La paz del corazón
Se trate de una compulsión a un hábito o vicio, de una emoción negativa que quiere posesionarse de nosotros o de cualquier conducta que quiere producirse y a la cual no adherimos desde nuestra esencia espiritual (el hombre interior – Romanos 7, 22-23) los pasos que necesitamos seguir son similares. Lo primero e ineludible es invocar al Señor Jesús con la fuerza de nuestro deseo de libertad y de bien. Incluso, al sentir el ardor del automatismo, podemos usarlo para darle fervor a nuestra invocación.
De este modo ya en el primer minuto, con las primeras invocaciones, nos encontramos en posición diferente. Observamos la fuerza de un deseo en nuestros miembros (por ejemplo la gula, la queja o la ira) y vemos también el objeto del deseo (esa comida de más, el fastidio que quiere imponerse en nuestros gestos y actitudes o las agresiones que quieren salir hacia esa otra persona) y es en este momento donde debemos reconocernos como el que mira, como aquel inmaterial que testificando lo visto se sitúa en la colina, desplegando el mapa del campo de batalla.
Es ahora cuando a la persistente oración hemos de agregarle nuestro mayor coraje. ¿Coraje para qué? Para esperar unos minutos, postergando la sumisión a la esclavitud de la costumbre. Porque la naturaleza espectral de nuestras dependencias las muestra fugaces, ceden al poco tiempo. Se parecen a una ola que asciende y luego baja, disminuyendo en tamaño e intensidad. ¿Volverá luego la ola? Claro que sí, pero si advertimos su naturaleza vana, que seduce con promesas vacías, no estaremos tan dispuestos a dejarnos engañar las próximas veces.
Al fin de cuentas, ¿qué nos promete la gula, la ira o lo que sea que tanto nos fascina? Un breve momento de intensa satisfacción que muta luego en malestar, culpa, desasosiego o simplemente pérdida de fuerza y confianza en nosotros mismos. En cambio, cuando somos pacientes hasta llegar a sentir la dicha que nos reporta la libertad derivada de la renuncia, todo se hace más fácil. Es una vitalidad nueva que nos anima, que reconocemos como propia pero venida de la gracia. Es la sensación en que nos deja el acuerdo con la voluntad de Dios.
Superar un temor antiguo; consagrarse a la vocación particular; atreverse a la alegría sin objeto; dejar ir los resentimientos y perdonar; servir a los demás sin orgullo ni sacrificio; vivir en oración, ser capaces de callar o de esperar con suma paciencia; discernir lo necesario de lo superfluo; poder consolar, organizar y amar, se descubren como dones gratuitos del Espíritu; que nos ha perseguido pacientemente en cada esquina y encrucijada de la vida. Agradecer se hace fácil pues descubrimos que la vida es muy simple, que nosotros la complicamos al cargarla sobre los hombros.
Un nuevo hálito espiritual nos invade y tan solo hemos necesitado empezar por alguna pequeña no reacción, por cualquier pequeña victoria del espíritu sobre el automatismo de los miembros. Luego vendrá el perseverante acopio de fuerzas para acometer mayores desafíos al ritmo de la gracia. Pero ya sabemos que no estamos solos, que nunca lo estuvimos; solo precisábamos mirar en la dirección correcta.
Prácticas sugeridas:
1. A la luz del texto anterior, intentar en esta jornada acopiar fuerzas merced a una pequeña victoria no reactiva, en cada ámbito por el cuál transitemos el día. Por ejemplo en el transporte al trabajo en vez de oír las noticias repetir una oración o llevar al trabajo algo de la panadería para obsequiar a los compañeros o hacer aquello que vengo postergando hace tiempo… etc. etc. Lo importante será verificar la posibilidad cierta, en cada lugar, de hacer crecer el espíritu mediante la sola conducta intencional. Volvernos cuidadosos de la gracia que se nos otorga cada día.
2. Escuchar el audio sobre meditación y respiración y de ser posible, dedicar unos minutos a su puesta en práctica. Tomar nota de si hemos podido hacer más profunda nuestra oración habitual. (El método respiratorio es en sí mismo una gran tarea desde el punto de vista de la no reacción)
Aquí el audio del texto en MP3 y aquí en formato para Youtube
Haz clic aquí para el audio de meditación en MP3
Gracias por el blog , es un medio eficaz para Ejercitarme mas en la Vida interior y en el camino áspero de la virtud . Unidos en oración
Hola Blanca! Nos alegra lo que comentas. Poco a poco la aspereza torna en suavidad. Paciencia y oración es lo que nos queda. Un abrazo!
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Perdona que sea pesado Héctor pero al mensaje de ayer le falta la segunda parte que es que hay situaciones que por lo menos para mí no sé si para los demás o alguien me puede ayudar en ese sentido, no hay la posibilidad de rezarle a Dios y parar dos o tres minutos porque es una reacción automática en mi caso por ejemplo. cuando tu mujer te da una mala contestación y automáticamente te surge el comentario negativo y la ira de tu interior o cuando vas conduciendo en el coche y de repente el de delante pega un frenazo y hace una piratada como decimos en España que casi te chocas contra el y te surge un sentimiento negativo contra esa persona si alguien sabe algún truco para estas situaciones digamos más imprevistas y con menos posibilidad de reacción pues lo agradecería
Hola Chemi ! Cristo te cuide. Soy Mario. No eres pesado hermano, al contrario, sirve compartir entre todos. Sí claro, es mucho más difícil en esos casos que dices. Hay dos cosas con ello que puedo comentarte. Una es que nos vamos acostumbrando a un estado de presencia atencional, que permite anticiparse incluso a esas reacciones tan reflejas e instantáneas. Es un hábito de la vigilancia hacia sí mismo, que en cierto modo te pone «en cámara lenta interior», ocurre entonces que ves como impacta el comentario en ti que te han hecho y como quiere brotar la mala contestación etc. Esta especie de mirada interior te da mayor manejo de la situación. Pero es algo que se adquiere empezando por no reaccionar en lo que puedas y tengas a mano.
Otra cuestión: Cuando ya hayas reaccionado, no mortificarse y evitar la reacción de la culpa y el malestar por haber caído en el automatismo, eso no ayuda. Levantarse y disponerse a un nuevo intento.
La seguimos, un abrazo fraterno hermano!
Muchísimas gracias Mario. Muy útil. A ver si poco a poco esa cámara se va haciendo cada vez más lenta porque ya he notado en algún caso que una frase que iba a decir se ha ralentizado y la he terminado de otra forma diferente a como había empezado pero bueno poco a poco muchas gracias de nuevo
Ahí está, esa ralentización que dices, es buen indicador. Adelante por la misma vía! Un abrazo.
¿Y si el automatismo se manifiesta a la inversa, es decir, cuando reaccionamos de manera pasiva ante faltas de respeto, injusticias…etc.?
Hola que tal hermana/o: Habría que ver bien el caso porque admite matices según la situación. Pero si fuera que la inercia automática es siempre callarse la boca y no manifestar las propias necesidades o emociones etc. la no-reacción sería sin duda manifestarlas con claridad. Si, es importante que este nuevo modo de expresión no degenere en ira y autoafirmación, sino que sea algo calmo y vigilante. Pero como te digo, hay que ver bien la situación, porque las recetas en general tienen falencias en lo particular. Gracias por la consulta, un abrazo en Cristo.
Hola agradecer la enseñanza de hoy porque realmente que me ha sido de muchísimo utilidad yo distinguiría dos tipos de adicciones fallos pecados como lo queramos llamar por una parte y lo que dice la gula la queja y yo añadiría para mí es importante la sexualidad del pornografía o beber en las comidas y en las fiestas y en este tipo de vicios como si dijéramos es cuando somos conscientes de ellos y tenemos tiempo de pensar y la tentación entre comillas pues es más tangible entonces en todos esos casos los dos pasos que nos hemos leído hoy me han abierto mucho los ojos primero rezar a Dios decirle por favor señor ayúdame yo no quiero caer en esta tentación yo no quiero beber una copa más y no quiero ver pornografía yo no quiero quejarme más por esta situación y el segundo paso básico es dejar pasar unos minutos como dice Héctor, yo antes de caer la tentación, antes de automáticamente, sin ser consciente caer en ella, me tomo unos minutos y digo bueno me voy a dar un paseo por la calle o voy a hablar con mi mujer que está en el salón o cojo el móvil y llamo a mi hija, pues cuando acabe ese tiempo es muy posible que ya haya desaparecido esa necesidad esa compulsión, esa tentación y seamos capaces de pasar página y eso demás pues nos va fortaleciendo porque la siguiente vez que lo sintamos, ya como tenemos un precedente nos será más fácil evitarlo y así sucesivamente entonces muchas gracias por el consejo
Así es Chemi, lo dices bien. El mundo de hoy ofrece estímulos muy variados y de fácil acceso que dificultan mucho el permanecer sobrios. Es importante «la actividad precedente» como se dice en varios textos de Filocalía. Es decir, todo el día mantenerse en una sintonía que me permita luego estar más fuerte para el momento en que la costumbre lleva hacia abajo. También acopiar fuerzas venciendo pequeñas costumbres menores, que nos van dando la pauta de que sí podemos, con ayuda de Dios, imponernos sobre los automatismos. Y claro, darnos cuenta que la dicha de la autonomía creciente y del ser dueños de funciones que antes nos esclavizaban, es mucho mayor que cualquier placer fugaz y de superficie. Gracias por tu compartir honesto hermano, esa verdad interna sin duda ayudará mucho. Cristo te cuide.
amén