PAN DEL CIELO, PAN PARA EL CAMINO. XIX DOMINGO T.O.

XIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

(1Re 19, 4-8; Sal 33; Ef 4, 30-5,2; Jn 6, 41-51)

PAN DEL CIELO, PAN PARA EL CAMINO

Estamos en pleno mes de agosto, etapa del año en la que en el hemisferio norte se disfruta de vacaciones, y sin embargo, también puede ser momento de experimentar lo que dan de sí las cosas, el consumo, el halago de los sentidos, y sufrir la quiebra de la ilusión y del posible proyecto de felicidad, que se habían anticipado.

Puede parecer paradójico, pero es en los tiempos en los que se ve la vida placentera de los otros cuando, si se padece contrariedad, alguna prueba de salud o de necesidad económica, asalta el agravio comparativo y cabe sufrir la tentación de la tristeza.

Sin que sea una experiencia tan dramática, si se ha caminado por la Ruta Jacobea, parábola de la vida, en muchos tramos, bien por la distancia que hay entre los núcleos habitados, bien por el trazado del camino, se ha podido sentir el desfallecimiento. Momentos en los que se anhela una sombra, un sorbo de agua, una tregua en la andadura.

¡Qué bien se entiende este pasaje bíblico en esas posibles circunstancias: “-«¡Levántate, come!, que el camino es superior a tus fuerzas.» Elías se levantó, comió y bebió, y, con la fuerza de aquel alimento, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el Horeb, el monte de Dios” (1Re 19, 7-8).

¡Es tan diferente caminar pesando que uno va solo, desconocido, sobre todo cuando hay que atravesar pasajes difíciles, de tener la certeza de que alguien te acompaña, te aguarda, sabe de tu ruta!

El creyente camina con una certeza, como nos asegura el salmista: “El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él” (Sal 33).

¿Cómo se traducen las secuencias bíblicas de este domingo a nuestra vida? Sin duda, acogiendo el ofrecimiento que nos hace el mismo Jesús. Él se ofrece como compañero de camino y como alimento en la necesidad: “Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo” (Jn 6, 50-51).

La lectura de la Palabra de Dios, iluminadora de la vida; la participación en los sacramentos del perdón y de la Eucaristía; el tiempo de oración a solas; el encuentro con alguna persona iniciada en el discernimiento espiritual, son verdaderos momentos restauradores.

En este sentido, cada uno podemos convertirnos en ángeles del desierto: “Desterrad de vosotros la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda la maldad. Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo” (Ef 4, 30).

P. Ángel Moreno de Buenafuente del Sistal.

8 Comments on “PAN DEL CIELO, PAN PARA EL CAMINO. XIX DOMINGO T.O.

  1. Hno. Horacio de Jesus Crucificado. F. M. V. y del Santo Nombre

    Jesus, nuestro maestro, es el pan vivo bajado del cielo que nos conduce a la gloria eterna del Padre. Jesus es nuestro alimento diario. Jesus es nuestro guía en el camino hacia el cielo. «Quien come el cuerpo de Cristo y bebe su sangre tendra la vida eterna.

  2. GRACIAS POR AYUDARME EN MI VIDA ESPIRITUAL, QUE DIOS LOS BENDIGA.

  3. Hola , al leer estos comentarios , deseo muchisímo recibir mails de uds , como debo hacer ?. Los saludo con afecto.Susana

    • Estimada, Susana debe suscribirse al blog, usando la parate izquierda de la panatalla, donde dice «PARTICIPAR EN LA FRATERNIDAD»; recibirá un correo para confirmar su suscripción y a partir de entonces recibirá todo lo que se publique en su correo.
      Fraternalmente, en el Santo Nombre.

      • Muchisímas gracias , estoy muy feliz …..un abrazo

  4. Que consuelo da el pensar que Jesus nos acompaña siempre en nuestro peregrinar por este mundo.

  5. Hola Les agradezco que me hayan mandado tanto lindos mails pero les pido que ya no me los manden porque no los leo por falta de tiempo. Gracias Teresa

    • Estimada hermana, para dejar de recibir nuestros mensajes debe usted anular su suscripcion, cosa que nosotros no podemos hacer. Fraternalmente, en el Nombre de Jesus.

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