La paz del corazón
«La oración Contemplativa es la preparación ideal para la liturgia. A su vez, la liturgia, cuando se celebra en forma debida, fomenta la oración contemplativa. Unidas impulsan el proceso continuo de la conversión a la cual nos llaman los evangelios. Despiertan en nosotros la certeza, de que nosotros mismos, como miembros que somos del cuerpo de Cristo, somos la línea de donde parte la Nueva Creación iniciada por la Resurrección y Ascensión de Cristo…
La Oración Contemplativa en comunidad es una experiencia que vincula poderosamente a los participantes, a la vez que se convierte en una especie de liturgia profunda. La práctica diaria de la oración contemplativa, ya sea en comunidad o en privado, agudiza la capacidad de escucha de la Palabra de Dios con una atención cuyos niveles se hacen cada vez más profundos y más receptivos.
Cuando los ritos sacramentales y la Palabra de Dios a través de las Escrituras llegan a tocar nuestros sentidos y nuestra capacidad de reflexión y penetran nuestro ser por medio del nivel intuitivo que poseemos, se desborda la energía inmensa del Espíritu Santo, y nuestra conciencia se transforma gradualmente en la mente de Cristo…
Al no experimentar la unión divina, nos sentimos apartados de nosotros mismos, de Dios, de los demás y del cosmos. Por lo tanto, buscamos substitutos para la felicidad para la cual fuimos predestinados y que no sabemos cómo ni dónde encontrar. Esta equivocada búsqueda de felicidad es la condición a la cual está dirigido el mensaje del Evangelio. La primera palabra que Jesús pronuncia cuando comienza su ministerio público es «Arrepentíos», con lo cual quiere decir, «Cambiad la ruta que habéis escogido para buscar la felicidad.»
Esta no puede hallarse utilizando los programas que se originaron en la tierna infancia y que fueron basados en las necesidades instintivas de seguridad y supervivencia, de afecto y estima, y de poder y control sobre todo lo que esta al alcance. Estos programas no pueden funcionar en la vida adulta, aunque todo el mundo trata de hacerlos funcionar. La verdadera felicidad sólo se puede experimentar en la unión con Dios, que es algo que simultáneamente nos une con los demás miembros de la familia humana y con toda la realidad que nos rodea…»
Son párrafos extraídos de: Misioneros del Sagrado Corazón
Haz clic aquí para leer el texto completo
Haz clic aquí para el listado completo de entrevistas del Santo Nombre
Aquí tienes algunos ámbitos disponibles en la Fraternidad
Muchas gracias, espero cada fin de semana su comunicado con alegria. Me iluminan sus temas profundos y prácticos a la vez.
Paz y bien