La paz del corazón
Miércoles de ceniza, inicio de la Cuaresma, un tiempo de encuentro, de «a solas» con el Señor:
“Despójense de la vieja levadura, para ser una nueva masa, ya que ustedes mismos son como el pan sin levadura. Porque Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado. Celebremos, entonces, nuestra Pascua, no con la vieja levadura de la malicia y la perversidad, sino con los panes sin levadura de la pureza y la verdad”. (*)
Danos Jesús la gracia, en estos cuarenta días, de entrar en la carpa del encuentro de nuestro corazón, de los sacramentos, de la lectura de tu Palabra, de la comunión, con un espíritu de anhelo y esperanza…
«F. Jesús me pide que deje de hacer lo que estaba haciendo y que escriba. Lo veo en una visión espiritual que me mira y me dice como enojado:
J. La humanidad conocerá primero Mi rigor, luego Mi amor, porque parece que no quieren entender que deseo recuperarlos de cualquier manera.»(1)
Danos, Espíritu Santo, la gracia de tu Luz para conocer con ella lo que hay en nuestro interior que se rebela al Amor de Dios y así para poder conocer más su Misericordia y darle el primer lugar de nuestra vida.
«Te dije que te quiero más unida a Mí en esta Cuaresma. Voy a derramar Gracias abundantes sobre tu corazón, sobre tu vida.
F. Mi vida está en tus manos, Señor.» (2)
Pide para nosotros la gracia, María, de entrar en la Cuaresma con nosotros y guiarnos para que sea un auténtico tiempo de espera, confianza y entrega para volver a renovar nuestras promesas bautismales en la Semana Santa, como los primeros catecúmenos que se preparaban cuarenta días para bautizarse.
Fabiana,
Padre José,
intercedan por nosotros
(*) 1 Cor 5, 7-8
(1)13-02-02 (Miércoles de Ceniza)
(2)15-2-96
(Diálogos tomados del libro de Fabiana Corraro, Déjate Amar, editado por las pequeñísimas almas marianas, Corrientes, Iglesia de María Auxiliadora, 2008)