refiero a corrientes pseudo-espirituales como la «nueva era» que odian a la Iglesia, y cuya creencia esta basada en las fuerzas de la naturaleza, igual que las mitologías del mundo antiguo, y en las fluctuaciones de energía, pero son incapaces de reconocer que tanto la naturaleza como la energía ha sido creada por la Primera Causa No Causada, es decir Dios.
En fin, la Iglesia sigue perseguida por estas corrientes laicistas, pero después de mas de dosmil años la «Esposa de Cristo» continúa tan viva como en los tiempos de san Antonio.
Dios os bendiga
Estimado Noe, comparto plenamente contigo que la lucha de «los del mundo» y «los de la luz» pareciera que se instaló para siempre. Pero lo importante es que nosotros sabemos que Cristo venció y en él vencerá la Iglesia.
Pero te hago una observación. La IGLESIA, es aquella porción de personas católico romanas, católico anglinas, católico antiguas, episcopales, presbiterianas, luteranas, valdenses, calvinistas, bautistas, y puedes seguir agregando hasta llegar a los hombres y mujeres que se profesan ateos pero trabajan por la paz y la justicia; que vive y anuncia lo que Jesús llamó Buena Noticia.
A lo largo de estos dos mil años, muchos se proclamaron la verdadera iglesia de uno y otro bando, y únicamente causaron desastres a la humanidad y combatieron por la vía de los hechos el mensaje de Jesús.
Un abrazo.
Es verdad, hermano Jullio. Qué gusto lo que escribistes. Es verdad que nosotros tenemos puntos de vista y Dios vista de puntos (nuestros puntos de vista que tanta exclusión provocaran).
Hna. Maria
Estoy de acuerdo contigo en que el Cuerpo de Cristo está formado por todas las confesiones cristianas, y por todas las personas que reconocen a Jesús de Nazaret como el Verbo Encarnado, como Dios hecho hombre.
Lo que no comparto contigo es la idea de que los que no reconocen la existencia de Dios formen parte de la Iglesia, por mucho que trabajen en la linea del Evangelio, y ayuden al pobre y necesitado; porque lo que les mueve a comportarse así no es el amor a Dios por el Reino, lo que no significa que Dios no les envíe Su Amor para devolvérselo a los hermanos, pero los valores que les mueven a comportarse de forma altruista son humanos y no espirituales, aunque también procedan de Dios pero sin reconocerlo.
Lo que quiero decir es que no puedes pertenecer al «Cuerpo» si no reconoces a la «Cabeza».
Un abrazo fraterno, querido hermano Julio.
Dios te bendiga
Noé Noé, estoy tentado a desafiarte a verificar tus palabras en la eternidad, si no fuera que el Evangelio de Jesús, su buena noticia que proclamamos a diario en la liturgia pero que encarnamos muy pocas veces en nuestras vidas cotidianas, me dan la certeza absoluta. Fíjate, la comunidad discipular no eran judíos piadosos, ni siquiera judíos puros. Todos y todas de Galilea ¿sabes lo que eso significa?. Pues esas personas, impuras, consideradas casi paganas, que difícilmente practicaban la religión de Jerusalén fueron elegidas por Dios para ser la comunidad que acogiera al Verbo Encarnado, la experimentara como Maestro y Mesías esperado y lo proclamara como su Señor Resucitado. Un abrazo. Hno. Julio.
Por supuesto que creo que en la «eternidad» nos encontraremos personas de todos los credos, de todas las religiones, e incluso personas que durante su vida terrenal no conocieron a Dios.
En la actualidad ya no se puede pensar que fuera de la Iglesia no hay salvación, ese es un pensamiento fundamentalista y totalitario,debemos ver el tema de la salvación de manera pluralista.
Pero pienso que para pertenecer a la Iglesia, sin hablar de una confesíon particular, hay que creer, al menos, en el Dios Único y Trinitario; o sea que para ser cristiano si no reconoces a Dios en Jesucristo no puedes pertenecer a la «comunidad unida» de hermanos de Cristo e hijos adoptivos del Padre.
Pero entiendo tu postura al hablar de los que practican el Evangelio sin creer en Dios, efectivamente son dignos de salvación.
Un abrazo
PAX
si esto es así, no entiendo por qué nos hacen creer en la transubstanciación eucarística, en la virginidad de María o en la infabilidad del Papa?, si el cuerpo místico de Cristo según lo que usted expresa supera todo eso y la hora de la verdad para ganar el cielo sólo basta con ser un buen ciudadano… o eso del cielo es otro sofisma?
Querdia Hermana, a las personas adultas no nos hacen creer. Creemos o no creemos. Con libertad. Con responsabilidad. Con radical pasión. Pero si aceptamos que nos hacen creer, nuestra fe es mágica o a la sumo ingenua. Podremos equivocarnos al afirmar o negar la transubstanciación, pero el Evangelio es claro no nos salvan los dogmas, nos salva la fe en Jesucristo según Pablo y las obras realizadas a instancias de esa fe según Santiago.
Los dogmas nos dan pertenencia a una institución no al Reino. Si los aceptamos tenemos que ser consecuentes con ellos y si los negamos tenemos que ser consecuentes con nuestra postura.
Lo que llamamos cielo, es la plenitud del Reinado de Dios, lo que muchos padres de occidente llaman la visión beatífica y los padres de oriente la deificación.
Un abrazo. Hno Julio
PAX
si creo que es verdad… yo no soy «adulta» soy una bebe
Mi hermana,
Yo creo en la Iglesia que sirvo y amo. Nadie me hace creer en ella. Los dogmas tienen una importancia que no es la misma en la teología. Los dogmas esenciales se encuentran en el Credo aunque hayan sido elaborados en un contexto histórico y eclesial definido. La virginidad de Nuestra Señora ha sido definida en ese contexto de la elaboración de los primeros dogmas. Lo de la infabilidad del Papa en el siglo XIX, en otro contexto. Su importancia es más relativa.
Hay un teólogo, que ha trabajado muchísimo en el Vaticano II, Karl Rahner, que habla de los cristianos anónimos, los hombres y las mujeres que sin fe, ateos o de otras religiones han vivido el Evangelio en su vida. Es un poco más que ser un buen ciudadano, vivir el Evangelio es vivir en oblación, en el amor, hasta el don de sí mismo, de su propia vida.
El cielo no es un sofisma. No está abajo, ni arriba. El cielo lo construyes ahora, con tus palabras y tus gestos, con tu amor. El cielo no es un lugar: es un encuentro en plenitud con Dios. Después de nuestra muerte, en el encuentro con Dios enteremos mejor el Reino de Dios, el cielo que ha sido hecho con nuestras manos, con nuestro corazón, en el amor, con nuestros hermanos.
PAX
gracias hermana por sus palabras, por estos días estoy en crisis total, estoy muy alejada de la iglesia no me siento capaz de recibir la eucaristía con tanta duda…
Ayer, aunque trabajando y antes de dormir he pensado en lo que estás viviendo, mi hermana.
Las crisis siempre son dolorosas, aunque muchas veces nos ayuden encontrar una nueva mirada sobre nosotros, sobre nuestra realidad, sobre nuestra vida. Todavía, durante la crisis es difícil pensar que encontraremos después algo nuevo.
Es posible que te sientas un poco alejada de la Iglesia. Has vivido una experiencia profunda en estos meses: uno se puede sentir más cerca, otro más lejos. No tengas miedo ni de la crisis ni de te sentires alejada de la Iglesia. Todo pasa. O que es esencial es tu cercanía con Cristo. Cristo es el Salvador de todas las crisis, en Él encontrarás tu paz, tu alegría. Invoca su Santo Nombre segura que Cristo está cerca de ti, con su ternura, su amor, su misericordia. Deus es AMOR. No juzga, no condena, no critica: ama.
Comulga sin problemas, con dudas, sin dudas. Con cris, sin crisis. Participa del don de Cristo en la Eucaristía.
Tu hermana
María
La sabiduría del cristiano es la Cruz de Cristo: Locura para los gentiles y escándalo para los judíos, como diría san Pablo. Para el hombre y la mujer del siglo XXI sigue siendo así también, si es que tenemos fe.
Hoy, más que nunca, se trata de hacer razonable nuestra manera de vivir, tan hedonista, egoísta y comodona. Tenemos explicaciones para todo. Incluso los creyentes en Cristo flojean en la fe. La radicalidad del Evangelio queda relegada solamente para unos pocos, que son tachados de «locos» y «extremistas beatos».
Queridos hermanos y hermanas en Cristo-Jesús: ¡No os desaniméis y continuad dando testimonio con vuestra oración continua y vuestros frutos de buenas obras! ¡Amén!
Cada tiempo ha tenido sus propios contratiempos para la fe. A nosotros y nosotras nos toca enfrentar estos y aquí y ahora «dar razón de nuestra esperanza». Un abrazo.
Las Sabias respuestas de San Antonio me recuerdan «el arbol de la Sabiduria que Dios plantó en el centro del Paraiso y del que no prohibio comer. Si Hermanos, hay una sabiduria a la que yo llamo erudición (conjunto de informacion), hay una Sabiduria que podiamos llamar Contemplacion (abarca todo lo creado)…esta ultima es mi aspiracion (con intervencion del E. S.), la primera no necesita más que de libros y profesores.
Elegiste la mejor parte. Un abrazo.