La paz del corazón
Cada vez que uno se acuerde, respirar con profundidad, distendiendo el cuerpo, volver a la invocación del Nombre.
Esta invocación es una nueva afirmación del propósito de vivir en la Presencia; aunque una y otra vez olvidemos la Presencia, somos obstinados, queremos volver a encontrarla.
Queremos vivir entre los hechos y las cosas ofrendando, agradeciendo, sirviendo. Queremos hacer despacio, con atención y cierta reverencia.
No queremos que nuestra vida sea una mera precipitación, un gesto apresurado; queremos hacerla liturgia, acto de entrega, un esfuerzo gustoso de elevación.
La repetición cuidadosa y tranquila del Nombre de Jesús nos impulsa hacia el corazón del Padre.
Elsantonombre.org
Gracias Mariam por este precioso y profundo texto que tanto bien me hace. Son cosas que de una u otra…
Muchas gracias...al pensar que el releer o re- escuchar todas estas cosas nos hace mucho bien gracias por vuestro trabajo
Las cuatro semanas de este tiempo representan las cuatro venidas de Cristo: La Encarnación, en la historia. Su presencia espiritual…
Toda esta enseñanza vivida contribuyó a revitalizar una comprensión más amplia del Adviento, que no se limita a una expectativa…
Todas las oraciones resuenan en mi, a mi me interrogan. Eres Tu Señor el que nace en mi? , por…