El vacío

«Este vacío no es un vacío sin forma ni significado; por el contrario, tiene la forma dada por la finalidad para la que fue concebido. El vacío de María es como el hueco de un junco: estrecho, sin fisuras ni obstáculos, y solo puede tener un propósito: recibir el aliento del flautista para producir un sonido que está en su corazón.»

Práctica sugerida:

● Pongámonos en actitud de oración delante del Señor y entremos
en el recinto interior, para hacer contacto con este lugar donde
somos fecundados por Dios, donde se engendra la Vida en
nosotros, donde crece todo lo bueno, lo santo y lo bello..
● De qué está lleno el espacio de mi vida interior?
● Cómo soy flauta de caña? Dejo pasar a través de mi el aliento
divino, la música de Dios, o soy disonante?
● Cómo soy recipiente que acoge y contiene? Soy capaz de acoger
y contener lo que me viene cada día? Cómo lo hago

«El junco de Dios» (Libro citado en el vídeo)