Grados de la Oración Teresiana

Santa Teresa de Jesús
Santa Teresa de Jesús

En el “Libro de la Vida», Santa Teresa hace un paréntesis en el relato de su autobiografía a partir del capítulo 11, para presentarnos un itinerario oracional, que ella describe como «cuatro maneras de regar el huerto». El huerto es el alma. Teresa se sirve de esta comparación para exponer los cuatro grados de la oración:

“6…ha de hacer cuenta el que comienza, que comienza a hacer un huerto en tierra muy infructuosa que lleva muy malas hierbas, para que se deleite el Señor. Su Majestad arranca las malas hierbas y ha de plantar las buenas. Pues hagamos cuenta que está ya hecho esto cuando se determina a tener oración un alma y lo ha comenzado a usar. Y con ayuda de Dios hemos de procurar, como buenos hortelanos, que crezcan estas plantas y tener cuidado de regarlas para que no se pierdan, sino que vengan a echar flores que den de sí gran olor para dar recreación a este Señor nuestro, y así se venga a deleitar muchas veces a esta huerta y a holgarse entre estas virtudes.

7. Pues veamos ahora de la manera que se puede regar, para que entendamos lo que hemos de hacer y el trabajo que nos ha de costar, si es mayor que la ganancia, o hasta qué tanto tiempo se ha de tener.

Paréceme a mí que se puede regar de cuatro maneras: o con sacar el agua de un pozo, que es a nuestro gran trabajo; o con noria y arcaduces, que se saca con un torno; yo lo he sacado algunas veces: es a menos trabajo que estotro y sácase más agua; o de un río o arroyo: esto se riega muy mejor, que queda más harta la tierra de agua y no se ha menester regar tan a menudo y es a menos trabajo mucho del hortelano; o con llover mucho, que lo riega el Señor sin trabajo ninguno nuestro, y es muy sin comparación mejor que todo lo que queda dicho.

8. Ahora, pues, aplicadas estas cuatro maneras de agua de que se ha de sustentar este huerto -porque sin ella perderse ha-, es lo que a mí me hace al caso y ha parecido que se podrá declarar algo de cuatro grados de oración, en que el Señor, por su bondad, ha puesto algunas veces mi alma. Plega a su bondad atine a decirlo de manera que aproveche a una de las personas que esto me mandaron escribir…”

Primer grado de oración:

“De los que comienzan a tener oración podemos decir son los que sacan el agua del pozo, que es muy a su trabajo, como tengo dicho, que han de cansarse en recoger los sentidos, que, como están acostumbrados a andar derramados, es harto trabajo”,  (V.11,9)

En este primer modo de oración se experimenta trabajo y esfuerzo, por no estar acostumbrado a recogerse en el interior del alma. El hombre está “derramado” hacia el exterior y por eso su oración es costosa y con escaso fruto. Sentirá malestar y disgusto cuando a pesar de su trabajo en recogerse y meditar no halle en sí más que sequedad y sinsabor. Santa Teresa invita a quienes comienzan este camino a no quedarse en una praxis de la oración que solo agrada al sentido. No hay que quedarse preso del ejercicio de la oración dura, sino abrirse a una relación de amistad desinteresada. Es la amistad pura. Así nos enseña: «Pues sabe le contenta (a Dios) con aquello (ejercicio de oración seca), y su intento no ha de ser contentarse a sí,  sino a él…”(V.11,13).

En este grado el orante debe mantenerse en la oración con el ejercicio de la meditación, es decir, discurrir con el entendimiento. Con buenos libros que le lleven al trato de amistad con Dios, o pensando sobre las grandezas de Dios, sus misericordias, su amor, etc. Pero la santa insiste en que no se le vaya en esto todo el tiempo de la oración. Sino que “se representen delante de Cristo, y sin cansancio del entendimiento, se estén hablando y regalando con él”. “Mire que le mira” (V. 13,11)

Teresa advierte que el orante no debe intentar suspender la actividad del entendimiento para ayudarse a la oración, sino dejar que Dios se lo suspenda cuando quiera. No está en nosotros procurarnos sentir los gustos de Dios, de lo contrario perdería el tiempo, quedándose el alma “boba y fría”.

Por lo tanto, en esta primera manera de regar el huerto se saca el agua del pozo, esto es, discurriendo con el entendimiento.

Segundo grado de oración:

En el segundo grado de oración se saca el agua con una noria: “…con noria y arcaduces, que se saca con un torno (yo lo he sacado algunas veces), es a menos trabajo y sácase más agua” (V. 11,7)

Aquí el orante experimenta en sí unos gustos muy particulares que no vienen de ninguna manera procurados por su mucho discurrir o meditar en las cosas de Dios. Aunque en este grado no se ha de dejar del todo la oración mental, Teresa nos habla de la oración de quietud, que es precisamente una comunicación de Dios al alma en la que la persona siente en sí un recogimiento hacia lo profundo de su ser, en el que su voluntad siente y goza claramente de unos gustos, contentos, que no había conocido antes en ninguna cosa de este mundo: “Aquí se comienza a recoger el alma, toca ya aquí cosa sobrenatural, porque en ninguna manera puede ganar aquello por diligencias que haga” (V. 14,3)

Es sobrenatural, es decir por encima de lo que el hombre puede hacer. Viene de Dios que se comunica al alma. Dios actúa directamente en la voluntad intensificando el amor. Cautiva al alma: “¡Oh Jesús y Señor mío, qué nos vale aquí vuestro amor!, porque éste tiene el nuestro tan atado que no deja libertad para amar en  aquel punto a otra cosa sino a Vos!”(V.14, 2)

La persona ve con certeza que estuvo el Señor con ella. Va creciendo en virtudes: “comienza a perder la codicia de lo de acá”(V.14,8). Además desea ratos de soledad para gozar más Dios, “porque comienza el Señor a encender el verdadero amor suyo”. El alma siente que la oración es principio de todos los bienes y que por nada querría dejarla.

Tercer grado de oración:

En este grado de oración el agua con que se riega esta huerta del alma “es agua corriente de río o de fuente, que se riega muy a menos trabajo, aunque alguno da el encaminar el agua. Quiere el Señor aquí ayudar al hortelano de manera que casi él es el hortelano y el que hace todo” (V.16,1)

Nuevamente Dios sale al encuentro del orante con una acción mucho más abundante. Teresa nos habla del sueño de potencias como oración propia en esta tercera manera de riego. La experiencia de la gracia es mucho más clara que en la oración anterior. “Es un sueño de las potencias que ni del todo se pierden, ni entienden cómo obran”. La acción de Dios alcanza al hombre en su interior, en las potencias, de manera más intensa que en la oración de quietud. Esta acción de Dios “adormece” al hombre con relación a todo lo creado, porque está profundamente cautivo por Dios. La persona siente en sí “embriaguez y desatino de amor”. “Glorioso desatino, una celestial locura” (V.16,1-2). Es una “unión muy conocida de toda el alma con Dios”(V.17, 4) aunque entiende con claridad que no es del todo unión de todas las potencias. A diferencia de la oración de quietud, aquí el alma tiene más “soltura” para moverse en las actividades de la vida, aunque entiende bien que la mejor parte está con Dios: “atada y gozando”(V.16,2). “… coge Dios la voluntad, y aun el entendimiento, a mi parecer, porque no discurre, sino está gozando de Dios, como quien está mirando y ve tanto que no sabe hacia dónde mirar…” (V.17,5) “Háblense aquí muchas palabras en alabanzas de Dios sin concierto, si el mismo Señor no las concierta; al menos el entendimiento no vale aquí nada. Querría dar voces en alabanzas el alma, y está que no cabe en sí; un desasosiego sabroso.” (V.16,2)

La actitud de la persona en esta oración es de dejarse del todo en los brazos de Dios, porque su alma ya no es suya sino de Dios. Ya no querría vivir sino en El. El alma se ve  fortalecida en las virtudes “Ya, ya se abren las flores, ya comienzan a dar olor” (V.16,3) deseosa de servir a su Señor.

Cuarto grado de oración:

“… es agua que viene del cielo para con su abundancia henchir y hartar todo este huerto de agua” (V. 18,9). Se trata de la oración de unión de todas las potencias en la que la acción de Dios envuelve y domina a la persona. Santa Teresa describe así la oración de unión: “Acá no hay sentir, sino gozar sin entender lo que se goza. Entiéndese que se goza un bien adonde juntos se encierran todos los bienes, mas no se comprende esto bien. Ocúpanse todos los sentidos en este gozo, de manera que no queda ninguno desocupado para poder en otra cosa exterior ni interiormente” ocuparse. (V.18, 1) El alma “siente con un deleite grandísimo y suave casi desfallecer toda con una manera de desmayo… toda la fuerza exterior se pierde y se aumenta en las del alma para mejor poder gozar de su gloria. El deleite exterior que se siente es grande y muy conocido” (V.18, 10) La acción de Dios es tan fuerte que suspende todas las potencias, de modo que  el orante no puede ocuparse en nada. “Dios coge al alma y la lleva consigo” “Viene un ímpetu tan acelerado y fuerte, que veis sentir y sentís levantarse esta nube (de la gran Majestad de Dios)”.

En esta oración hay una concentración total de la persona entera en Dios: interior y exterior. Santa Teresa llama a esta gracia de unión levantamiento de espíritu o vuelo de espíritu y unión.

Es importante dejar en claro que a esta oración de unión se llega normalmente después que el orante se ha ejercitado durante largo tiempo en la oración mental. Aunque también puede ser concedida, por gracia de Dios, estando todavía muy atrás en el camino.

Autor:

Pablo Gómez

pablocarmelita@hotmail.com

Algunas ideas han sido extraídas de una material sobre los Modos de Oración Teresiana, preparado por las Monjas Carmelitas de Cádiz.
Las citas son del “Libro de la Vida”, en Obras Completas de Santa Teresa de Jesús, editada por Monte Carmelo.2003

Sitios recomendados:

www.cipecar.org

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One Comment on “Grados de la Oración Teresiana

  1. TUVE LA GRACIA DE CONOCER A SANTA TERESA DE JESUS A TRAVES DE LA ORACION CONTEMPLATIVA EN LA IGLESIA DE LA VICTORIA GUAYAQUIL ECUADOR DE LOS CARMELITAS DESCALZOS Y ES VERDAD LO QUE DICE LA SANTA , YO LE SIRVO A DIOS A TRAVES DE MIS MANOS DESDE HACE 9 AÑOS EN EL INTERNET 3 HORAS POR LAS NOCHES PONGO LO QUE EL PONGA EN MIS MANOS EN MIS MUROS COMO MONI CECI ERAZO PERO AL PRINCIPIO CUESTA MUCHO ES DIFICIL DEJAR ATRAS EL MUNDO CON SUS PASIONES Y TENTACIONES PARA ENTREGARSE AL MUNDO DIVINO AL MUNDO DEL AMOR DE DIOS ES DIFICIL PERO NO IMPOSIBLE Y NO HAY COSA MAS BELLA QUE PODER SERVIR DE ALGUN MODO A NUESTRO PADRE . DIOS TE AMA Y ESPERA POR TI ADELANTE Y BENDICIONES

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