La paz del corazón
[…] El Papa Francisco lo reconocía en la homilía del domingo de Pascua: “Pero si el Señor ha resucitado, ¿cómo siguen sucediendo tantas desgracias?”.
¿Podemos entonces vivir ya la resurrección? Sin duda alguna: ¡Sí! La resurrección no es un arrebato que haga desaparecer el sufrimiento. Jesús se aparece a los discípulos con sus llagas, y es en esas llagas, ahora luminosas, que Tomás (Jn 20,24-29) lo podrá reconocer vivo y victorioso del pecado y la muerte.
Tenemos 50 días, todo el tiempo de Pascua, para acostumbrarnos a vivir la resurrección. Pidamos al Señor que nos salga al encuentro. Pidamos al Espíritu poderlo reconocer. Dispongámonos para que en nuestras heridas sean transfiguradas, y que el amor haga brotar ríos de luz y fecundidad por la gracia de la noche de Pascua.
¡Cristo ha resucitado!
¡Verdaderamente ha resucitado!
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[Fuente, extracto: Comunidad de las Bienaventuranzas]
AMÉN
E assim é.
Amen