La soberbia de la mente

«La soberbia de la mente es esa viga enorme y gruesa en el ojo, que por su cariz de enormidad vana e hinchada, no real ni sólida, oscurece el ojo de la mente y oscurece la verdad.

Si llega a acaparar tu mente, ya no podrás ver ni sentir de ti tal como eres o puedes ser; sino tal como te quieres. tal como piensas que eres o tal como esperas llegar a ser.

¿Qué otra cosa es la soberbia sino, como la define un santo, el amor del propio prestigio?…

El que sinceramente desee conocer la verdad propia de sí mismo, debe sacarse la viga de la soberbia, porque le impide que sus ojos conecten con la luz.

E inmediatamente tendrá que disponerse a ascender dentro de su corazón, observándose a sí mismo en sí mismo…»

de «Los grados de humildad y soberbia» de San Bernardo de Claraval

Tomo I / pag. 193 – Obras Completas –

B A C – Madrid 1983

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5 Comments on “La soberbia de la mente

  1. Este texto describe exactamente lo que me está pasando ,mi mente oscurece mi realidad y toma la forma de depresión ,para lo cual tomo dos medicamentos , entonces ,no pude ser físico , es la soberbia , que me hace ver todo oscuro ,¿cómo hacer para actuar con humildad?

    • Ah Ricardo… la humildad nos aumenta cuando logramos vernos sin disimulos, sin afeites es decir «al desnudo», en la intimidad del espejo de nuestra alma. Después se nos va (muy fácilmente nos olvidamos de lo visto que no nos ha gustado en nosotros mismos) y se nos hace necesario «caer en cuenta» de nuevo. Creo que el hacer humilde surge de un corazón que sabe que no sabe nada y que sin Dios nada se puede hacer. Lindo tema para extenderse. Un abrazo invocando a Cristo.

  2. Como hago para entrar en mi propio corazón y mirarme?

    • Estimada María del Carmen, no es sencillo. Pero seguramente es necesario un espacio de tiempo y silencio para poder «entrar» en nosotros mismos. De allí la utilidad original de los retiros espirituales de silencio. En los tiempos que corren, unos minutos cada día en el que trate de silenciar la agitación y de recogerse en oración callada podrán cumplir con la misma función. Un saludo fraterno.

  3. ¿Podría ser lo contrario a la humildad? Un saludo en Cristo.

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