La paz del corazón
San Lucas 1, 46 – 55
«Ante la incomprensión, María no hace drama, no aclara su situación, no da mil explicaciones. Las explicaciones y las palabras en este punto solo hieren, pero el amor, es un puente sobre el que al fin, en el tiempo de Dios, podemos cruzar a una mejor comprensión.
Solo hay una cura para el miedo… que es la confianza en Dios… Esa confianza en Dios que no es más que el resonar del «Fiat», del Sí que habíamos dado… que es un rendirse, un dejarlo todo en Sus manos. Tiene que haber un período de gestación… hay que dejar que Cristo crezca en nosotros, hay cosas que rechazan ser violentadas por la prisa… Si practicamos esta contemplación, que nos muestra y enseña María, encontraremos que nuestra experiencia es como la suya. Lo que es verdad para María es verdad para nosotros».
Práctica sugerida:
● Leer San Lucas 1, 46-55 despacio saborear las palabras y los detalles.
● Dejemos que surjan en nuestro interior sentimientos de gratitud
hacia Dios. María estalla de gozo en gratitud, Isabel ha sentido
a su hijo saltar de gozo en su vientre… Yo también quiero
decirle hoy a Dios cuán agradecida estoy por todo lo que ha
hecho en mi vida y en la vida de los que me rodean.
● Dejemos hablar a nuestro corazón con el lenguaje que escoja:
lágrimas, cantos, poesía, danza, lo que nos surja…y
escribamos nuestro propio Magnificat.
«El junco de Dios» (Libro citado en el vídeo)
Miguel
Somos hijos de Dios. Él nos crea pero también se implica en la creación desde dentro, fundiéndose con nuestro propio ser para impulsar ese proceso creativo que quizás no ha terminado. Un Padre que nos lleva de la mano, caritativo, que no necesita dar explicaciones, justificarse. Acaso le sobran las palabras.