Beato Pablo Giustiniani

Icono del Beato Pablo Giustiniani

El día 15 de septiembre de 1520, el B. Pablo salía del Yermo de Camaldoli para ir a vivir en las Grutas de Monte Cucco, en búsqueda de una mayor soledad. De este “Éxodo” nace nuestro Instituto, llamado originalmente “Compañía de los Eremitas de San Romualdo”.

Por lo tanto, este año (1995)  se conmemora el 475 aniversario del nacimiento (en el sentido ya dicho) de la Congregación de Montecorona. Considero por eso que es un deber para todos nosotros detenernos un momento a reflexionar sobre la persona de nuestro Fundador, para comprender mejor su ánimo, sus intenciones, toda la riqueza espiritual que lo animaba.

Sobre todo algunas preguntas: ¿Podemos llamar al Beato Pablo nuestro Padre?, ¿Qué novedad o diversidad, ha traído nuestro Fundador en relación a la espiritualidad vivida por siglos en Camaldoli? Soy muy consciente que estas preguntas presentan problemas a los que hoy, con los conocimientos que poseemos, no es posible dar una respuesta exhaustiva. Sin embargo, me parece que sobre algunos puntos podemos coincidir.

a) En el sentido pleno de la palabra, “Padre y guía de los Camaldulenses” es San Romualdo. A él Dios ha inspirado la forma de vida semi-eremítica que inició en Camaldoli, Él es el Padre de los “Eremiti razionali” como dijo San Pedro Damián. Nuestras raíces profundas están en Camaldoli, se hunden en aquel terreno cultivado por San Romualdo. La paternidad fundamental, si se puede decir así, pertenecen al Santo Eremita de Rávena.

b) Y, sin embargo, lo que tuvo inicio después del 15 de septiembrede 1520 no es cualquier cosa secundaria o marginal para nosotros, porque, como decía antes, nuestra Familia religiosa ha iniciado, pues, su vida, ciertamente en germen, después que el Beato Pablo dejó Camaldoli. Y donde se inicia una vida hay necesariamente un Padre. Por esto podemos y debemos considerar al Beato Pablo como nuestro verdadero Padre, aunque su paternidad esté subordinada a aquella de SanRomualdo.

Es nuestro Padre porque es nuestro Fundador. Ciertamente él no tenía en mente nuestro Instituto cuando tomó la decisión de dejar el Yermo de Camaldoli, como San Francisco no pensaba en los Hermanos Menores, ni San Ignacio en la Compañía de Jesús, cuando iniciaron su “aventura espiritual”. Probablemente el hermano Pablo pensaba solo en vivir el espíritu camaldulense en una forma más plena y simple. Pero es un hecho que de la elección que él hizo ese día, nace nuestra Congregación. En el transcurso de pocos años él se convirtió en Padre de una Familia religiosa… (continúa)

Este texto de Don Lanfranco Longhi, ec, Padre Mayor —Superior— de la Congregación de Eremitas Camaldulenses de Montecorona, fue publicado originalmente en italiano en “Carta a los Cohermanos”, nums. 10 (31-XII-1995) y 11 (28-VI-1996). La traducción ha sido hecha por un eremita camaldulense del Yermo de Nuestra Señora de Herrera, en Miranda de Ebro (Burgos). Madrid, Cuaresma de 2010.

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Yermo  Camaldulense

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