La paz del corazón
«El niño que fui llora en la calzada.
Lo dejé allí cuando llegué a ser quien soy;
mas hoy quiero, viendo que soy nada,
ir a buscar aquel que fui donde quedó.
¿Ah, cómo habré de encontrarlo?
Quien equivocó su arribo, ya tiene el retorno errado.
Ya no sé de dónde vine ni dónde estoy.
Por no saberlo mi alma está varada.
Si, al menos, alcanzara en este lugar
un monte alto desde donde pueda al fin
cuanto olvidé, mirándolo, recordar
en la ausencia, al menos sabré de mí,
y al verme tal como fui a lo lejos, he de hallar
en mí un poco de cuando era así…»
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Gracias Mariam por este precioso y profundo texto que tanto bien me hace. Son cosas que de una u otra…
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