SALMO INICIAL

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Señor,  no estás conmigo aunque te nombre siempre.

Estás allá, entre nubes, donde mi voz no alcanza,

y si a vees resurges, como el sol tras la lluvia,

hay noches en que apenas logro pensar que existes.

Eres un mar lejano que a veces no se oye.

No estás dentro de mí. Siento tu negro hueco

devorando mi entraña, como una hambientra boca.

 

Y por eso te nombro, Señor, constantemente,

y por eso refiero las cosas a tu nombre,

dándoles latitud y longitud de Ti.

Si estuvieras conmigo yo hablaría de  cosas,

 de cosas nada más, sencillas y desnudas,

del cielo, de la brisa, del amor y la pena.

Como un feliz amante que dice sólo: «Mira

qué pájaro, qué rosa, qué sol, qué tarde clara»,

y vierte así en la luz de los nombres su amor.

Pero no. Tú me faltas. Y te nombro por eso.

Te persigo en el bosque detrás de cada tronco.

Te busco por el fondo de las aguas sin luz.

¡Oh cosas, apartaos, dadme ya su presencia

que tenéis escondida en vuestro oscuro seno!


Marcado por tu hierro vago por las llanuras,

abandonado, inútil, como una oveja sola…

Hombre de Dios me llamo. Pero sin Dios estoy.

José Mª Valverde, Hombre de Dios

(Salmos, Elegía y oraciones).

I.N.E.M. Ramiro de Maeztu, Madrid, 1945. Pág. 1.2

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3 Comments on “SALMO INICIAL

  1. BENDITO Y ALABADO SEA JEHOVA, BENDITO Y ALABADO SEA SU SANTO NOMBRE ALELUYA.

  2. Hermoso poema que nos enciende el deseo de Dios.

  3. Cuantas veces buscamos a Dios a tientas , en oscura soledad. Y no lo hallamos y no vemos su rostro por más que lo anhelamos y en esos momentos entendemos las palabras que Yhave pronunció y que permanecen en el libro del Expodo:»Mi rastro podrás seguirlo, pero mi rostro no podrás verlo». Es entonces cuando balbuceamos : Busco tu rostro ,Señor, busco tu rostro.

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