La paz del corazón
«En acción de gracias por la vida, me comprometo a superar la ilusión del “esto me corresponde”, recordándome a mí mismo que todo lo he recibido como un don, por lo que me comprometo a vivir en gratitud.
En acción de gracias por la vida, me comprometo a superar mi codicia, que disfraza de necesidad a la ambición, confiando en que se nos ha dado todo lo necesario, por lo que me comprometo a compartir con generosidad lo que tan generosamente he recibido.
En acción de gracias por la vida, me comprometo a superar la apatía, estando atento a las oportunidades que cada momento me ofrece, y así responder con creatividad a cada situación.
En acción de gracias por la vida, me comprometo a superar la violencia, siendo consciente de que combatir a la violencia con violencia conduce a más violencia y a la muerte, por lo que me comprometo a defender la vida mediante la no-violencia.
En acción de gracias a la vida, me comprometo a superar el miedo, que es la raíz de toda violencia, tomando a aquello que temo como una oportunidad, por lo que me comprometo con valentía a sentar las bases de un futuro pacífico».
Hermano David Steindl-Rast – Sitio de difusión del mensaje
Leído en la oración matutina del 24 de noviembre de 2022
Enlaces sugeridos:
Primera parte del encuentro mensual de intercambio en la Fraternidad
Segunda parte del encuentro mensual de intercambio en la Fraternidad
Una gozada escucharos en ese compartir mensual.
Seguid haciendo comunidad alrededor del Santo Nombre, es algo muy bello y rico en este mundo.
La canción final es muy bella y orante ¿sería posible saber donde hacerme con ella? Gracias.
Un saludo a todos invocando el Nombre de Jesús.
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Vivimos muchas veces sin darnos cuenta cuanto hemos recibido. Este fragmento encierra mucho de lo que somos » …me comprometo a superar mi codicia, que disfraza de necesidad a la ambición, confiando en que se nos ha dado todo lo necesario, por lo que me comprometo a compartir con generosidad lo que tan generosamente he recibido.» dejando de lado al otro y sus necesidas más acuciantes que las nuestras, llevando solo nuestra mirada donde nos sentimos más cómodos. Aprender a compartir es la esencia de nuestra caridad cristiana que nos hará vivir siempre en acción de gracias.
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