Gracias Mariam por este precioso y profundo texto que tanto bien me hace. Son cosas que de una u otra…
La paz del corazón
Uno puede estar en quietud corporal y por dentro vivir un hervidero mental. También se puede estar en plena actividad en el mundo y estar en profunda quietud interior. El asunto parece ser aquello que busco. ¿Qué busco en esto o en aquello? Terminamos siempre en lo mismo: busco a Dios y su presencia en mí o busco otras cosas.
Todos buscamos lo mismo; una sensación de paz, de serena alegría, de presencia en lo sagrado; es decir, el sentido de la vida como plenitud en el ahora. Pero esta búsqueda común a todo ser humano se nos formula de distinto modo. Será cuando tenga el auto o la casa o la pareja o esa suma de dinero o ese reconocimiento social, o ese puesto de trabajo… o cuando mi hijo adopte esa conducta; será entonces, me digo, cuando seré feliz.
Pero ese tipo de felicidad aparente se me esfuma a poco de encontrarla. Las situaciones cambian. El trabajo se vuelve insatisfactorio o se complica el pago de la hipoteca, la pareja me desilusiona y hasta el monasterio en que te han aceptado puede mostrarse al poco tiempo como un lugar frío y vacío; y así siguiendo, en una dinámica de los hechos que no podemos detener cuando alcanzamos lo querido.
Este estado de cosas, en el cual creemos que hay algo afuera que nos dará lo que nos falta adentro, es una de las manifestaciones de lo que se ha llamado «la caída» o la pérdida de nuestra naturaleza original. Por eso se dice también que esta tierra es un exilio, en cuanto nos sentimos ajenos a un ser verdadero que recordamos oscuramente y del que nos dan cuenta algunos leves recuerdos de la primera infancia.
Es el dominio del miedo que ha opacado a la fe. Al habernos internado en el reino de la mente se nos escapó la presencia divina, que era más importante para nosotros que el mismo aire que respiramos. Y este gobierno desde la mente nos llevó al afán de control, a la búsqueda de seguridad, al torpe intento de manipular lo que sucederá en el futuro. Y por eso nuestra vida no es auténtica. ¡Son tantas las formas que adopta la mentira!
¿Cómo hacer entonces? ¿Cómo salir de este enredo vital? Los llamados diez mandamientos nos dan pistas muy importantes y una clave cierta hacia la vida en Dios. Pero los leemos muy superficialmente, sin ver hasta que punto reseñan lo que nos ocurre y de que manera nos muestran la salida a esta situación. Una inmersión a fondo en el sentido de esa enseñanza nos saca del laberinto y nos muestra un camino práctico y gozoso de volver a casa.
Continuará…
Invitación y enlaces de hoy:
Queridas hermanas y hermanos, el próximo jueves 3 de agosto, a las 14 hs. de Argentina, 19 hs. de España y equivalentes, estamos invitados a la 7º clase del curso de mística 2023, a cargo del padre Alex Zatirka quién nos expondrá sobre «San Simeón, el nuevo teólogo, la necesidad del cultivo de la experiencia de Dios» El enlace será el mismo de siempre: https://us02web.zoom.us/j/88619724529
Leído al final en la oración vespertina del 14 de Julio de 2023 – ¡Gracias Beatriu!
Otro texto sobre la mansedumbre
Gracias por la invitación. Dios mediante estaré presente para aprender de sus enseñanzas
La creencia de que algo o alguien nos va a completar, habitar incompletos sobre el que es completo.
Hola Gonzalo. Pues sí, cada uno en el momento espiritual que atraviesa. Desde ese momento, situación o paisaje interior, se ve lo que se atisba desde allí. Paciencia, con nosotros y con los que ven otra cosa desde su posición. Un abrazo en Cristo.