La paz del corazón
Estimadas hermanas y hermanos en Cristo Jesús.
Os remitimos aquí a un texto clásico de la espiritualidad monástica de los Padres del desierto. «Acerca de los ocho vicios malvados» de Evagrio Póntico.
Salvando las diferencias de lenguaje y contexto, puede ser muy útil para mejorar el conocimiento de los recovecos de nuestra propia mente.
Un saludo fraterno a todos, invocando a Jesucristo.
«El monje afectado por la tristeza no conoce el placer espiritual: la tristeza es un abatimiento del alma y se forma de los pensamientos de la ira.
El deseo de venganza, en efecto, es propio de la ira, el fracaso de la venganza genera la tristeza; la tristeza es la boca del león y fácilmente devora a aquel que se entristece.
La tristeza es un gusano del corazón y se come a la madre que lo ha generado.
Sufre la madre cuando da a luz al hijo, pero, una vez alumbrado se ve libre del dolor; la tristeza, en cambio, mientras es generada, provoca largos dolores y sobreviviendo, después del esfuerzo, no trae sufrimientos menores.
El monje triste no conoce la alegría espiritual, como aquel que tiene una fuerte fiebre no reconoce el sabor de la miel.
El monje triste no sabrá cómo mover la mente hacia la contemplación ni brota de él una oración pura: la tristeza es un impedimento para todo bien.
Tener los pies amarrados es un impedimento para la carrera, así la tristeza es un obstáculo para la contemplación.
El prisionero de los bárbaros está atado con cadenas y la tristeza ata a aquel que es prisionero[xi] de las pasiones.
En ausencia de otras pasiones la tristeza no tiene fuerza como no la tiene una atadura si falta quien ate.
Aquel que está atado por la tristeza es vencido por las pasiones y como prueba de su derrota viene añadida la atadura.
Efectivamente la tristeza deriva de la falta de éxito del deseo carnal porque el deseo es connatural a todas las pasiones. Quien vence el deseo vencerá las pasiones y el vencedor de las pasiones no será sometido por la tristeza.
El temperante no se entristece por la falta de alimentos, ni el sabio cuando lo ataca una disolución desquiciada, ni el manso que renuncia a la venganza, ni el humilde si se ve privado del honor de los hombres, ni el generoso cuando incurre en un pérdida financiera: ellos evitaron con fuerza, en efecto, el deseo de estas cosas: como efectivamente aquel que está bien acorazado rechaza los golpes, así el hombre carente de pasiones no es herido por la tristeza».
Cada vez que la tristeza intenta llegar a mis pensamientos y mi corazón esta pequeña pero poderosa oración me salva, igual que Cristo aquel día en la cruz, de morir en el intento.
«En tus manos Señor mi vida entera.»
Que Cristo Rey del Corazón nos anime mas y mas cada día.
gracias
Gracias hermanos por este texto.
Bendito sea el Señor, que me llevó a encontrarlos!!! EL Señor lo sabía, benditos los que irradian el amor divino…a fin que seamos uno en EL. Gracias!!!!
Tristeza en el alma, por no tener dinero, no ser feliz, desear un bien fuera de alcance, entonces si no puedo entrar en silencio ante El, pero si es tristeza por perder un ser querido, una enfermedad entonces si, porque de esa nada mía El tomará posesión de mi corazón, le hablará y derramará su misericordia que será a mi corazón miel jamás probada por el hombre.
Es cierto que perdemos la esperanza y cunde el desanimo cuando queremos ,a toda costa, tener confortamiento espiritual en nuestra oración. Y es que olvidamos -como dice el texto- presentar a Dios nuestras miserias; también olvidamos las palabras del Salmo » un corazón contrito y humillado Dios no lo rechaza» . Es bueno recordarlo siempre y sobre en todos en momentos de oscuridad y desaliento. Gracias por el texto.
gracias por este texto
gracias por los textos
pero hermano cuando el corazón se llena de tristeza por un familiar querido y esta te lleva tiempo reponerte.
me gusto leer este texto y conocer Evagrio
La soberbia es un tumor del alma lleno de pus. Si madura, explotará, emanando un horrible hedor
no se porque yo creí que eran 7 perdón.
El origen del fruto es la flor y el origen de la vida activa[ii] es la templanza
La mansedumbre del hombre es recordada por Dios y el alma apacible se convierte en templo del Espíritu Santo.
Cristo recuesta su cabeza en los espíritus mansos y sólo la mente pacífica se convierte en morada de la Santa Trinidad.
Los zorros hacen guarida en el alma rencorosa y las fieras se agazapan en el corazón rebelde.
esta muy bien hay que ponerlo en practica, lo volveré a leerlo para ponerlo en practica.
pero que tengo un poco de todos a sí que tengo que salir d ese fango que lleva mi alma a la perdición.
gracias hermanos