La paz del corazón
¿Por qué nos cuesta orar?
¿Será porque no conocemos a Dios, o porque sólo recordamos falsos rostros de Dios que nos han presentado a lo largo de nuestra historia?
¿Será porque estamos cansados de que nos hablen de Dios con palabras que nada tienen que ver con nuestra vida?
¿Será porque somos personas muy ocupadas y ya no tenemos tiempo para dedicar al silencio y la interioridad?
¿Será que nunca nos llega el tiempo para hacerlo y estamos siempre planificando en hacerlo después?
Incluso muchas veces somos cristianos practicantes y comprometidos en tareas pastorales y, sin embargo, tampoco oramos. Nos definimos como hombres y mujeres de acción contraponiendo estas cualidades a la quietud de la oración.
La voz de Dios resuena en nuestros corazones, pero nos hemos vuelto incapaces de escucharla. Aturdidos y seducidos por el afuera, nos alejamos de nosotros mismos y de nuestro Creador. Lejos del reparo de nuestro corazón, vivimos con miedo y a merced de las vicisitudes de una vida sin sentido; evitamos sufrir porque no encontramos el porqué del dolor, no sabemos atravesar las contrariedades en paz; buscamos seguridades donde no las encontramos y queremos afirmarnos en donde ya no hacemos pie, muchas veces a costa de nosotros mismos y de nuestros hermanos.
(Getsimani contemplativos)
Maestro, enséñanos a orar como Juan enseñó a sus discípulos….
oraciones y bendiciones. P. Juan Cardona
PAZ Y BIEN, el habla caracteriza al hombre, el silencio es lo que lo define, porque la palabra hablada solo adquiere sentido en virtud de ese silencio BENDICIONES
Leyendo sus enseñanzas aprendí a orar en todo momento, pronunciando el dulce nombre de Jesús Jesucristo, Cristo….
Señor: permìteme orar en todo momento,aparta de mì cualquier limitaciòn que me lo impida, que la oraciòn sea en mi vida lo primero siempre, quita de mi camino toda piedra de tropiezo y ensèñame a orar, amèn.