La paz del corazón
– ¿Qué finalidad tiene la soledad exterior?
– La soledad exterior crea el ambiente propicio necesario para que pueda desarrollarse una soledad más perfecta, la soledad interior.
– ¿En qué consiste la soledad interior?
– Consiste ésta en un proceso espiritual por el que la memoria, el entendimiento y la voluntad van muriendo a todo interés y gusto por las cosas. En su lugar, Dios comienza a ser sentido como único objeto saciante.
– ¿Es algo típico y exclusivo de la Cartuja?
– Es el proceso espiritual descrito por San Juan de la Cruz en la Subida del Monte Carmelo.
– ¿Cómo lo concretan Vds., los cartujos?
– San Bruno y Dom Guigo resumen este proceso en una palabra, la «quies», es decir, el sosiego o reposo espiritual.
– Es decir, que toda la atmósfera cartujana tiende a…
– El ambiente de soledad, el silencio de todo ruido perturbador de los deseos e imágenes terrenos, la atención tranquila y sosegada de la mente en Dios, favorecida por la oración y la lectura pausada, desembocan en ese santo «reposo» del alma en Dios. Reposo simple, endiosado y gozoso que hace sentir al monje, de alguna manera, la belleza de la vida eterna.
– ¿Qué grado de contemplación es éste?
– Digamos que la «quies», el sosiego, es una meta anhelada por el cartujo.
FIDELIDAD A LA CRUZ
– Ustedes tienen fama de muy mortificados y penitentes.
– Sobre el tema de las penitencias de la Cartuja, como sobre tantos otros, existen las más extrañas ideas. Es cierto que a las penitencias se las considera sólo como «medios para aligerar la pesadez de la carne y correr con más facilidad en pos del Señor».
– Pero Vd. sabe que la penitencia personal hoy día no se la considera un medio infalible… estamos en tiempos de comprensión y diálogo…
– Las penitencias, y en general todo lo que suponga sacrificio y abnegación, tienen en nuestros tiempos muy mala prensa y se suele hablar de ellas con notable inconsciencia.
Todo el mundo ve bien que un deportista se prive de muchas cosas lícitas y someta su cuerpo a penosos entrenamientos. Sin embargo, si un cristiano, consciente de su dignidad, adopta parecidas prácticas ascéticas con el fin de mantener a raya sus pasiones, con toda probabilidad se verá tildado de medieval, exagerado, o bien se le clasificará en alguno de los sonoros apartados de la sicología patológica.
– ¿Creen Vds. los cartujos en la ascética?
– La ascesis, a pesar de estar tan vilipendiada, es absolutamente necesaria a todo hombre que quiera ser algo más que un pobre esclavo de sus instintos animales. «Aun allá Séneca -dice el P. Rodríguez- lo sintió y dijo divinamente: ‘Mayor soy y para mayores cosas nací que para ser esclavo de mi cuerpo’; sentencia digna de que el religioso y cualquier cristiano la tuviese impresa en su corazón».
Este texto fue extraído de: Diálogos en Miraflores
El link fue sugerido por nuestra amiga Flavia Mile
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¿cómo se lleva es sosiego o paz espiritual a la vida laica normal, del trabajo y vida diaria?
Dios me guie y me otorgue su paz
Aunque en la vida de laico no tenemos el clima de silencio y paz de los monasterios, podemos buscar momentos de soledad cuando las obligaciones nos lo permiten.
Y buscar el sosiego espiritual, sobre todo, alimentándonos con la Palabra, despojándonos del ego y de los deseos materiales y buscando a Dios con intensidad.
Espero haberte servido de ayuda, hermano Fernando.Dios te bendiga y ayude a encontrar el «sosiego espiritual».
La «quies» de la que hablaron san Bruno y Dom Guigo se traduce exactamente como «quietud».
Ésta es un estado del alma mezcla de la «apatheia» y la «soledad interior», que da como resultado la «quietud, sosiego o reposo espiritual».