La paz del corazón
Dame el pan de cada día, el pan de esta jornada. Solo te pido el trozo suficiente que alivie mi cansancio y mi fatiga.
Dame la fuerza necesaria, solo aquella que me permita dar respuesta concreta y fiel a la vocación que a cada instante me confirmas…
Te pido el hálito de vida que me dé capacidad en este ahora… Dame el sorbo de agua imprescindible, que me libre del agobio y preste a mis caminos la alegría de no arrastrar, sediento y agotado, los pies en la obediencia.
Sólo te pido que permanezas discreto junto a mí en los senderos, sin derroches de visiones, pero que yo esté seguro de tu acompañamiento…
Hazte, Señor, la brisa de la tarde, la cena de la noche, pan partido, albergue de mi sueño, aceite de mi lámpara en la vela. Hazte amanecer y luz del alba…
Dame hoy el pan de la mañana, el que cada día adelanta la mesa de mi esfuerzo y de mi esperanza. Que no vuelva la mirada atrás, ni me pueda la nostalgia por el tiempo perdido…
Dame, Señor, el pan que me saque del tedio y de todo ensimismamiento, pan partido, pan comunitario, pan de Eucaristía”.
Ángel Moreno: Pan de eucaristía. Madrid: BAC 2000, pp.123-125.
SIEMPRE ME HA GUSTADO LA PALABRA «PAN» MAS NO LA VEO APOSTOLICA, PAUES NO TODOS LOS HUMANOS SABEN QUE «NO SOLO DE PAN VIVE EL…………………»
Ese Pan que es necesario día a día y en cada jornada. Amén