La paz del corazón
“Estaba una vez recogida con esta compañía que traigo siempre en el alma, y parecióme estar Dios de manera en ella, que me acordé de cuando San Pedro dijo: “Tú eres Cristo, hijo de Dios vivo” (Mt 16,16); porque así estaba Dios vivo en mi alma.
Esto no es como otras visiones, porque lleva fuerza con la fe, de manera que no se puede dudar que está la Trinidad por presencia y por potencia y esencia en nuestras almas. Es cosa de grandísimo provecho entender esta verdad. Y como estaba espantada de ver tanta majestad en cosa tan baja como mi alma, entendí: No es baja, hija, pues está hecha a mi imagen” (CC 41, 1-2 o R 54)
de Sta. Teresa de Jesús
Universidad de la Mística – Cites
Teresa, de la rueca a la pluma