La paz del corazón
He visto cuán diferente es el actuar del reaccionar. Me doy cuenta que la reacción es como una especie de reflejo, un repentino estallido de impulsos que ocurren sin mi voluntad. Cada vez que puedo no reaccionar compruebo como, la verdadera acción, es aquella que lleva en sí conciencia de su ejecución y un propósito intencional. Coincido con aquella afirmación que dice: lo automático oscurece, lo consciente ilumina.
También he visto que hay áreas de mi vida que necesitan de una firme intención para permitir que la luz de la gracia purifique y transforme esos aspectos contradictorios, que permanecen en tinieblas o que no son coherentes con la dirección espiritual que Jesús nos indica en los evangelios. Veo que es necesario sin dilación poner manos a la obra.
Sin embargo, no cuento plenamente con la herramienta de mi voluntad. Debo asumir que muy pocas veces hago el bien que quiero (Rom 7, 19) y mis proyectos y buenas intenciones suelen diluirse víctimas de la inconstancia y volubilidad de mi atención. Por eso debo pulir este instrumento de libertad. En otras palabras: Quiero ser dueño de mí mismo. Ser capaz de la coherencia. Aprender a pensar, sentir y actuar alineadamente.
Vamos a entrenar estos días la capacidad de optar, esta libertad de elegir. Quién es fiel en lo poco es fiel en lo mucho (Lucas 16, 10) – (Mateo 25, 23) Por lo cual, hagámonos diestros en el manejo de elementos mínimos de nuestro cotidiano. Seamos humildes como para admitir que ningún cambio, ninguna metanoia vamos a favorecer sino podemos ser firmes en las cosas pequeñas del día a día.
Así es que cada uno puede ver por donde empezar. Sin sobre exigirse, sino con paciencia. Dejamos aquí algunos ejemplos arbitrarios tratando de mostrar por donde se puede comenzar a fortalecer la voluntad y, sobre todo, a detectar empíricamente como se produce esta capacidad de conversión, que no es otra cosa sino la gracia del espíritu en acción.
Práctica sugerida para el 4º día de los ejercicios*
Elegir uno o dos de estos ejemplos o cualquiera similar que parezca útil en la propia vida:
La variedad de posibilidades es muy grande. Conviene elegir algo que nos permita sentir el impulso fuerte de la inercia de la costumbre, (es decir lo reactivo en mí) y a la vez ejercitar esta atención transformadora de la conducta.
* Recomendamos leer cap. 43 de la segunda centuria de Nicetas Stethatos
El 4º día en audio con dos formatos:
Haz clic aquí para escuchar en MP3
Pingback: Listados de los ejercicios e invitación | Hesiquía blog
Pingback: San Gregorio Magno ( 540 – 604) | Vidas místicas
amén
Muchas gracias. Las prácticas propuestas ayudan a concretar.
Hola Sole! Sí, es bueno siempre que se pueda bajar lo teórico o conceptual hacia algo del cotidiano. Entonces podemos anclar allí lo comprendido. Un abrazo fraterno invocando a Cristo.