Meditación LVII

LA FE

La virtud que más me gusta, dice Dios es la esperanza.

La fe es algo que no me extraña, que no tiene nada de raro.

Porque, brillo de tal manera en mi creación!

En el sol, en la luna, y en las estrellas, en todas mis criaturas.

En los astros del firmamento y en los peces del mar, en las plantas y en los animales y en las bestias de la selva,

Y en el hombre, mi criatura.

 En el hombre y en la mujer, su compañera, y sobre todo en los niños, mis criaturas,

Sobre todo en la mirada de los niños y en la voz de los niños,

Porque los niños son más mis criaturas que los hombres,

Ellos no han sido derrotados todavía por la vida y son mis servidores más que nadie,

antes que nadie.

Verdaderamente, hay cómo brillo Yo en mi creación!

[…]

Y resplandezco en la calma de una bella tarde,

Y en la piedra del umbral y en la del hogar y en la del altar,

En la oración y en los sacramentos,

En las casas de los hombres y en la iglesia que es mi casa de la tierra.

[…]

Estoy en todo porque soy el Señor de todo,

Y rehago todo lo que el hombre deshace, y deshago lo que construye.

Y resplandezco hasta en la tentación del pecado.

Sí, incluso en la tentación.

Y en todo lo que sucedió a mi Hijo,

A causa del hombre, mi criatura, que yo había criado.

Y resplandezco en la Encarnación, en el Nacimiento y en la muerte de mi Hijo,

Y en todo nacimiento y en toda vida

Y en toda muerte,

Y en la vida eterna que no tendrá fin

Y vencerá la muerte.

Verdaderamente brillo de tal manera en mi creación

Que para no verme sería necesario que los hombres fueran ciegos

Charles Péguy – Las tres virtudes. In Palabras Cristianas. Salamanca: Sígueme, 2002, 17 -19, con supresiones