La paz del corazón
La pobreza de espíritu es el grado máximo de la humildad. Es la mentalidad de aquel que sabe que Dios lo es todo, y que lo creado no es nada, y que por consiguiente él mismo no es nada.
San Pablo la define muy bien a contrario cuando escribe: «Si alguno cree ser algo, cuando en realidad no es nada, se engaña a sí mismo» ( Cal., 6, 3) .Y el propio Cristo decía a Santa Catalina de Siena: «Yo soy El que es, tú eres la que no es». «El que es»: en griego, ho ôn, expresión ritualmente inscrita en el icono de Cristo, exactamente en su aureola, y que permite al que medita ante la imagen recibir la misma enseñanza que Santa Catalina y hacerla suya interiormente.
Porque la criatura no es nada por sí misma, pues no tiene en sí misma su razón suficiente y no posee nada propiamente. Es rigurosamente nula frente al Principio divino y enteramente dependiente de Él.
La pobreza de espíritu consiste en ser consciente de todo eso. Y la conciencia inmediata de esa actitud es el desprendimiento.

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Gracias Mariam por este precioso y profundo texto que tanto bien me hace. Son cosas que de una u otra…
Muchas gracias...al pensar que el releer o re- escuchar todas estas cosas nos hace mucho bien gracias por vuestro trabajo
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