La paz del corazón
En lo que respecta a la búsqueda de la oración incesante, en el camino de La oración de Jesús o de la oración monológica o formas similares de orar que tienden a unificarnos completamente… hay un aspecto que solemos descuidar. Se trata de la actitud de entrega y confianza que necesitamos incorporar a la recitación del Nombre.
Más allá de cualquier método con el que se acompañe la oración; es decir si se respira el nombre, si se atiende al corazón, si tal o cual postura o momento para orar; es decisivo encontrar en nosotros este acto interior devocional, esa adhesión profunda a la acción de la gracia en nosotros. En otras palabras: necesitamos permanecer orando con mucha frecuencia, durante todas las actividades, en una disposición y apertura a ser transformados sin reservas.
En cierto modo es un «vivir muriendo» a nosotros mismos y a nuestras automáticas apetencias; una invocación paciente y perseverante que anhela el propio olvido en pos del recuerdo de Aquel a quién se invoca. Seguir la exhortación «Orad sin cesar» (Ts 5,17) es golpear en todo momento la puerta del propio corazón en busca de la gracia que ya está viviendo allí y que hemos olvidado.
En definitiva, vivir en oración implica el acto de oración explícito junto a una atenta búsqueda de hacer la voluntad de Dios en cada momento. Entrega confiada y oración continua son dos gestos de un mismo acto de amor.
Aquí en audio: Homilía del Domingo de Ramos – Aquí en texto
Algunos consejos prácticos para la oración
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Confianza, compromiso y perseverancia, esa es la raíz de la palabra FE (pistis/pisteo); gracias, Mario por el consejo de centrar la atención sintiendo que Él está con nosotros, escuchándonos, que estamos en SU presencia.
Orad sin cesar…
Gracias a ti Olga por participar. Es una palabra tan profunda y con tantas implicancias… si Dios quiere luego del domingo de Pascua comentamos algo en Fenomenología sobre ello. Un abrazo fraterno, invocando el Santo Nombre.
Jesús… ya te he reconocido… entra en mi casa y en mi corazón y quédate para siempre
Que bueno hermana lo que dices! Cristo te cuide y te regale una profunda Pascua en el corazón.
Solo en la presencia del Señor se vive. El ego solo sobrevive. Vivir muriendo. Muriendo al ego para vivir en el Señor.
Saltar hacia el corazón, descubrir al Señor en nosotros, saltar en la confianza total que habita en nosotros, dejemos que se manifieste en nosotros, dejemos de ser para que El brille. Gracias por el texto.
A ti las gracias Martín por lo que nos dices. «Saltar hacia el corazón», buena imagen para fortalecer la actitud. Un abrazo hermano.
Magnífico el artículo «oración y entrega van juntas» !!!
Un abrazo María José, nos vemos en la oración!