La simpleza

En ocasiones veía fotos de la guerra de turno y me decía que no me faltaba suerte si me comparaba con tamañas desgracias inenarrables. Y esto me dejaba peor ya que me hacía consciente de mi patetismo y el término pusilánime se me aplicaba a la perfección. En fin, en ese estado bien al borde, volví a verle luego de bastante tiempo y le pregunté: ¿Qué puedo hacer? No tengo la menor idea sobre como seguir.

Ya solo de ir a preguntar había algo que se acomodaba en mí; implicaba un pequeño gesto de reconocimiento de la propia verdad y no me costaba entonces abrir el corazón a la enseñanza. «Limítate a lo importante y verás como todo se acomoda rápidamente», me dijo con su habitual buen talante. ¿Y qué sería lo importante? pregunté. «Amar a Dios sobre todas las cosas con todo lo que tienes, cuerpo, mente y espíritu; y amar a los demás como a vos mismo. Solo eso». Vamos a suponer que me resuelvo a ello, ¿de que se trata exactamente esto y cómo hacerlo?

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