La paz del corazón
Entonces, algo que es imprescindible y que hay que asumir, es que mientras el amo de nuestras horas sea esa compulsión hacia el momento siguiente, la percepción de la presencia se nos va a escapar o va a quedar como una idea bonita que no vivimos. Por eso hemos de insistir en actuar desde el firme aposento que existe en nosotros, desde un fondo silencioso que siempre está y que es nuestro propio ser esencial.
Cuando me muevo desde la prisa, el ansia o la inquietud ya me quedan claras dos cosas: que he dejado de creer en ese momento en la constante asistencia de Dios y en su cercanía íntima y pedagógica. Y que me considero el hacedor y controlador de los acontecimientos. Es decir, he perdido de vista lo sagrado que envuelve todo lo que existe. Empiezo a vivir en un mundo personal de causas y efectos materiales, de temores y deseos alternantes; quedo sometido al agobio de la carencia.
La coherencia de vida o el intento de ser coherentes es nuestro modo de entregarnos. Mi fe se hace experiencia cuando empiezo a guiar mis acciones según esa fe. Ese arrojo de ser consecuentes nos mantiene en el momento presente estando completamente en lo que toca y se presenta en cada situación. Por eso, cada vez que nos descubrimos divagando volver a la oración o a la percepción atenta del instante es un acto de coherencia fundamental. Entre la fe conceptual y la fe experiencial hay un puente, ese puente es tu propia presencia indivisa en el ahora.
(Continúa)
Práctica sugerida:
Tomar conciencia de los cambios de actividad. Por ejemplo, ahora estoy desayunando, ahora me preparo y ahora salgo hacia el trabajo. Ahora estoy en el tren, ahora entro a la oficina etc. La práctica consiste en repetir cinco o seis veces interiormente la oración de Jesús o aquella forma personal de oración que me resulte más entrañable. La calma con la que efectuemos esta oración de transición entre un momento y otro o una actividad y otra, nos enseñará bastante sobre nuestro modo actual de ser y estar en lo sagrado.
Aviso
Queridas hermanas y hermanos: con motivo del cambio de hora en España que tendrá lugar la madrugada del próximo domingo, y para compensar el horario con otros países en América, a partir del próximo lunes 27 de marzo cambiará la hora de las oraciones de la mañana y de la noche, manteniéndose igual la oración de la tarde. Así pues las oraciones serán a las 12:00, 20:30 y 3:00 am hora española. Recordamos que nos invitan a irnos recogiendo para la oración y entramos en YouTube 5 minutos antes de esa hora, por lo que es recomendable conectarnos antes. Gracias por vuestra fiel asistencia, devoción y respeto a la Oración del Santo Nombre de Jesús.
Muy interesante.. y cierto. La vida se nos va como agua entre los dedos, pues no nos detenemos ni un instante en ese fragor en el que vivimos. Buena práctica sugerida; vivir más ‘despiertos’ ,más conscientes, nos llevará a estar en la presencia de Dios y en eso lapsos de inconsciencia, ‘ regresar’ con la ayuda de la oración del Nombre de Jesús.
Gracias..